ABC Cultural renueva su confianza en el espíritu crítico y la calidad para leer el mundo

Para responder al desafío de cómo hacer una lectura profunda de la realidad a través de la cultura en los periódicos y en los suplementos culturales en la era de internet, el novelista Andrés Ibáñez convocó a Thomas Pynchon y David Foster Wallace. Según el autor de «Brilla, mar del Edén», Foster Wallace redimió la cultura popular al introducirla en la alta cultura. «El problema es que ahora tenemos solo vulgaridad y la cultura crítica ha desaparecido», añadió Ibáñez de la mano de Pynchon, antes de admitir: «Todos estamos perdidos» y «nadie sabe qué hacer». Pero apeló al premio Nobel chino Mo Yan, cuando reclama un «nuevo renacimiento». Para el novelista que acaba de reanudar en el ABC Cultural sus «Comunicados de la tortuga celeste», tendríamos que hablar menos de cultura y más de arte y literatura, y recalcó que «no todo vale».

En esa necesidad de mantener vivo el espíritu crítico y «filtrar» para separar lo valioso de lo superfluo hicieron hincapié los otros convidados a la mesa redonda organizada por ABC en la jornada de clausura del Hay Festival segoviano. Laura Revuelta, redactora jefa del ABC Cultural, confía en que volveremos a vivir una edad de oro de los suplementos culturales, con periódicos que dejarán de publicarse todos los días y que ofrecerán «calidad por encima de todo». El crítico y profesor Fernando Rodríguez Lafuente, que dio el relevo como director del suplemento al moderador de la mesa, el periodista Alfonso Armada, instó a recuperar «algo tan revolucionario hoy en España como el sentido común». Recordó la incertidumbre que todo cambio de siglo, «y más todo cambio de milenio» introduce: «Estamos en medio de una verdadera mutación cultural». Para Rodríguez Lafuente, «la vieja distinción de Umberto Eco entre apocalípticos e integrados ha dejado de tener sentido. Desde el punto de vista cultural estamos viviendo una época muy conservadora, poco sensible al pensamiento crítico».

A juzgar por el interés que despertó el debate parece evidente que hay lectores dispuestos a seguir leyendo el mundo a través de las páginas de un suplemento que, como recordaron los ponentes, siempre ha sido uno de los mejores argumentos de ABC: espíritu crítico, calidad e independencia.