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Siete de los teleféricos urbanos más espectaculares del mundo

Desde el recién estrenado de Toulouse hasta el más largo y alto del mundo, este medio de transporte conecta diferentes puntos de grandes ciudades de forma rápida regalando unas vistas inmejorables

Imagen del nuevo teleférico de Toulouse © Lionel BONAVENTURE / AFP
Rocío Jiménez

Rocío Jiménez

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Los teleféricos se muestran como una alternativa ecológica para recorrer las ciudades de forma rápida y huir así de los odiosos atascos, pero, además, son una atracción turística más que permite obtener una panorámica diferente de los lugares en los que se ubican. Desde Bolivia a Nueva York o Madrid, estos son algunos de los teleféricos urbanos más espectaculares del mundo.

Teleférico La Paz, Bolivia

El de la Paz, Bolivia, fue inscrito en el libro Guinness de los Récords como el teleférico urbano más alto y largo del mundo . Aunque fue proyectado en la década de los 90 no fue inaugurado hasta 2014. Este transporte, cuyas cabinas pueden acoger hasta a diez pasajeros, recorre 30 kilómetros uniendo La Paz con El Alto y salvando una altura de 3.600 a 4.000 metros sobre el nivel del mar. De hecho, esta ciudad situada a 4.150 metros es la más elevada del mundo. Además de servir como medio de transporte para sus ciudadanos, es una oportunidad única para contemplar este rincón de Bolivia desde las alturas y para disfrutar de bellos atardeceres. Desde 2019 cuenta con 10 líneas con 37 estaciones en total.

Emirates Air Line Cable Car, Londres

Inaugurado en 2012 con motivo de los Juegos Olímpicos, el teleférico de Londres cruza el Támesis a 90 metros de altura y conecta la península de Greenwich con el muelle Royal Victoria. Conocido como Emirates Air Line Cable Car – por la compañía que lo patrocina–, este transporte es una atracción turística más de la ciudad desde la que obtener unas maravillosas vistas durante los siete minutos que dura el recorrido. Además, desde la compañía ofrecen diferentes opciones de viaje como la Celebration Experience que incluye una cabina privada y una copa de champán por pasajero.

Teleférico Toulouse, Francia

El teleférico urbano de Toulouse acaba de arrancar su andadura en mayo convirtiéndose en el más largo de Francia . Este transporte, que cuenta con quince cabinas, que pueden transportar a unas treinta personas, une la Universidad Paul-Sabatier con el Instituto Universitario Oncopole del Cáncer a través del centro hospitalario universitario Rangueil. La distancia de tres kilómetros se recorre en unos diez minutos, 20 menos de lo que se tardaría en realizar dicho trayecto en coche. Este transporte, que abre desde las 5.15 de la mañana hasta la medianoche, ofrece una resistencia al viento hasta 108 km/h.

El presupuesto total de este trabajo ha ascendido a 82,41 millones de euros, incluidos 11,8 de subvenciones. Téléo forma parte del proyecto Mobilités 2020-2025-2030 que tiene como objetivo enfrentar los desafíos de la movilidad diaria hoy y mañana frente a los atractivos del territorio en un enfoque ambiental.

Teleférico de Toulouse © Lionel BONAVENTURE / AFP

Teleférico de Medellín, Colombia

El Metrocable de esta ciudad es un sistema de transporte que tiene hasta seis líneas de tecnología de cable aéreo que se complementan y enlazan con las líneas férreas A y B. Una de ellas permite llegar a Santo Domingo Savio, donde funciona el Parque Biblioteca España , todo un referente para entender la Medellín de hoy en el que el arte, la cultura y la educación son ejes de desarrollo y de convivencia. Otra conecta las comunas 7 y 13 del occidente con la estación San Javier del Metro y una más une al parque Arví , que cuenta, entre otras cosas, con senderos ecológicos, mariposario y zonas de camping y picnic, con el resto del sistema. Inaugurado en 2004, este teleférico suma una extensión total de casi 15 kilómetros y tiene una capacidad para transportar a más de 3.000 pasajeros por hora. El sistema funciona a través de energía eléctrica apoyado por energía solar.

Teleférico de Madrid, España

El teleférico de Madrid conecta el Paseo del Pintor Rosales con la casa de Campo y permite a locales y turistas sobrevolar el área más verde de la capital con unas vistas inmejorables de sus zonas históricas. Así, se puede llegar al corazón de este parque evitando el tráfico y los problemas de aparcamiento. Construido por la empresa suiza Von-Roll , fue inaugurado en junio de 1969. Tras explotarse en régimen de concesión, en enero de 2018 el Ayuntamiento de Madrid recuperó la titularidad y gestión municipal a través de la Empresa Municipal de Transporte de Madrid . Dispone de 80 cabinas, cada una de ellas con aforo para seis personas, siendo su capacidad máxima de 1200 pasajeros por hora. Este transporte recorre una distancia de 2457 metros en unos 11 minutos y alcanza una altura máxima de 40 metros y una velocidad de 3,5 metros por segundo.

Teleférico de Madrid © Javier Sánchez - Madrid Destino

Teleférico de Funchal, Madeira

La isla de Madeira cuenta con varios teleféricos, pero es el que une la zona histórica de Funchal –la parada está ubicada en el jardín de Almirante Reis– con la localidad de Monte el que regala las mejores vistas. El recorrido tiene aproximadamente 3200 metros de longitud de pendiente a lo largo del cual se supera un desnivel de 580 metros. Este transporte se ha convertido en un atractivo turístico más de la isla que con sus 39 cabinas, cuyo aforo máximo es de seis plazas, puede transportar hasta 800 personas por hora en cada dirección en un trayecto que dura unos 15 minutos. Inaugurado en el año 2000, este teleférico llegó con la intención de recuperar el tradicional viaje en tren Comboio do Monte , que realizó el mismo trayecto hasta 1943.

Imagen del teleférico de Funchal, Madeira © Madeira Cable Car

Roosvevelt Island Tramway, Nueva York

Este teleférico, el único de la ciudad, se creó en 1976 para unir la isla de Roosevelt con Manhattan. En un principio estaba destinado a ser algo temporal hasta que se construyese una línea de metro, pero su buena acogida entre turistas y locales hizo que se quedara como una atracción más. El trayecto dura tres minutos y sobrevuela el East River siguiendo el puente de Queensboro llegando a alcanzar los 76 metros de altura y ofreciendo unas agradables vistas del río y los rascacielos. Además, está integrado en la red de la MTA por lo que el viaje solo cuesta lo que un billete de metro. Desde su inauguración se convirtió en un ‘juguete’ más para los rodajes de las películas de acción estadounidenses. Así, ha aparecido en filmes como Duro de Matar: la venganza (1995) o Spider-Man (2002).

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