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«No Man’s Sky»: el videojuego más grande de la historia

Un pequeño estudio ha generado un universo imposible de recorrer con 18 quintillones de planetas únicos por explorar

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Un universo completo. Galaxias con sus estrellas y sus sistemas solares con sus mundos. 18 quintillones de planetas únicos con tamaño de planeta por explorar. Un videojuego imposible de recorrer, probablemente el más grande jamás creado. Y un jugador solitario, con una posibilidad remotamente infinitesimal de encontrar a otro en mitad de las vastedad del todo, en la soledad de la nada y con la incertidumbre de vivir en la última frontera jamás pisada por un alma: «No Man’s Sky».

Un pequeño estudio independiente con sede cerca de Londres ha generado la mayor expectación en las consolas. La docena de trabajadores de Hello Games, liderados por el programador Sean Murray, lanzarán en los próximos meses (aún no hay fecha definitiva) un juego que pretende ser un hito en la historia por su enormidad.

La intención es hacer sentir al jugador el abrumador peso del universo, metiéndole en primera persona en la piel de un aventurero del infinito donde no hay nada escrito de antemano.

Y en verdad no hay nada escrito. Cada mundo y cada momento está generado aleatoriamente siguiendo unos patrones matemáticos previamente fijados en algoritmos. De otra forma, un grupo tan minúsculo no habría sido capaz de desarrollar un plan tan ambicioso. El sistema, conocido como generación por procedimientos, fue muy utilizado en los años ochenta, cuando la escasa memoria de los dispositivos impedía incorporar demasiada información. Con esporádicos títulos en las décadas sucesivas, ahora está viviendo una cierta popularidad por la mayor demanda de mundos cada vez más grandes y abiertos. El superventas « Minecraft» es el caso de mayor éxito.

Unos 18 quintillones de mundos únicos

La generación por procedimientos, sin embargo, tiene sus contrapartidas: la pérdida de control por parte del creador, la aparición de contenidos repetitivos o, peor aún, incoherentes. Hello Games ha creado unas semillas que sirven de estructura sobre las que se levantan cada elemento para así reducir el margen de errores. Así, por ejemplo, los árboles tienen ramas y no piernas, los seres vivos se mueven, etc. No todos los planetas tienen vida; de hecho, se tienen que cumplir unas condiciones específicas muy concretas, como la distancia de su estrella o la composición química de la atmósfera. Cada mundo es... un mundo. Concretamente 18.446.744.073.709.551.616 mundos únicos: unos deshabitados, otros inhóspitos, unos inhabitables, otros tóxicos, unos radiactivos, otros llenos de vida, con flora y fauna más o menos evolucionada, más o menos agresiva, en ecosistemas coherentes pintados con colores planos.

Aventura y exploración

A las objeciones artísticas a la generación por procedimientos, los escépticos con «No Man’s Sky» añaden el etéreo objetivo del juego. Su ideador, Sean Murray, insiste en que no es un MMOG (un juego masivo multijugador online) puesto que, aunque los jugadores están en línea y existe un atlas espacial común en evolución, la probabilidad de encontrarse con otra persona real es imposible por la diferencia espacio temporal. Hay aventura y acción, pero tampoco es un juego de disparos, aunque se pueda participar en batallas aéreas entre facciones. Ni es rol, aunque es fundamental el componente de la recolección de materias primas y el comercio para mejorar los útiles, la nave y obtener combustible.

Murray ha puesto una meta a disposición de los jugadores con necesidad de encontrar un objetivo claro: alcanzar el centro del universo. Aunque, insiste, la idea es explorar, conocer mundos sabiendo que uno es el primer ser humano en tenerlo ante sus ojos, abrirlos sorprendidos con ingenuidad, subir a la nave y descubrir otro nueveo donde nadie habrá estado. No hay un hilo narrativo ni una historia predeterminada. La libertad es total. En la vastedad del todo, en la soledad de la nada.

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