Arbeloa defiende a Casillas

El Real Madrid salió al campo preocupado. Sabía que los pitidos iniciales desaparecerían nada más comenzar el partido. El problema era que cualquier fallo o un gol en contra podrían levantar al público de sus asientos y provocar una reacción negativa.

Ancelotti acertó al sacar a veteranos como Arbeloa y Casillas en el once. Sentar a Íker para dar un partido a Keylor, como le correspondía tras un mes sin competir, parecería una cobardía para tapar al capitán, que falló en el derbi. Era mejor mantener a Íker, aunque fuera silbado. Arbeloa dio otro poso de experiencia.

El defensa pidió al público que animara al equipo. Y fue clave en los dos goles madridistas. Dio el primer pase de la jugada que Isco culminó en el golazo inicial.

Y realizó el contragolpe que dio origen al segundo tanto, en una galopada con pase a Cristiano, que el portugués concretó en el centro medido para que Benzema anotara el 2-0 y su decimoctava diana de la temporada.

Finalizado el encuentro, Arbeloa, veterano en mil lides, como Casillas, defendió al guardameta con gallardía. El lateral tuvo discrepancias con el portero en la etapa de Mourinho, por disparidad de criterios respecto a la consideración que cada uno tenía del técnico luso. Lo cortés no quita lo valiente y Arbeloa habla claro sobre su compañero cuando es necesario: «Si pitan a Íker, nos pitan a todos». Y tiene razón.