Cinco conductas a evitar para no meterte en «líos» en WhatsApp

En aras de una salud mental recomendamos no hacer lo que posiblemente llevas haciendo mucho tiempo

J.M.SÁNCHEZ

Decir lo que quieras, cuanto más exagerado mejor

Las palabras se las lleva el viento. Vale. Esa afirmación puede ser cierta, menos en los servicios de mensajería y las redes sociales. En estos entornos digitales las palabras cobran una mayor dimensión. Son armas que las carga el mismísimo diablo . No es para menos, puesto que lo que uno dice en algún momento dado impulsado por el calentón de turno puede derivar en un problema con los amigos y contactos.

Si bien es cierto que en la actualidad la inmensa mayoría de usuarios de servicios digitales emplean emoticonos y «emojis» para comunicarse, ta mbién es cierto que no todo el mundo ajusta las conversaciones a las reglas más estrictas del lenguaje . Por supuesto, tampoco en los signos de puntuación. Los tiempos de acortar los términos para que cupieran en un mensaje de texto (y, con ello, ahorrar) acabaron. ¡Así que no hace falta escribir como si fueras de otro planeta! Porque en ese caso puede ocasionar que se puedan malinterpretar tu mensaje, alguien entienda incluso lo contrario. Ya se sabe: No es lo mismo «vamos a comer niños» que «vamos a comer, niños».

Un pequeño detalle gráfico que pueden contribuir a una salud conversacional y, por ende, evitar meterse en berengenales. Por supuesto, los usuarios más exaltados y los provocadores (siempre conocemos a uno en algún grupo, y puedes que en este caso seas tú ) son divertidos. A veces. Porque hay temas sensibles que generan muchos problemas. No más que en la vida real, pero en un servicio como WhatsApp se puede -insistimos- malinterpretar tus palabras y enfadar a alguien. Además, un consejo práctico (lo regalamos, vaya) es aplicar el sentido común y una máxima; aquello que no quieras que se sepa es mejor que no lo digas.

Lo más probable es que entre colegas y amigos de toda la vida no pase nada por hacerse el gracioso. Es más, si tienes esa personalidad, ¿para qué cambiar? Pero hay ciertos grupos de ciertos trabajos (hola, funcionarios) que como digas algo malsonante o fuera de lugar y a alguien se le ocurra hacer una captura (y lo harán) estás vendido. Así que, relájate, hijo, que en la vida hay cosas más importantes. Ah, por si no lo sabías, HABLAR CON MAYÚSCULAS EN INTERNET EQUIVALE A GRITAR. Ejem. Por tanto, piensa antes de hablar.

Subir fotos de tus hijos para que todo el mundo lo vea

Vivimos en un momento de reflexión. Las redes sociales, en efecto, no son hermanitas de la caridad que nos dejaban explayarnos a nuestras anchas y querían que hiciéramos nuestro libro de recuerdos para la posteridad. No. Son empresas y, como tal, buscan rentabilizar beneficios.

La siempre recurrente máxima de «cuando el producto es gratis lo más probable es que el producto seas tú» debería ser una constante en los hábitos de los consumidores, pero a veces cuesta inculcarla. Pero es así. Los casos de filtraciones masivas y comercialización de datos como el protagonizado por Facebook no ha hecho más que alentar a los defensores de la privacidad. Total, que cuando uno recibe la Buena Nueva (tener hijos, vaya) le gusta presumir. ¿A quién no?

Ahí están esos contactos y amigos que no dejan de subir fotografías y videos de sus retoños, incluso en las llamadas Stories o Historias que se trata de una función que permite compartir contenido efímero que desaparece pasadas las 24 horas de publicarlo. Lo que puede que no seas es que, si no has protegido tu cuenta desde la opción de privacidad existente, todos tus contactos pueden verlo. Como de momento no existe esa opción de aviso de captura en WhatsApp que sí tienen otras aplicaciones nadie te garantiza dónde va a ir a parar esa tierna imagen de los primeros pasos.

Es probable que a más de uno le traiga sin cuidado, pero enviar fotografías y videos a diestro y siniestro a un grupo debes asumir que no con todos los contactos te llevarás bien. Uno de los problemas de las redes sociales es que saca el lado más despreciable de algunas personas, así que igual te pitan los oídos por alguna razón.

Difundir cadenas y bulos

Vale, hay que asumirlo ya de una vez: parte de la responsabilidad de que las noticias falsas se propaguen en internet la tienen (!ojo con ello!) los usuarios. Sí, los usuarios, tú, yo, nosotros, vosotros y ellos cuando le damos a compartir sin leer, creyéndonos todas esas cadenas que aparecen por ahí ( que si hay una bomba en la Gran Vía, que roban niños, que comen niños, que los unicornios existen, que WhatsApp va a empezar a cobrar ) y compartiendolas como si tal cosa. Así que es mejor desconfiar y parar la cadena cuanto antes.

Además, hay algo que tal vez no has reparado a pensar: hay veces que esas cadenas incluyen enlaces fraudulentos que, al pinchar, puedes caer en alguna trampa de ciberdelincuentes y robarte tus datos personales. WhatsApp, en efecto, se ha convertido en una de las principales herramientas de comunicación (1.300 millones de usuarios registrados), así que te lloverán «memes» y virales, algunos antiguos y clásicos ya pasados de moda. Evítalo. Por favor. Evítalo.

Poner recetas de cocina en el grupo del colegio

Los grupos de WhatsApp han sustituido parte de las conversaciones en las redes sociales. El servicio, al requerir añadir a miembros en un espacio no abierto al público, da la sensación que existe más libertad para opinar y decir lo que te venga en gana. Lo más seguro es que no estés dentro de un único grupo, sino en otros tantos. Que si el grupo de la escuela de tus hijos, el de la Thermomix , el del trabajo, el del gimnasio, el de tus amigos de toda la vida, el de la familia, el de alguna afición concreta. Eso da igual.

Lo que no da tan igual es que estos espacios son, en teoría, específicos, y tienen una misión concreta, así que, por favor, compórtate. Hay normas, ¿sabes? Un cierto protocolo de actuación. No hace falta que envíes decenas de imágenes de tus vacaciones , si le quieres decir a una persona en concreto algo hazlo mejor por privado. Hay conductas a evitar que son tóxicas y solo enredan. Es probable también que no conozcas a las personas que forman parte del grupo en persona, así que, ¿para qué discutir? ¿Eh? ¿Para qué decir algo que esté fuera de lugar?

Hacer spam, si total no pasa nada

No solo con las cadenas virales, que sepas en los términos de uso de WhatsApp ( no te los has leído , vaya por Dios) se incluyen algunas prácticas por las que te pueden bloquear la cuenta. ¿A que no lo sabías? Pues una de ellas es hacer «spam», es decir, si un usuario está empleando técnicas para promocionar productos o servicios de manera reiterativa.

También es posible que te bloqueen temporalmente el servicio en los casos en los que se utilizan aplicaciones de terceros para automatizar mensajes para enviar mensajes a muchos destinatarios desconocidos. También, recalcan en las cláusulas, es posible cerrar un perfil si la plataforma detecta que te han bloqueado muchos usuarios en un corto espacio de tiempo, dado que puede hacer pensar al sistema que hay un «troll» de por medio.

Lee mejor lo que citan textualmente: prohibido aquellos contenidos que sean ilegales, obscenas, difamatorias, amenazantes, intimidantes, acosadoras, agresivas, ofensivas desde el punto de vista racial o étnico, o que promuevan o fomenten conductas que serían ilegales, o de otro modo inadecuadas, incluida la promoción de delitos violentos. Ahí es nada.

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