Una imagen de la obra del artista estadounidense Paul McCarthy, en la plaza Vendôme de París
Una imagen de la obra del artista estadounidense Paul McCarthy, en la plaza Vendôme de París - AFP PHOTO/BERTRAND GUAY

Un consolador gigante en el corazón del París más clásico

La escultura hinchable de Paul McCarthy, instalada en la Plaza Vendôme, escandaliza a parte de la sociedad parisina

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El objeto que ven en la fotografía se ha convertido estos días en el centro del debate de la vida social en París. Esta escultura bautizada como «Árbol» (en referencia a un árbol de Navidad), obra del artista estadunidense Paul McCarthy, se halla en la Plaza Vendome, un símbolo del clasicismo y el lujo en París, todo lo contrario que la obra instalada, que recuerda inevitablemente a un juguete sexual.

La escultura tiene de 24.4 metros de altura, es un encargo de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo en 2014 ( FIAC), que se celebrará en la capital francesa del 23 al 26 de octubre. La gran cita de la creación contemporánea en Francia presenta a menudo obras polémicas, pero quizá ninguna como esta escultura hinchable, descalificada por algunos sectores de la sociedad parisina.

La plaza Vendôme es una de las más célebres del mundo, situada en el I Distrito de París, un símbolo del clasicismo y del lujo: allí abren tienda Dior, Chanel o Cartier, entre otras marcas. En cuanto a Paul McCarthy, de 69 años, es un escultor célebre por su estilo provocador, lleno de referencias sexuales a menudo mezcladas con situaciones o personajes polémicos o impensables, como el expresidente Bush o, ahora, esta plaza parisina. Son obras que suelen ser obscenas, sucias, burlonas, admite el propio creador.

Cada año, la FIAC da carta blanca a un artista para que se exprese en esta plaza parisina. En esta ocasión, con un escándolo mayúsculo a su alrededor. McCarthy fue agredido por un hombre que le golpeó en la cara, indignado por su trabajo, según publica Le Monde. En internet ha corrido como la pólvora esta situación, bajo etiquetas del tipo «París humillado».

Mientras tanto, Jennifer Flay, directora artística de la FIAC, ha dicho en Le Monde: «Por supuesto que esta obra es controvertida, que juega con la ambigüedad entre un árbol de navidad y un consolador: no es una sorpresa ni un secreto. Pero no ofende el público, y es suficientemente ambigua para no molestar a los niños».

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