Bale, juicio en el Bernabéu

Antes era Benzema. Ahora es Gareth Bale quien ha cogido el testigo indeseado de las acusaciones del Bernabéu. En el Real Madrid siempre se buscan chivos expiatorios de sus pecados. El galés se encuentra en la diana, acusado de ser individualista, de no jugar para el equipo y de competir con Cristiano. Ancelotti rechaza todos esos argumentos. Opina todo lo contrario. Hace una defensa cálida de su futbolista. El aficionado, sin embargo, está ojo avizor con un jugador intermitente, explosivo, de golpes de talento inconstantes. El gol fallado ante al Real Sociedad, un remate robado a James, fue el último capítulo de una sensación nacida en Mestalla, donde no dio un pase a Benzema, y alimentada frente al Español, cuando no cedió otro balón claro a Cristiano.

Las críticas se encendieron porque Gareth Bale erró las tres ocasiones. El Bernabéu le volvió a pitar el sábado ante el cuadro vasco. Hoy será auscultado por la grada frente al Sevillay.

El británico hizo inmediatamente propósito de enmienda en el segundo tiempo del partido frente a la Real Sociedad. Se dedicó a ser generoso con sus compañeros. Desde ahora lo será siempre. Ha asimilado el mensaje de la afición. El sábado dio el 3-1 a Benzema en una jugada «excelente», como señala Ancelotti. Regaló también dos taconazos sensacionales. Sin embargo, se le critica. Se cuestiona su falta de fútbol en equipo y su ausencia de trabajo en el sistema defensivo. Ayer, su entrenador salió a defenderle como pocos jefes hacen con sus empleados. Ancelotti salvó a Benzema del fusilamiento hace un año y ahora intenta lo mismo con Bale.

«Bale no es un problema, es una solución», reflexiona Ancelotti. «Hace lo máximo para ayudar al equipo. Lo hizo muy bien el año pasado. Marcó en las tres finales. Y su temporada actual es fantástica. El sábado hizo jugadas bonitas que el público apreció. Tranquilos con Bale, lo está haciendo muy bien». El italiano deja las cosas claras: es titular indiscutible. «Bale, Benzema y Cristiano son fijos, sin duda». Quiere resarcirse frente al Sevilla. El sábado se marchó molesto por los silbidos. Asume que el ejemplo a seguir es Isco, un talento que juega para el equipo. «Gareth no está preocupado», advierte el técnico. Le preocupa más no sufrir un gol al empezar, un problema repetido. «Es un problema de actitud y de concentración. Hay que comenzar mejor los partidos».