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Cinco destinos españoles que son un secreto, según los turistas europeos

La laguna rosa de Torrevieja, el coqueto pueblo de Calella de Palafrugell o Moraira son algunas de estas joyas del país que merece la pena descubrir en una escapada veraniega

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Imagen del pueblo de Calella de Palafrugell, Gerona © Matej Kastelic
Rocío Jiménez

Rocío Jiménez

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El portal European Best Destinations ha publicado la lista de los 22 mejores destinos secretos de Europa , un ranking que ha sido elaborado con los votos de más de 14.000 viajeros. Estos lugares destacan por su belleza natural y por estar poco masificados, lo que hace que sean perfectos para organizar una escapada de relax y desconexión de cara al verano. Entre estas 'joyas ocultas' -al menos desde las perspectiva europea- destacan cinco rincones españoles, entre ellos la laguna rosa de Torrevieja, el segundo de la lista.

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Imagen de la laguna rosa de Torrevieja

La laguna rosa de Torrevieja, Alicante

En plena comarca alicantina de la Vega Baja del Segura está el Parque Natural de las Lagunas de la Mata y de Torrevieja y justo ahí una enorme laguna de unas 1.400 hectáreas de color rosa. Así, no es necesario salir del país para encontrar uno de estos fenómenos que tantas fotos acumula en redes sociales, solo basta con ir a Alicante. Esta llamativa tonalidad se produce por una bacteria que libera un pigmento rosáceo en aguas con alta concentración de sal. En el caso de esta laguna es de 350 gramos por litro de agua, una cifra muy similar a la del Mar Muerto . Esta concentración convierte a este lago en el más productivo de toda Europa llegando a producir unas 810.000 toneladas de sal cada año . Aquí no está permitido el baño, pero sí se pueden realizar rutas a pie o en bicicleta para admirar el paisaje que forma. Además, el parque ofrece diferentes miradores para disfrutar del avistamiento de aves, ya que esta zona es una importante área de nidificación para más de un centenar de especies, como el flamenco, el zampullín cuellinegro o la cigüeñuela.

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Imagen del pueblo de Calella de Palafrugell © Matej Kastelic

Calella de Palafrugell, Gerona

Este antiguo pueblo de pescadores, que está situado en una costa rocosa formada por pequeñas calas, al norte del paraje natural de Castell- Cap Roig , ha sabido mantener su esencia con el paso del tiempo, esa que se respiraba en sus calles estrechas antes de que llegara el turismo de masas, esa misma que inspiró a Joan Manuel Serrat para componer 'Mediterráneo' en el ya desaparecido hotel Batlle.

En este bonito rincón catalán no hay que perderse el conjunto histórico del Port Bo y Les Voltes , una calle porticada con grandes arcos frente al mar que se ha convertido en el lugar más fotografiado de la localidad y en el más concurrido por acoger, en los bajos de las antiguas casas de pescadores, varios restaurantes especializados en cocina marinera. Además, hay que visitar la iglesia de San Pedro , un templo de finales del siglo XIX pintado de blanco; admirar algunas de sus casas más singulares, como Sagrera , de estilo neoclásico, Casa Rocamora , que enclavada en las rocas separa la playa de En Calau de La Platjeta, o Casa Verdaguer , construida a finales del siglo XIX como ampliación de unos antiguos baños. Sus playas y calas de arena de grano medio y con un fondo marino muy rico son perfectas para practicar snorkel y para tirarse a descansar. Port Pelegrí, Canadell , con sus característicos guardabots –construcciones a modo de sótanos que se utilizaban para guardar las barcas y los aperos de pesca–, y Golfet son algunas de las más destacadas.

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Imagen de la playa El Portet del pueblo de Moraira, Alicante

Moraira, Alicante

Dentro de la comarca de la Marina Alta está el pueblo de Moraira , un rincón alicantino en el que la tradición pesquera sigue estando muy presente y en el que desconectar está más que asegurado.

