RUTAS LITERARIAS

El pueblo y los cañones que fueron el refugio burgalés de Miguel Delibes

El centenario del nacimiento del escritor invita a recorrer los paisajes castellanos que tanto amó, en el valle de Sedano, el sitio de su recreo, y en Valladolid, donde vivió

Cañón del Ebro Félix Ordóñez

Mar Ramírez

Al norte de la provincia de Burgos, en las inmediaciones de los cañones del río Ebro y el Rudrón , Miguel Delibes (1920-2010) quedó prendado de Sedano , un valle que, gracias a su situación junto a la cordillera Cantábrica, tiene suaves veranos. Junto al río Moradillo , que discurre por el pueblo de Sedano, disfrutaba de su fresco estival su novia y, mientras acudía a visitarla, quedó irremediablemente prendado de esa España rural y sus paisajes.

La casona de piedra del siglo XVII que convirtió en su hogar continúa siendo solar familiar, mientras las calles del núcleo urbano mantienen imborrable su huella en algunas de sus obras y en el complejo residencial Miguel Delibes , que dispone de apartamentos y salas. Es además punto de encuentro cultural y social, por ser una de las sedes de la Universidad de Burgos, y como Centro de Interpretación de la vida y obra de Miguel Delibes, con la biblioteca que recoge su obra o las películas que se inspiraron en las mismas.

Delibes se sentía no solo parte de una familia, sino de un territorio. Allí fue donde «empecé a darme cuenta, entonces, de que ser de pueblo era un don de Dios y que ser de ciudad era un poco como ser inclusero…».

Estos son algunos de los lugares más sobresalientes a los que se asomó el escritor.

Sedano, entre casonas y palacios

Delibes, en los alrededores de Sedano HERAS

El tranquilo pueblo de Sedano, presidido por la iglesia en lo alto de un promontorio rocoso, es el punto de partida de esta ruta. Pero antes conviene deambular entre sus notables casonas o en el palacio de la Torre de los Gallo , del siglo XVI. Remontamos el curso del río Moradillo hasta la zona alta donde se halla el barrio de los lagos, así conocido porque el río, junto a un puente medieval y un antiguo molino fluvial, crea unas cascadas abundantes en época de lluvias.

Hasta Gredilla de Sedano, en el centro del valle, hay que llegar para admirar su iglesia románica, de bellísima portada, y el palacio de los Bocanegra, con su torre de sillares que le da aspecto de fortaleza. El escudo nobiliario de la familia de origen italiano que lo erigió permanece en su fachada.

Cañón del Ebro

El río se abre paso hacia la meseta castellana cortando una brecha en la roca, que talla un pasaje de hoces y cañones. Bosque de ribera junto al río y parameras cubiertas de encinas, robles y pinares en la cumbre sirven para unir el mundo atlántico con el mediterráneo al norte burgalés a través de un llamativo panorama. No solo hay que asomarse desde los miradores del parque natural, sino explorar las sendas, como la que a lo largo de 15 kilómetros conduce desde Pesquera de Ebro hasta Orbaneja del Castillo o la del Camino Natural del Ebro GR-99 que nos guía sin pérdida, no solo por la zona sino hasta la misma desembocadura del gran río.

Orbaneja del Castillo

Orbaneja del Castillo

Para admirar una de las cascadas más excepcionales de nuestro país hay que buscar el pueblo de Orbaneja del Castillo. Con su belleza líquida y las viviendas de piedra alrededor del castillo y la iglesia crean un fotogénico conjunto urbano de arquitectura medieval salpicado de pozas y cantarines saltos de agua. Antes de partir, las sendas son de nuevo una buena oportunidad de disfrutar en contacto con la naturaleza. Como la que conduce en un itinerario circular hasta los treinta chozos de pastor situados sobre el páramo de roca caliza. Llama la atención la sencillez de las piedras apiladas en seco para construir dichos refugios pastoriles que tanto evocan las construcciones prehistóricas.

Cañón del Rudrón

El afluente del Ebro crea para entregar sus aguas un cañón cuya senda recorremos por un profundo desfiladero que nos puede conducir hasta Valdelateja, donde juntan sus aguas. Uno de los tramos más vistosos lo traza entre Hoyos del Tozo y Moradillo del Castillo , donde vamos siguiendo el curso fluvial en un tramo de cañón cuyos paredones llegan hasta 300 metros. Dejamos el pueblo con su iglesia de vistosa portada románica, semienterrada a orillas del río, para tomar el camino del molino hasta la represa. A partir de ahí una senda que discurre junto a una antigua fábrica de luz va adentrándose en el cañón regalando unas vistas magníficas hasta cubrir los siete kilómetros que nos separan de Moradillo del Castillo.

Pozo Azul de Covanera

A las afueras del pueblo de Covanera, en el valle del Rudrón, espera una misteriosa cavidad que asoma a la superficie a través del Pozo Azul. Una surgencia de agua que al salir a la superficie crea una laguna de aguas de color turquesa que va intensificándose a medida que aumenta la profundidad y en cuya transparencia nadan las truchas. Es punto de entrada a un complejo subterráneo cárstico cuyas galerías se extienden hasta 13 kilómetros, situándolo entre las cavidades subacuáticas más destacadas de Europa. Al regresar al pueblo, descendiendo por el cañón labrado por sus aguas hasta encontrar el Rudrón, podemos ver en los farallones las tradicionales colmenas del valle bajo los salientes de roca calcárea.

El señor Cayo y Cortiguera

El núcleo rural donde se rodó la película basada en la obra de Miguel Delibes «El disputado voto del señor Cayo», protagonizada por Paco Rabal, hoy luce solitario y abandonado en medio de la paramera y sus rigores climatológicos, próximo al borde del cañón del Ebro. Resulta imponente aun viendo solo las ruinas de sus viejas casonas solariegas, hogar de vecinos que vivían de la ganadería así como del cultivo de cereales y leguminosas. El aislamiento motivó que sus vecinos lo abandonaran en los años 60.

Moradillo de Sedano HERAS

Los dólmenes megalíticos

El paisaje del valle de Sedano y alrededores del páramo de la Lora está salpicado de huellas megalíticas, testigos del ancestral poblamiento de la zona y las creencias espirituales de sus primeros habitantes. Es uno de los mejores conjuntos megalíticos europeos, repartido por zonas elevadas y pueblos como Moradillo de Sedano, con el dolmen de Las Arnillas, el más espectacular junto al de El Moreco, en las inmediaciones de Huidobro, o el de Valdemuriel, en Tubilla del Agua, en el valle del Rudrón. El dolmen de La Cotorrita, en Porquera de Butrón, sobre una elevación del terreno, es lugar de enterramiento colectivo en forma de sepulcro con corredor que desemboca en una cámara protegida con grandes lajas de piedra de 8.000 años de antigüedad.

Tesoros arcaicos

Del esplendor y el arraigo de las creencias religiosas que vivieron estas tierras castellanas son testigos templos arcaicos como la ermita visigoda de Santa Centola y Elena, a la que conviene ascender, en las inmediaciones de Valdelateja, por una senda que conduce al pueblo abandonado de Siero, para disfrutar de una panorámica magnífica de los cañones del Ebro y el Rudrón. No menos atrayente es la misteriosa historia medieval de Quintanilla Escalada, pueblo crecido junto al puente colgante sobre el río Ebro. Antiguas casonas con detalles medievales hablan de su lejana pujanza asociada al tránsito del camino.

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