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Mendez-Vigo-Fragata

La inspección del expolio de Odyssey se convierte en excavación arqueológica

Es la primera vez que científicos de la UE estudian un pecio a 1.200 metros. Han extraído doce piezas, desde un cañón a un tenedor y varios platos de la vajilla

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El ministro de Educación y Cultura, Íñigo Mendez de Vigo recibió esta mañana en Cartagena a los integrantes de la misión que ha inspeccionado el pecio de la fragata Mercedes. La inspección se ha convertido en una excavación que ha podido geolocalizar 26 cañones de varios tipos, 3 anclas, 148 lingotes y que además ha ensayado técnicas de excavación pioneras a esa profundidad. El ministro ha afirmado que la cooperación con el IEO es «el principio de una bella amistad» y se muestra convencido que «después de este éxito que celebramos tenemos que continuar en esta línea».

En concreto, Méndez de Vigo apuntó su intención de llevar a la UE los logros de la expedición, pionera en muchos sentidos, y espera que la arqueología española «pronto se decida a emprender un proyecto sobre un barco que no haya sido expoliado antes para aplicar toda esta ciencia sobre un patrimonio tan importante».

Asimismo, aseguró que no se descarta que después de inspeccionado el pecio y recabada toda la documentación, el Ministerio de Justicia pueda plantearse actuar contra los cazatesoros por lo que hicieron en 2007.

Estudio de la vida a bordo

El equipo dirigido por el arqueólogo Iván Negueruela se ha centrado en investigar lo que los cazatesoros quisieron obviar: la vida a bordo y la memoria de los tripulantes naufragados, a traves de objetos que se han investigado, limpiado y -en doce casos- extraído en esta misión de siete días de duración. Se han excavado platos de plata de una vajilla, cubiertos con decoraciones relevantes y poco conocidas, un mango de almirez y dos candelabros, además de un pequeño cañón pedrero. Además dejaron una placa sobre el pecio que dice: «En recuerdo de las víctimas de la Fragata Nª Sª de las Mercedes que fallecieron el 5 de octubre de 1804».

Cara a cara con la historia, los españoles del siglo XXI se han asomado gracias a este proyecto a los restos de una batalla en la que yace la memoria marítima casi olvidad de nuestro país, que saltó a la actualidad cuando el yacimiento fue expoliado en 2007 para extraer 590.000 monedas de plata y algunos objetos de oro. Mendez de Vigo, muy satisfecho con lo que considera «un éxito y un gran mensaje que España da al mundo, de ciencia y de innovación», se mostró decidido a que la defensa de este patrimonio siempre acechado por los cazatesoros se convierta en un eje de la política cultural española.

Desde las 9 de la mañana

El atraque del buque oceanográfico Ángeles Alvaroño, del Instituto Español de Oceanografía, que ha permitido llevar a cabo el proyecto sobre los restos de un barco que se encuentran a 1.200 metros de profundidad, se produjo a las 9 de esta mañana. Nada más llegar a Cartagena, el director de la misión, el arqueólogo Iván Negueruela, mostraba su enorme satisfacción por los resultados obtenidos. Al valor científico de lo estudiado se suma el valor del mensaje que España lanza al mundo sobre el cuidado del Patrimonio Cultural Subacuatico.

Porque la inspección del pecio ha tenido finalmente un alto contenido arqueológico y científico. En solo siete días España ha sido capaz de documentar y posicionar gran parte de los restos que aún quedan en el yacimiento, comprobar cómo Odyssey dejó amputado el pecio al arramblar con la carga sin ningún cuidado arqueológico en atención exclusiva a su valor para la venta, y se ha procedido también a la extracción de muestras de todo tipo. Es decir un trabajo intenso llevado con éxito por los técnicos del Museo Nacional de Arqueologia Subacuática ARQUA y los del IEO.

Entre las muestras, se encuentran objetos de la vida cotidiana, despreciados por los Cazatesoros, pero también algunas piezas que se encontraban en riesgo, algunas de volumen importante. Desde vajilla y cubiertos de la tripulación naufragada, a las armas con las que se defendieron del ataque inglés en la mañana del 4 de octubre de 1804. La pieza más grande extraída ha sido un cañón de bronce que se hundió con la fragata, y la más ligera un trozo de tenedor que pudo pertenecer a la oficialidad.

Presencia donde esté el patrimonio

El director general de Bellas Artes, Miguel Ángel Recio, que también acudió a Cartagena, destacaba la capacidad que España demuestra con esta visión y su voluntad de que los cíentificos españoles estén mucho más presentes a partir de ahora en el cuidado y la defensa del patrimonio cultural sumergido de origen hispánico.

Desde ese punto de vista, la misión ha marcado un antes y un después, porque abre una nueva etapa de conservación y cooperación científica, algo que si llegara a sustanciarse en proyectos y publicaciones les robaría buena parte de coartada a los Cazatesoros, que siempre han alardeado de su capacidad de llegar a los tesoros abandonados por España. Desde hoy no están abandonados y sería muy lamentable que volvieran a estarlo. La secretaria de Estado de Innovación, Carmen Vela, y el director general del IEO, Eduardo Balguerías y el almirante del arsenal de Cartagena, Fernando Zumalacárregui, también participaron en el acto.

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