Con qué destinos sueñan los periodistas de viajes para después del coronavirus

Catorce periodistas acostumbrados a vivir con la maleta hecha hacen planes para el regreso a la normalidad

Atardecer sobre Lisboa, uno de los destinos elegidos por los periodistas de viajes para #CuandoEstoPase
J. F. Alonso

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Los periodistas de viajes son una tribu extraña. Suelen despertar a partes iguales envidia (una vida en danza por el mundo) o compasión (hay quien solo tiene una o dos semanas libres al año para compartir con la familia). La mayoría son freelance: cuentan a cambio de una colaboración exigua cómo son esos destinos que al común de los mortales nos cuestan todo un año de ahorros. Van y vienen, prueban, buscan nuevas formas de ver viejos lugares. Y ahora, de repente, están en casa, oteando el horizonte, quizá poniendo chinchetas en un mapa. O al contrario, felices de poder descansar. A algunos de ellos les hemos preguntado qué destinos planean para cuando esto pase. Y estas son sus respuestas.

Elena del Amo

Loca por volver a pedir un zumo de granada recién exprimido en la azotea del Café Konak , con todo Estambul a la vista en uno de sus atardeceres de escándalo; por regresar a cualquier rincón de mi adorado Marruecos , o por emprender el viaje a la región italiana de las Marcas que el maldito coronavirus me ha cancelado. Y loca, como usted, por volver a quedar con los amigos en la terraza de siempre. ¡En la otra punta o a la vuelta de la esquina, la próxima escapada nos va a saber a todos a gloria!

En estas semanas tan irreales he pasado de vivir encerrada un mes (¡maravilloso!) en un barco ruso recorriendo el Mar de Ross , una de las zonas más remotas de la Antártida , a encerrarme en casa de mis padres, en la sierra de Madrid, para echarles una mano. Nos acordaremos toda la vida de estos días duros y raros , y a todos nos gustará sentirnos orgullosos de cómo decidimos vivirlos. Quizá ayudando a alguien, o leyendo esos libros para los que nunca encontrábamos tiempo, o empezando a aprender un nuevo idioma, o soñando con ese viaje que siempre se ha querido hacer y preparándolo al detalle. Sea realista, o no. Si decide no serlo, no escatime pensando que será demasiado caro para convertirlo en realidad. Estamos viendo que la vida puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos, y no siempre va a ser para mal.

Mar Ramírez

Estos días he seleccionado libros que me han hecho moverme. Nada mejor que viajar de la mano de Paul Theroux , el más célebre escritor de viajes. Entre las líneas de su libro “Tren fantasma a la Estrella de Oriente” he visitado con su aguda mirada los mismos lugares que recorrió en “El gran bazar del ferrocarril” realizado 30 años antes. Esta experiencia me ha despertado las ganas por regresar a Goa , el estado más pequeño de India y uno de los primeros lugares que conocí del continente indio hace también 30 años. La selva tropical, su litoral recortado de playas paradisíacas, las reminiscencias coloniales portuguesas y la tranquilidad de sus gentes han despertado como una evocadora invitación a regresar.

Miguel Ángel Barroso

Dentro de mi pasión por la naturaleza siento una fascinación especial por las ballenas . Las he visto en Alaska, Canadá, Noruega, Islandia… y las sueño muchas veces: criaturas atávicas y misteriosas que parecen desbordar las hechuras de este mundo casi tanto como las de nuestra imaginación. Hay un lugar muy especial al que quiero ir más pronto que tarde, ligado a esas pasiones y a las nutritivas lecturas que las acompañan: Massachusetts , en el noreste de Estados Unidos, donde resuenan los ecos de Thoreau, Emerson, Melville y Beston. Quiero seguir los pasos de Henry David Thoreau hasta el lago Walden, donde quiso hacer de su vida algo extraordinario, un «carpe diem» sin fin, y también hasta Cape Cod, un rompeolas arenoso batido por el viento, donde llegaron los padres peregrinos a bordo del «Mayflower» hace justo 400 años. Allí, en «la casa más lejana» , vivió Henry Beston, que dejó escrito: «La naturaleza es una parte de nuestra humanidad. Y cuando las Pléyades y el viento que ondula la hierba dejan de formar parte del espíritu humano, una parte de carne y hueso, el hombre se convierte en una especie de forajido cósmico». Y para cerrar el triángulo, cruzar a la isla de Nantucket , de cuyo puerto partió la locura en busca de « Moby Dick ». Libros en el equipaje junto a los prismáticos y la cámara de fotos, porque el fin último para viajar a ese territorio mítico es encontrarme con los cetáceos, como hizo Philip Hoare , cuyo maravilloso ensayo «Leviatán, o la ballena», que acabo de releer durante este confinamiento, compendia las historias de los filósofos trascendentalistas, los balleneros y esos colosos de las profundidades marinas. Cuando esta pesadilla acabe, deberíamos tomarnos en serio esta frase de Thoreau: «Eres más consciente que antes de lo que es importante y lo que es trivial. ¡Vale la pena esperar al futuro!».

