El Madrid triunfa con gol y parada de Kiko Casilla

El Real Madrid acabó su gira por Asia y Oceanía con un triunfo ante el Milán. Sergio Ramos, suplente inicialmente en el partido, era el centro de atracción en las gradas repletas del Shanghai Stadium: 75.000 espectadores. Había carteles que decían «¡Sergio Ramos, quédate!». En inglés e incluso en español.

A Rafa Benítez le gustó esta muestra de cariño de una afición, la china, que idolatra a los jugadores blancos. Portan camisetasy fotos de sus iconos futbolísticos.

Que no se preocupen los seguidores chinos, españoles y de todo el mundo: Sergio seguirá en la casa blanca hasta el año 2020, cuando tendrá 34 años. Firmará junto a Florentino Pérez en el mes de agosto su contrato de por vida, para enfado del Manchester, que le ha utilizado para mezclar su situación con la de David de Gea.

Los blancos ganaron el Trofeo de Campeones de China en los penaltis, tras la igualada sin goles en los noventa minutos reglamentarios. Kiko Casilla fue decisivo. Marcó su lanzamiento ante el guardameta del Milán, Donnarumma. Y luego detuvo el tiro del portero rival. Era el 10-9 definitivo.

Benítez comenzó con un once inédito. Danilo y Arbeloa como laterales. Modric y Casemiro en el doble pivote. Lucas Vázquez, Bale y Cristiano en la línea de tres medias punta. Y arriba, Benzema.

El Milán dominó inicialmente, con la calidad de Suso, la potencia del rudo De Jong y el remate del joven Niang. Varane salvó un gol de Antonelli. El Madrid respondió al contragolpe, con buenos desmarques de Lucas Vázquez en profundidad y los pases de Bale y Casemiro, que era un seguro de vida para frenar el ataque rojinegro.

Ramos, Kroos, Isco, Jesé y Casilla entraron nada más comenzar el segundo periodo. Y el Madrid se transformó con el liderazgo de Ramos, la personalidad del alemán y la clase de Isco y Jesé. Pasó a mandar territorialmente.

Isco realizó una gran jugada, que levantó a los chinos de sus asientos. Su centro lo cabeceó Cristiano con un salto mortal, espectacular. Y Diego López despejó el balón con los pies. Jesé y Ronaldo continuaron rompiendo a la defensa milanista con sus incursiones.

Kiko Casilla sacó una mano de oro a un disparo del exsevillista Bacca. El taraconense le ganó también un mano a mano, con un trallazo que rechazó con otra mano de platino.

El guardameta salió dos veces con aciertoen dos centros muy peligrosos. Esa virtud, anticiparse al remate enemigo, es muy importante para un portero del Real Madrid, especialmente en Copa de Europa. El conjunto blanco dominaba y el Milán llegaba al contragolpe. Los cancerberos lo pararon todo. Y llegaron los penaltis para decidir el campeón del torneo. Casilla sentenció.