Keylor-Oblak, la obsesión por la puerta a cero

Son dos guardametas que reflejan el estilo de sus entrenadores. Dos cancerberos que marcan dos sistemas parecidos de dos hombres, Diego Pablo Simeone y Rafa Benítez, que basan su éxito en esquemas que tienen como premisa mantener la portería imbatida para decidir los partidos, tarde o temprano, por la calidad de sus futbolistas. Oblak y Keylor asumen como reto personal esa obsesión de sus jefes por no recibir goles en el enfrentamiento más complicado para conseguirlo.

El portero rojiblanco solo ha sufrido tres en seis jornadas de Liga. El madridista es el mejor guardameta del campeonato: un tanto en contra. Y permanece « a cero» en esta Champions. Su fallido fichaje por el Manchester supuso que mantuviera una franca reunión con Benítez para que se convirtiera en un baluarte de la estrategia del nuevo responsable del Real Madrid.

Estuvo cuatro partidos imbatido y en San Mamés perdió esa condición. Los dos, el esloveno y el costarricense, presionados por el carácter positivo de sus preparadores, se marcan como objetivo de cada partido quedar invictos. Sus entrenadores fomentan esa ilusión por ser inexpugnables. Hoy tienen un examen ante dos triunviratos de delanteros envidiables.

Oblak demostró en el Benfica que era un arquero de equipo grande. Simeone solicitó su fichaje en 2014 porque tenía esa personalidad para ser decisivo en las tres jugadas peligrosas que un club de primera fila soporta habitualmente en cada encuentro. Poseía la sabiduría de detener esos remates fundamentales aunque estuviera frío por falta de trabajo. La pasada temporada disputó 21 encuentros y sufrió 18 goles. Hoy el balance es 6-3.

El Manchester también le pretendió, hace cinco meses, como relevo de la posible marcha de David de Gea. Llegó a ofrecer 22 millones al Atlético. Gil Marín le pidió abonar la cláusula, 45.

Keylor llegó al Real Madrid el mismo año con un cartel diametralmente opuesto. No se sabía si asumiría esa capacidad de parar las pocas jugadas de peligro que los blancos afrontan en cada envite. Elegido mejor arquero del Mundial de Brasil, procedía del Levante y estaba acostumbrado a bombardeos y vuelos sin motor de poste a poste.

La incógnita Navas

Era una incógnita lo que haría en un equipo como el Madrid. Algunos pensaban que no era portero para este club. Ha demostrado que sí lo es. Sus reflejos han salvado al equipo. Ha asimilado lo que se pretende de él. Lo bueno y breve dos veces bueno. Benítez le jalea con la obtención del trofeo al mejor portero de la Liga. Eso le da «pura vida», dice él. Se siente importante, tras un año como suplente de Casillas. Quiere triunfar por fin en un derbi.