Ángel Martínez Bermejo

Siempre hay tantos viajes soñados, tantos viajes imaginados esperando el momento de hacerse realidad… Si pudiera salir al mundo en las próximas semanas iría a cualquier lugar del Mediterráneo oriental, en busca del mar, del sol, de la historia y de la gente. Probablemente elegiría Grecia, Turquía o Egipto. Pero ahora, más que nunca, te das cuenta de que el destino es lo de menos. Lo importante, como decía Stevenson, es moverse. Sentir ese cosquilleo que te entra al salir de casa con una maleta y, mejor todavía, si no sabes exactamente dónde estarás dentro de unos días.

Carlos Pascual

No pienso tanto en los lugares a los que todavía no he ido. Al contrario, lo que más me apetece cuando acabe esta pesadilla, es volver a mis lugares, a mis sitios en los que se ha desarrollado algo de mi propia biografía. Hay una ciudad que estoy deseando volver: París . Ya no será la misma. Ya no estará Notre Dame , ni los museos que yo veía cuando era adolescente, que han cambiado de sede, pero los muelles del Sena seguirán siendo los mismos. Otra ciudad que estoy deseando volver a abrazar es Lisboa . Tuve la suerte de conocerla antes de la Revolución de los Claves, y voy casi todos los años. Roma , otra de las ciudades que me encataría volver a abrazar cuanto antes. La ciudad eterna . El tiempo parece haberse detenido. No sé si la heladería La Palma seguirá abierta, pero seguro que en el Trastévere podré encontrar alguna trattoria que me traiga recuerdos. En Alemanaia, Fráncfort, Núremberg ... Son ciudades a las que puedes ir muchas veces porque siempren estarán ahí, con algo que descubrir. Habrán cambiado algo, aunque en realidad me daré cuenta de que el que habré cambiado habré sido yo.

Alicia Arranz

Cualquier viaje ahora mismo me parece un sueño, así que por momentos me proyecto en tan destinos tan dispares como mi querida Cádiz , paseando por sus calles y tapeando en sus tabernas, o perdiéndome por el laberinto de la medina de Marrakech . Otros ratos me imagino de vuelta en el bullicio frenético de Nueva York , poniéndome al día de sus novedades culturales y gastronómicas, pero con tiempo para regresar a mis rincones favoritos. Aunque también tengo momentos en los que me teletransportaría a un lugar que tengo idealizado y en el que nunca he estado como es la isla de las maravillas de Holbox , en el Caribe Mexicano.

Javier Carrión

Cuando pase todo y volvamos a la “normalidad”, me gustaría poder realizar algunos de los viajes profesionales que han que tenido que ser suspendidos en este 2020 a causa de la pandemia. Uno de ellos es a la Costa Rica más salvaje, en torno al Parque Nacional Corcovado , el lugar con mayor intensidad biológica del planeta, para descubrir la rica fauna de este remoto territorio y de este modo olvidarme del maldito coronavirus que ha atrapado a la humanidad. Además, tengo muchas ganas de pasear por mi “paraíso nacional”, el Parque Natural de Oyambre , entre Comillas y San Vicente de la Barquera. Volver a pisar con mi familia la arena fina y dorada de la playa de Merón y degustar un buen plato de cuchara, como el cocido montañés.

Ana Luisa Islas

En cuanto pueda volver a viajar, me gustaría visitar a mis sobrinas y a mi hermana en el sur de Alemania . No puedo esperar a pasar un día con ellas en las orillas del lago Constanza, con una cerveza fresquita de la zona. La pandemia me obligó a posponer un viaje a México, así que después de haber ido al país teutón, cruzaría el Atlántico para ir con el resto de mi familia a Oaxaca , como teníamos pensado hacer en Semana Santa. Iríamos a comer al restaurante Yune Nisa, en Oaxaca ciudad, a disfrutar de una de las mejores comidas del mundo, de la cocinera Ofelia Toledo y su hija Donaji . No nos perderíamos una visita en domingo al mercado de Tlacolula. Y, por supuesto, visitaríamos a nuestra familia en Miahuatlán, a una hora y media de la capital. De regreso a San Miguel de Allende , donde vive mi familia, pasaríamos a la Ciudad de México, a desayunar a la Fonda Margarita, con mi padre, y a Querétaro , por unos esquites y unas gorditas. Cuando pueda volver a viajar, lo que haré será visitar a mi familia, abrazarles, cocinarles y pasar tiempo con ellos. Sin duda.

