Análisis

Una semana con el OnePlus 8T: vuelta a la fórmula equilibrada

El nuevo teléfono móvil de la firma china debuta con un nuevo terminal «premium» seis meses después y apuesta por una enorme autonomía que con 15 minutos aguanta un día y una pantalla fluida

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Cambio de rumbo, y para mejor, de OnePlus, una empresa que se disputa el título de la «Apple china». Tras unos ciclos de venta en donde se subió a la parra comercializando productos cada vez más caros, regresa a su esencia en su nuevo buque insignia, el OnePlus 8T. Escasamente seis meses después de lanzar el anterior modelo en el que, por el camino, apostó por la gama media con un interesante modelo llamado Nord.

A diferencia de otros lanzamientos, no hay (por el momento) una versión «Pro», aunque dadas sus capacidades es, siendo sinceros, prácticamente innecesario. El terminal cumple. Con unos bonitos acabados en cristal que recuerdan de hecho al Nord, el terminal resulta compacto y manejable a pesar de sus 6.55 pulgadas. Lo que más llama la atención es su poderoso panel sin curvas (y simétrico, todo sea dicho) de tipo Amoled que destaca por su sensacional fluidez. Esto es debido a la tasa de refresco de 120 Hz que da un extra de actualización.

Una tecnología de la que, por ejemplo, se había rumoreado en los últimos meses que llegaría a los nuevos iPhone 12 , pero que no ha sido así. En cambio, la han adoptado otros buques insignias del mercado y permite sacarle más jugo en los juegos móviles, entre otras cosas. Es algo que se nota y logra una gran experiencia a pesar del impacto energético. La resolución, sin embargo, algo mejorable. Ofrece espacio para Full HD, suficiente pero algo escaso en comparación con otros equipos. Para el tamaño del dispositivo el resultado es bueno. Incluye un sistema de brillo automático, a veces algo inestable.

Tiene caballos para rodar bien en todos los terrenos. El chip Snapdragon 865 logra rascar un notable desempeño. Es fluido, rápido y solvente, según la experiencia durante estos primeros días y los distintos test de rendimiento. Es marca de la casa intentar darle una vuelta de tuerca a otras prestaciones como la memoria RAM, algo necesario para el «multitasking» por ejemplo, y que en esta edición alcanza los 12 GB en su versión más potente (6 GB para el modelo intermedio).

Cámara conservadora y mejorable

El equipo mantiene otros atributos como la cámara. Apenas se ha tocado esta fórmula. Cuatro lentes de 48, 16, 5 y 2 megapíxeles conjuntan un módulo trasero bastante discreto (en forma de ficha de dominó como Samsung) en comparación con otras propuestas de competidores. Da buenos resultados. El sensor principal, de 48 megapíxeles, permite capturar imágenes con gran información aunque tiende a potenciar los contrastes. Se equilibra con un sensor ultra gran angular de 16 megapíxeles con apertura focal de F2.2. Este objetivo es bastante versátil y juguetón. Se presta a las escenas más creativas en los viajes aunque tiene a deformar.

Viene compensado por una lente macro de 5 megapíxeles (apertura focal de F2.4) algo inestable en su enfoque con baja luminosidad. Más creativo es la existencia de una lente monocromática de 2 megapíxeles que se integra a los distintos modos de disparo en blanco y negro. Es una opción que está ahí y que no molesta. Es posible que muchos usuarios apenas le saquen un uso diario. Las cámaras tienden, por lo general, a requerir de una buena iluminación.

Aunque no alcanza a otros equipos, permite capturar vídeo en 4K a 60 cuadros por segundo. Se puede grabar también en distintos modelos como cámara rápida y cámara lenta (hasta 480 fps), pero por lo general requiere de una buena iluminación para conseguir un buen resultado. Para la cámara frontal, de 16 megapíxeles, se ha optado por «agujerearla» en una esquina superior.

Que el modelo Nord hubiera dado el salto a las redes 5G, no podía faltar en el repertorio de este terminal más avanzado esta compatibilidad. Sí, soporta esta tecnología aún en fase de despliegue. Otros aspectos interesantes es la presencia del sensor de huellas dactilares integrado en la propia pantalla (que toma en herencia de sus antecesores) y un equipo de audio que logra sonido estéreo.

Aunque, sin duda, lo más interesante se encuentra quizá en su batería, de 4.500 mAh , que garantiza dos días de uso moderado, pero que vuele asombrar con su sistema de carga rápida: se carga en 40 minutos. Y lo mejor: en un cuarto de hora se puede tener suficiente para todo el día. También un aspecto destacado que mantiene su seña de identidad es la capa de personalización del sistema operativo llamada Oxygen, que le da un toque muy minimalista y limpio. Sin duda, un buen candidato a móvil de Android del año.

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