Pleno al diecinueve

Rijkaard y su Barça ya son historia. El Real Madrid de Ancelotti, con sus 19 victorias consecutivas, pasa a ser el equipo español con más triunfos seguidos de la historia de nuestro fútbol. Los blancos cerraron la fase de grupos de la Champions con un encuentro a medio gas ante el débil Ludogorets, que encima tuvo que jugar tres cuartos del partidos con uno menos por la expulsión de Marcelinho. El vigente campeón derrotó a los búlgaros con los goles de Ronaldo, Bale, Arbeloa y el canterano Medrán (4-0). (Narración y estadísticas)

El partido no tenía más recorrido que el récord de partidos ganados y el número de goles que pudiera hacer Cristiano. Lo primero tenía poca discusión y, lo segundo, aunque arriesgado por parte de Ancelotti a tenor del historial de lesiones de los últimos partidos, acabó también con final feliz: Cristiano anotó un tanto y ya suma 72 en la historia de la Champions.

El luso por fin superó a Raúl (71) y tiene a Messi (74) a dos. Y, los más importante, salió indemne de un encuentro con poco que ganar y mucho que perder, con el Mundialito derribando la puerta. Ya sabemos que cuando el diablo se aburre, mata moscas con el rabo.

Otro de los sustos que dio Ancelotti con su once ante el Ludogorets fue Toni Kroos. En un entrenamiento con público a cinco grados de temperatura y con la mitad de los mediocentros de la plantilla en la enfermería, Carletto debía haber ido a las siete de la tarde a casa del germano para meterlo en la cama y arroparle, mantita incluida por encima del edredón. Aquí el demonio tampoco encontró motivo de divertimento, afortunadamente para los blancos.

Una de las mejores noticias del partido, como ante el Celta, fue Asier Illarramendi. Su tercer partido consecutivo como titular confirmó que estamos ante la mejor versión del de Mutriku desde que es futbolista del Real Madrid. En el rol de interior que Modric y James han dejado en la reserva ha encontrado el «24» su gasolina. De momento, no le da para llevar el peso del equipo pero en ese papel de «box to box» está cogiendo hechuras.

Todo decidido al descanso

El choque quedó sentenciado muy temprano, cuando en el minuto veinte Marcelinho decidió hacer una «zamorana» en la raya de gol para interceptar un remate de cabeza de Varane. Cristiano anotó el penalti, a lo Panenka, y el colegiado dejó a los búlgaros con uno menos durante setenta minutos. Bale, en un testarazo a la salida de un córner botado por Kroos, puso el segundo antes del descanso.

La segunda mitad pasó del gris claro al oscuro. Ni siquiera la salida de Jesé animó un partido desaliñado con más aire a pachanga que a Copa de Europa. Sólo Medrán, y su debut con gol incluido en Champions, sacó una sonrisa a los suyos en el segundo acto. Antes, Arbeloa había firmado el tercero. El lunes, en Nyon, sorteo de octavos, donde Juventus, Arsenal y Bayer Leverkusen ya esperan a los de Ancelotti.