El cumpleaños más incierto de Casillas

Domingo, 12 de septiembre de 1999. Sábado, 23 de mayo de 2015. Dos fechas señaladas en rojo en la carrera de Íker Casillas, el mejor portero de la historia del Real Madrid y uno de los grandes de todos los tiempos, que hoy cumple 34 años entre interrogantes. 5.732 días después de su debut, el guardameta podría jugar este fin de semana sus últimos noventa minutos con la elástica del conjunto blanco.

La pasada semana, tras la eliminación ante la Juventus en semifinales de la Champions, el capitán merengue se marchaba del Santiago Bernabéu apesadumbrado, aplaudiendo a la afición por su incansable apoyo pero mirando con nostalgia a uno y otro lado del coliseo blanco, en un gesto con cierto sabor a despedida.

Su cabeza era en ese momento un pandemónium de sentimientos y así se lo hizo saber a Ancelotti, con la idea de que el italiano eligiera a Keylor para el encuentro ante el Español y así él pudiera jugar contra el Getafe, en el que pudiera ser su último partido como madridista. De ser así, Casillas prefiere que sea en su casa, en el Santiago Bernabéu.

La más que probable llegada de De Gea al Real Madrid conllevará la salida de uno de los porteros del conjunto blanco. Keylor no tiene intención de moverse y tras la convulsa temporada en torno a Íker, todas las señales apuntan al capitán. Su divorcio con la afición no tiene solución y aunque el club intentó ponerle remedio el pasado verano con la marcha de Diego López, la realidad es que este conflicto solo acabará cuando Casillas abandone el Madrid, aunque no será a cualquier precio.

El tema económico es el principal escollo para una hipotética salida. Íker tiene contrato hasta 2017 y aunque insiste a su entorno que estaría encantado en cumplir su contrato, también entendería que el club quiera prescindir de sus servicios. Eso sí, abonando los 30 millones de euros brutos que le corresponden por los dos años más que tiene firmados. El Madrid no quiere desembolsar tal cantidad y tampoco va a exigirle a Casillas su marcha. Así se lo hizo saber ayer en una reunión mantenida entre José Ángel Sánchez y el portero: «Contamos contigo. Estás en tu casa y tienes contrato», le dijo el director general, pero el verano es muy largo y el culebrón aún tiene muchos capítulos por delante. Cuando se haga realidad el fichaje de De Gea, veremos si Íker sigue en sus trece o cambia de idea y decide irse. Está claro que el de momento guardameta del United no va a ser fichado a golpe de talonario para ser carne de banquillo.

Envidia sana

El pasado domingo, en un Anfield engalanado con su mejor chaqué, su gran capitán y mito Steven Gerrard decía adiós al club de sus amores tras 17 temporadas en el primer equipo. Su emotiva despedida, junto a sus dos pequeñas hijas y su mujer, fue un brillante acto de respeto y reconocimiento de la afición del Liverpool a uno de los jugadores más grandes de la historia del conjunto «red».

Quizás el futuro depare un adiós a Casillas tan conmovedor como el de Gerrard, por qué no. Ese sería el sueño de Íker, pero la realidad es que el hoy capitán del Real Madrid puede estar viviendo sus últimos días como jugador del conjunto blanco y lo hace entre muchas más sombras que luces. Hace ya bastante tiempo que los focos del éxito y de la admiración dejaron de apuntar a Casillas.

Desde hace tres temporadas, una parte de la afición merengue (numéricamente imposible de cuantificar, pero con un poder mediático imparable) le tiene declarada la guerra a Íker. Su enfrentamiento con Mourinho sembró un desencuentro irreconciliable. Aquella fractura fue el principio del fin de Casillas en el Real Madrid. Son 25 años en el club, 16 de ellos en el primer equipo. Este sábado, ante el Getafe, la meta le espera. O no. Solo el tiempo tiene la respuesta.