Fernando Pastrano

Lo primero que voy a hacer es salir a mi calle y saludar a todo el que se cruce conmigo, incluso al vecino huraño que cuando me veía agachaba la cabeza y fingía no verme. Voy a subir calle arriba y comprar varios periódicos (ABC el primero, claro) en el quiosco de toda la vida y dar los buenos días a Raquel, mi quiosquera desde hace treinta años . Voy a coger el autobús y me voy a plantar en un periquete en Callao. Y como ya será hora de merecer, me voy a tomar una birra de doble lúpulo en una cervecería de la calle Silva que solía frecuentar. Pasearé por Preciados, tranquilo, observándolo todo, y saludaré al oso y el madroño en la Puerta del Sol. Echaré un vistazo a la Real Casa de Correos, que me trae recuerdos de cuando yo empezaba en esto del periodismo en los años 70. Seguiré por Postas hasta la Plaza Mayor y si hace bueno me sentaré en una de sus terrazas. Pero haga el tiempo que haga me pediré un bocata de calamares para reponer fuerzas y dirigirme luego al Retiro y al Thyssen.

¿Qué si sueño con volver a la Gran Muralla China, las Pirámides de Egipto o al Machu Picchu del Perú? Pues claro, pero lo primero es lo primero.

Francisco López-Seivane

La verdad es que no se si tengo ganas de que acabe. Vivo sin angustia en Madrid, una ciudad maravillosa, más bella y tranquila que nunca, con las calles vacías, el aire limpio y un silencio balsámico y reparador que todo lo impregna. Me levanto sin sobresaltos, medito al alba, leo, escribo y me comunico virtualmente con mis numerosos amigos de todo el mundo por las redes sociales. Así que suscribo las palabras de Lao Tse: “No hay adonde ir. Todo viaje empieza y termina en uno mismo”.

Pepa García

La savia que da vida a un periodista de viajes es el movimiento, los desplazamientos, las sorpresas, lo inesperado… por lo tanto una etapa de confinamiento es casi el peor de tus destinos. Es necesario luchar a diario para superar el desánimo. Aunque otra característica es, también, la de la “adaptación” a las nuevas circunstancias, y ahí es donde entra en juego el fantasear con los viajes que se quedaron pendientes de hacer, o aquellos otros que no te habías planteado pero ahora están los primeros de la lista. Para mí, los destinos de naturaleza y, sobre todo, cerca del mar son lo que me dan vida. Ahora, ver fotos de mis veranos en las playas de Cádiz es lo que más me reconforta y, probablemente, sea lo primera que haga cuando termine esta reclusión.

Quizás por empatía, lo que más me apetecen son los planes nacionales alejados del entorno urbano y cercanos al mar o la montaña, sobre todo en España y en Europa, con Italia en esa lista de viajes para este año.

Miguel Ángel Barbero

El parón del coronavirus me llegó en plena temporada deportiva, por lo que todos los planes de viajes que tenía programados se quedaron en cuarentena. En mi caso, los desplazamientos no los realizo exclusivamente para analizar destinos turísticos, sino que suelo aprovechar los torneos de golf a los que asisto para conocer las ventajas turísticas con las que se va a encontrar el golfista que hasta allí se desplace. De manera que los billetes para Arabia (Yeda), Estados Unidos (Palm Springs y Augusta), Inglaterra (Sandwich), Japón (Saitama) o Portugal (Vilamoura) tendrán que esperar una nueva fecha. Y qué decir de un par de escapadas personales pendientes a Alemania e Indonesia…

César Hernández

Tuve la suerte de volver de Nueva York justo la semana anterior al confinamiento, cuando todavía no era evidente la pandemia y pensábamos que toda esta realidad que se nos ha impuesto sería como mucho el guion de una película de Hollywood. Así que desde que nos hemos visto obligados a estar en casa y a teletrabajar, me he dedicado a ver películas donde descubrir escenarios de los que tanto disfruté en libertad (sí, en libertad) hace apenas un mes: Birdman, Manhattan, etc… Es otra forma de viajar antes de que la memoria convierta los recuerdos en pura ficción.

César Justel

Hay que replantearse todo porque quizá nada volverá a ser igual. El destino al que pienso ir hoy cuando todo termine será El Bierzo , siempre interesante, como volver al pasado.

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