Navas, felicitado por sus compañeros después de detener el penalti que lanzó Griezmann
Navas, felicitado por sus compañeros después de detener el penalti que lanzó Griezmann - Reuters
REAL MADRID

Keylor Navas no puede con todo

Se ha asentado en el puesto e impregna fe al equipo. Detuvo un penalti con sus reflejos. Y evitó el 2-1 al final con otra gran parada

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Sentía una rabia interior que deseaba eliminar con esa fe que profesa en Dios y que le hace creer que todo lo conseguirá si trabaja con denuedo para triunfar. La temporada pasada no pudo demostrar su calidad. La que había plasmado en el Levante y en el Mundial. Keylor Navas fue suplente de Casillas y sus actuaciones discontinuas, como un Guadiana, no le permitieron brillar en un equipo tan difícil como el Real Madrid.

Lo peor es que le tocó ser titular en el peor momento del conjunto de Ancelotti, en enero y febrero, en la Copa, y sufrió el mejor fútbol del Atlético en el 2-0 del partido de ida y en el 2-2 de la vuelta. Se le notó entonces nervioso, desubicado.

Ocho meses después, titular con Benítez tras el fallido fichaje por el Manchester, quería quitarse esa espina. Deseaba ser importante en un derbi. Anoche se convirtió, junto a Benzema, en el mejor futbolista del Real Madrid. Al final recibió un gol por un fallo defensivo. Antes había detenido un penalti con un vuelo sensacional. Y en el último minuto evitó el 2-1 al despejar un trallazo de Jackson.

Rápido desde el primer balón aéreo, falló en un regate tonto con los pies en un balón que debió despejar y no complicarse. Es un defecto que debe corregir. Ya lo sufrió frente al Español, en Cornellá, en la penúltima jornada de la pasada Liga. Anoche repitió esa tontería, quizá cegado por los focos. Después, ya no se complicó más. Se mostró veloz, colocado y seguro.

Benítez le informó bien

Se anticipó en varios centros. Salió bien a los pies de Correa en una incursión peligrosa. Y llegó su momento esperado. Ramos cometió un penalti en su error repetido de entrar con todo. Podía significar el empate tras el bonito gol creado por Carvajal y cabeceado por Benzema. Lo lanzó Griezmann, a la derecha, a media altura, bien. Y allí voló el costarricense para despejar el disparo con una parada de rapidez y reflejos.

Navas le adivinó el tiro con su visión de los movimientos de pies del francés, que corroboraron la información que Benítez le había dado anteriormente respecto a la forma de lanzarlos del delantero rojiblanco. «A media altura y por la derecha». Oído cocina. Parado.

El costarricense se creció. Necesitaba hacerse importante en el equipo. Serlo. Lo ha sido a lo largo de este estreno liguero. Ha conseguido aportar serenidad al equipo. La tranquilidad que necesitaba ese puesto después de los tres años de pitos y palmas soportados por Íker.

Detuvo otro dos tiros del Atlético. Tapó bien la portería en otro disparo cruzado que se marchó fuera por poco. Casemiro le salvó de un trallazo de gol de Torres a bocajarro en la fase de mayor dominio local. Keylor y Benzema, abajo y arriba, eran los mejores del conjunto de Benítez.

Benítez cambió al «nueve» para dar campo a Bale, que reaparecía tras su lesión. Keylor se quedó como único talismán del Real Madrid. Sabía que los rojiblancos atacarían en el tramo final del encuentro en busca de la igualada en el marcador.

Detuvo un pase de la muerte de Jackson al primer poste. Y finalmente no pudo evitar el gol de Vietto, de cerca, tras un fallo defensivo del Real Madrid. Imbatido en Champions, era el segundo tanto que sufría en esta Liga, después del recibido en San Mamés. Continúa siendo el mejor guardameta de la Liga. Y lo demostró en la última parada, en el disparo de Jackson, al despejar la pelota con la punta de los dedos.

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