Fuensalida o la moda del turismo del calzado

Este pueblo de Toledo, con decenas de zapaterías y fábricas, se llena los fines de semana de visitantes

ABC VIAJAR

Cada fin de semana Fuensalida se convierte en algo parecido a la calle Preciados del calzado. Miles de personas, la mayoría madrileños, su mercado natural y de referencia, se desplazan a un pueblo de Toledo situado a unos sesenta kilómetros de la capital de España, con el fin de vestir sus pies con una amplia gama de zapatos , un producto de calidad a un buen precio.

En la calle Cristo del Amparo , arteria principal de la localidad, se concentran casi una treintena de zapaterías, pymes y fábricas tradicionales, aunque Fuensalida alberga grandes y conocidas empresas internacionales como Pablosky , Kangaroos, Baerchi, Tolino o Tenorias dedicadas al diseño, fabricación y comercialización de zapatos. Fuensalida produce seis millones de pares al año por un valor de 150 millones de euros, y da trabajo directo a 1.500 personas e indirecto a 500, según datos aportados por la Asociación Provincial de Industriales del Calzado de Toledo (Asidcat).

Calidad del calzado

Aunque en un principio todas las empresas eran artesanales , fue en los años 60 y 70 del siglo pasado cuando comenzó la producción industrial. En la actualidad, Fuensalida calza a Europa y parte del mundo. Pablosky, por ejemplo, compañía creada en 1969 por Juan Pablo Martín-Caro, cuenta con más de 2.000 puntos de venta en España y está presente en más de 40 países. Kangaroos fabrica para El Caballo, Coronel Tapioca y Devota y Lomba, Baerchi, especializado en calzado de caballero, Tolino es el resultado de 70 años de experiencia en el sector del calzado mientras que Tenorias, la más reciente, se está haciendo un hueco gracias a la calidad de su calzado. Y es que el crecimiento de Fuensalida (11.000 habitantes), está ligado a la industria del calzado como reconoce su alcalde, Mariano Alonso.

«Los clientes llegan sobre todo desde la Comunidad de Madrid . Los fines de semana es increíble los madrileños que vienen, cifras que se superan con creces en fechas como las fiestas de la Almudena o San Isidro, festivos de Madrid». Todas estas visitas también dejan numerosos ingresos en restaurantes y bares de la población toledana. «Quien viene a comprar calzado ya se queda a pasar el día», confiesa el regidor, muy orgulloso del éxito de su pueblo.

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