Patrimonio y religión

Ruta sevillana de la devoción por la Virgen de Guadalupe

295 kilómetros de devoción, catorce etapas y diecinueve pueblos en dos vías alternativas: la romana y la colombina

Virgen de Guadalupe ABC

L.Y.R.

Esta es una historia de cruces y caminos. Los que propone la Diputación de Sevilla en la guía que ha elaborado recorren, en concreto, una distancia de 295 kilómetros, incluyendo catorce etapas y diecinueve pueblos. Su origen, sin embargo, tiene muchos más, pues las devociones no entienden de fronteras. A finales del siglo XV, Cristóbal Colón bautizó una isla con su nombre. En el XVI, se extendió por las Américas tras su aparición frente al indio Juan Diego en el cerro del Tepeyac, en México. Entre los siglos XVII y XVIII, se cuentan en España hasta 3.000 representaciones de la Virgen de Guadalupe. Y en 1928 fue coronada canónicamente como 'Reina de la Hispanidad' . Es decir, su presencia, en todo el mundo, parece de largo más que consolidada. Tal es el caso de Sevilla, desde donde se hace peregrinación hacia el municipio de Guadalupe, en Extremadura.

Destaca especialmente el caso de la Virgen de Guadalupe del Monasterio extremeño del mismo nombre, «que cruzó el Atlántico y nos une al continente americano», como señala Villalobos, presidente de la diputación, mientras que en Sevilla, la devoción novohispana a Santa María de Guadalupe se remonta a la relación con el Virreinato de Nueva España, «hecho que coincide con la consolidación de las hermandades de pasión». Ya saben: esas que tanta notoriedad tienen en la ciudad, como Las Aguas, que hace su estación de penitencia a la catedral el Martes Santo.

Virgen de Guadalupe en la parroquia de La O, en el barrio sevillano de Triana

Guadalupe en Sevilla

Lo kilómetros del trayecto en el que nos sumergimos, como decía, son 295, aunque a su espalda tienen unos pocos más: « Algunas de las iglesias de esta ruta que proponemos guardan históricos óleos sobre lienzo con la representación de esta imagen , traídos por las familias que volvían de México y habían conocido esta devoción». Por ejemplo: el Antiguo Convento el Carmen, en Sanlúcar la Mayor, Ntra. Sra. del Loreto de Espartinas y La O, en Triana.

Calzada romana a su paso por Itálica ABC

Y, precisamente, hasta los orígenes se remonta esta guía para empezar a proponer dos rutas alternativas en las se aúna patrimonio artístico y religión . Este es su arranque:

«Según una antigua tradición, la imagen de Santa María de Guadalupe que se venera en el santuario cacereño es del siglo I y es obra del taller de San Lucas. Hacia el año 600, el papa Gregorio Magno regaló la talla a San Leandro, obispo de Sevilla, venerándose en una ermita extramuros de la ciudad. En 711, ante la inexorable ocupación islámica, sus devotos la ocultaron en el remoto paraje de un río entre montañas. Y eso significa Guadalupe en árabe, río oculto . En el siglo XIII un lugareño encontró la talla y le construyó una humilde capilla en el lugar. Estando de montería, el rey Alfonso XI se encontró ante el sencillo oratorio y encomendó a la Virgen la campaña contra los benimerines, que concluyó con la victoria cristiana del Salado, en Tarifa, el año de 1340. En agradecimiento, en Guadalupe el monarca fundó el renombrado monasterio que custodia a la orden jerónima. Monasterio de San Jerónimo, Sevilla La devoción a Santa María de Guadalupe regresa a Sevilla en 1414, al fundarse el Monasterio de San Jerónimo de Buenavista con frailes procedentes de Guadalupe».

Dos caminos posibles

Las dos rutas en las que conocer no ya la primera piedra de esta inmesa devoción, sino su desarrollo, son las del Camino de las Vías Romanas y el Camino Colombino. El primero traza la provincia de Sur a Norte: desde El Cuervo hasta El Real de la Jara , ya en plena sierra. A su paso, se detiene en algunos pueblos donde esta imagen tiene especial significancia. Por todos ellos, además, pasaban los peregrinos que con dirección a Santiago de Compostela decidían acercarse antes a Guadalupe para agradecer a la Virgen. Puentes romanos a su paso, vestigios y ciudades, como Itálica, en Santiponce. Lagunas, como la de los Tollos, donde el paisaje regala bellas estampas al caminante. Los molinos de Alcalá de Guadaira y el pinar de Oromana; el Gergal, en Guillena, contenido en presas y nutrido por los arroyos; la ermita de la virgen de Escardiel, patrona de Castilblanco de los Arroyos… Historia y naturaleza marcan las únicas directrices.

Munigua, en Villanueva del Río y Minas ABC

El segundo camino que pisa suelo sevillano y que pone rumbo a Extremadura, el Colombino , fue el que siguió Colón en 1493 . En Guadalupe se bautizaron los primeros nativos americanos llegados a Europa. Este, algo más breve, parte de Sevilla Capital y alcanza hasta Guadalcanal, en lo que a nuestra provincia se refiere. Algunas de las etapas imprescindibles son los conjuntos arqueológicos turdetanos de San José de La Rinconada y su museo municipal, la iglesia de estilo mudéjar de la Purísima Concepción, en Brenes, construida a finales del siglo XV y reformada en el XVIII; las ruinas romanas de Munigua y el imponente templo de Nuestra Señora de la Concepción, en Cazalla de la Sierra, declarado Bien de Interés Cultural en 1983.

Esta, desde luego, es una historia de caminos. Devotos que recorrían largas distancias por ver cumplir sus deseos y hazañas que comunicaban el mundo por mar. Sevilla se recrea en dirección a Guadalupe .

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