En este destino no hay que perderse su castillo , construido a mediados del siglo XVIII para proteger y salvaguardar a la población de los piratas. Situada en una elevación rocosa junto al a playa de L’Ampolla y con increíbles vistas al peñón de Ifach de Calpe, esta fortaleza que presenta un estado de conservación bastante bueno es su monumento más destacado junto a la torre vigía Cap D’Or, del siglo XVI. Hay que visitar también su puerto deportivo, en el que hoy día todavía se puede presenciar la subasta del pescado y marisco en público, recorrer a pie su casco urbano, con sus calles empedradas y sus casas típicas de la Costa Blanca engalanadas con flores de colores, y acercarse al Marjal del Senillar , un humedal formado por una serie de lagunas separadas por la arena de la playa declarado Reserva de Fauna Silvestre , y a la Cova de les Rates, una gran cavidad situada en el Cap D'Or formada debido a la acción erosiva del agua sobre la roca a la que solo se puede acceder a través del mar . De visita obligada son también los casi 8 kilómetros de costa con los que cuenta Moraira, formada por siete playas y calas vírgenes que ofrecen la mejor versión del Mediterráneo, como L’Andragó , una tranquila cala con aguas cristalinas que alberga también un mirador, Les Platgetes , que cuenta con la distinción de bandera azul y L’Ampolla , la más accesible y conocida.

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Imagen aérea del pueblo de Zahara de la Sierra, Cádiz © Benny Marty

Zahara de la Sierra, Cádiz

Situada en el interior del parque natural Sierra de Grazalema, junto al gran embalse de Zahara-El Gastor, está Zahara de la Sierra , una villa serrana que pertenece a la Ruta de los Pueblos Blancos y que destaca por sus coquetas casas blancas y por su rico patrimonio. Declarado Conjunto Histórico , este pueblo data de la época musulmana de la que se conserva además el típico entramado urbano andalusí. El punto de partida de toda ruta por este rincón es su mirador, situado justo en la entrada. Una vez se ha obtenido una panorámica del pueblo lo mejor es echarse a andar por sus calles para descubrir sus casas tradicionales con floridos balcones, sus miradores interiores y sus fuentes naturales, como la de la Higuera o El Pilar. La iglesia de Santa María de la Mesa , que data del siglo XVII, es uno de sus imprescindibles, como lo son la capilla de San Juan de Letrán , una pequeña iglesia construida en 1958 sobre el solar que ocupó la ermita del mismo nombre de la que solo se conserva lo que constituía el campanario, y los restos de su castillo de los siglos XIII al XV del que se conserva algunos lienzos de la muralla y la torre del Homenaje, situada en su cota más alta a 605 metros sobre el nivel del mar.

Para los amantes de la naturaleza es la ruta senderista de La Garganta Verde , un espectacular cañón de roca originado por el azote de las aguas del arroyo Bocaleones que acaba en una cavidad conocida como Cueva de la Ermita y que está ubicada a tan solo 5 kilómetros. Para poder acceder es necesario solicitar autorización a la Consejería de Medio Ambiente ya que se trata de una zona de acceso restringido. Además, en el embalse de Zahara-El Gastor se pueden realizar diferentes actividades acuáticas, aunque eso sí, no está recomendado el baño. Para eso ya está la playa artificial , situada en el Área Recreativa de Arroyomolinos.

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Casco histórico de Hondarribia © Sasha64f

Fuenterrabía, Guipúzcoa

Bañada por las aguas del mar Cantábrico, Fuenterrabía ( Hondarribia ) está situada al noroeste del territorio histórico de Gipuzkoa, en la comarca de Bidasoa-Txingudi, a los pies del monte Jaizkibel.

Situado dentro del recinto amurallado está el casco viejo , por cuyas calles empedradas repletas de casas blasonadas merece la pena pasear para toparse con alguno de sus edificios más bonitos, como el ayuntamiento , albergado en una construcción barroca del siglo XVIII, el Palacio Zuloaga , que en la actualidad acoge la biblioteca municipal y el archivo histórico, o la iglesia de Santa María de la Asunción y del Manzano , de estilo gótico con añadidos renacentistas y barrocos. Si se sigue paseando se puede llegar a la plaza de Armas donde se ubica el Castillo de Carlos V , hoy parador. Esta construcción fue en sus orígenes una fortaleza construida a finales del siglo X por el rey Sancho II de Pamplona y restaurada y ampliada por Carlos V en el siglo XVI, de ahí su nombre. Una vez se ha recorrido el casco viejo y se ha parado también en las puertas medievales de Santa María y San Nikolas es momento de alejarse para llegar hasta el Barrio de la Marina , famoso por su hermosa arquitectura. Este es el lugar perfecto para hacer una parada para disfrutar de la rica gastronomía de la zona, en la que no faltan los buenos pintxos, en uno de los muchos bares y restaurantes que acoge.

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