Carvajal despeja bajo palo después de una gran para de Casillas en el remate anterior; entre los dos evitaron el 0-1
Carvajal despeja bajo palo después de una gran para de Casillas en el remate anterior; entre los dos evitaron el 0-1 - óscar del pozo
REAL MADRID

Casillas salva al Madrid y Ancelotti y Carvajal le felicitan

Sus tres paradas prodigiosas provocaron los aplausos del Bernabéu, contestados mínimamente por sus «críticos eternos»

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Carvajal evitó el 0-1 del Villarreal con un despeje de cabeza bajo los palos, tres segundos después de un paradón de Casillas con los pies, batido, ante Gerard. Los dos impidieron que el conjunto castellonense se pusiera en franquicia en el marcador. Íker lo hizo en otroas dos actuaciones prodigiosas más. Y el lateral derecho del Real Madrid fue claro: «Felicito a Íker, ha estado fantástico con intervenciones excelentes».

Carlo Ancelotti también ensalzó al portero. «Casillas ha estado muy bien. Y Asenjo». Ambos evitaron la derrota de su equipo. Íker volvió a ser profeta en su tierra, en su casa, en su estadio. Y eso era noticia. Aunque nunca lo será para todo el graderío. Ancelotti ha definido perfectamente la situación ambiental del capitán: «Íker convierte al final los pitos en ovaciones».

Silbado hace dos semanas frente al Deportivo por su actuación en el Calderón, el guardameta se ganó anoche los aplausos del público con tres excelentes paradas. No pudo hacer nada en el gol del empate del Villarreal, batido, pero el madrileño fue clave ante el rival que mejor ha jugado en el Bernabéu esta temporada. La historia de pitos y palmas que rodea al portero se ha repetido a lo largo de una temporada atípica para el madrileño. La afición le criticó al principio del campeonato tras fallar en el primer derbi liguero. Una situación desagradable que el madrileño cercenó cuando evitó un 0-2 frente al Barcelona en un mano a mano con Messi.

A partir de entonces disfrutó de una serenidad a externa que el 4-0 contra el Atlético destrozó. Anoche, tres magníficas actuaciones del mito en el coliseo blanco dieron un giro de 360 grados al entorno que soporta el cancerbero desde que Mourinho le sentó en la reserva. El mostoleño ha devuelto la tranquilidad a la portería. Y eso es una noticia que no se producía desde diciembre de 2012, cuando Adán jugó como titular en el Real Madrid.

Íker evitó el 0-1 del Villarreal dos veces. Primero, batido, con una parada con los dos pies a tiro de Gerard, ayudado luego por un despeje de Carvajal bajo palos en el siguiente remate. Más tarde realizó otro buen despeje en un segundo disparo de peligro. Los aficionados madridistas reconocieron los méritos de su capitán con aplausos, contestados siempre, aunque mínimamente, por los enemigos ancestrales del número uno. La tercera actuación prodigiosa, con el 1-1 y el Madrid arriesgando, fue un despeje celestial tras un cabezazo a boca de jarro de Vietto. Le ovacionaron. Y siempre surgieron los críticos irredentos.

La diferencia que ahora siente el guardameta es que cada partido es un examen para él, como si acabara de debutar y tuviera que ganarse el puesto. Observa que hay un segmento del público que no le perdonará ni una. Nunca lo hará. Eso le hace sentirse en guardia en cada encuentro. No hay mal que por bien no venga.

Íker ha recuperado la titularidad en este curso y la continuidad le ha permitido disfrutar de ritmo de competición y, por extensión, de la confianza que se necesita para ocupar esa posición.

El guardameta salvó al Madrid tres veces y el 1-1 exigía que la delantera del líder funcionara. No lo hizo. Falló. Cristiano había anotado de penalti su diana 291 en el Real Madrid, el gol 30 en esta Liga, y Asenjo le robó otro en un mano a mano. Ancelotti sentó a Karim Benzema en el tramo final y se la jugó con Jesé y Chicharito en un claro 4-2-4. El público silbó que quitara a Isco en beneficio de Illarra. La reflexión final era que Íker fue el mejor jugador del Madrid en el césped.

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