María Luisa Fernández Pavón, una de las mujeres que lucha contra la granja
María Luisa Fernández Pavón, una de las mujeres que lucha contra la granja - J.C.R.
CORREDOR DE LA PLATA

Ancianas contra avestruces en El Castillo de las Guardas

Tres octogenarias logran que la mayoría de su vecinos las apoyen en su intento de frenar la instalación de una granja de aves en unos terrenos antes comunales

EL CASTILLO DE LAS GUARDAS Actualizado: Guardar
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En Las Cortecillas las octogenarias Adela, Serafina y María Luisa echaron sus dientes en familia correteando por unas tierras comunales que hace siglos unos terratenientes cedieron a los aldeanos de esta pedanía de El Castillo de las Guardas que hoy habitan tres familias dispuestas a defenderlas de la llegada de los avestruces.

La agricultura y la ganadería empleaban el siglo pasado a los pedáneos, y en «el ejido», como las veteranas lo llaman, encontraban un desahogo para la trilla y la mejora de las condiciones económicas de sus familias.

Con la llegada de la democracia, el terreno de 41 hectáreas dividido en dos lotes pasó a dominio público, y con la promesa de generar empleo el Ayuntamiento trabaja desde 2013 en atraer la inversión privada con la creación de una granja y matadero de avestruces en este pueblo.

El Castillo, donde viven 1.500 habitantes, es un pueblo del Corredor de la Plata castigado por el desempleo y el Consistorio tiene previsto ceder estos suelos a una empresa agropecuaria durante los próximos 25 años para albergar una expotación avícola.

La propuesta ha rebelado a estas ancianas y en torno a ellas la asociación de vecinos Las Cortecillas ha iniciado una campaña para llamar la atención sobre el conflicto de intereses. «En sólo dos semanas sumamos más de 600 firmas para frenar el proyecto», explica José María Romero, presidente de la asociación, a ABC Provincia. Junto a otros colectivos tratan de evitar el desmantelamiento del monte público y contener los planes de la Junta de Andalucía y del Ayuntamiento.

Las alegaciones vecinales a la auditoría unificada de Medio Ambiente siguen adelante por la vía administrativa para valorar el impacto. «Entre otros atractivos, aquí se encuentra el nacedero del Río Guadiamar en plena Sierra Morena de Sevilla y cuyo discurrir podría verse afectado por la explotación de la granja de avestruces», cuenta Romero, que critica la enajenación de los terrenos y la falta de información con la que las administraciones pretenden ejecutarlo, «sin reunirse con los afectados».

Los colectivos ecologistas advierten que la sociedad adjudicataria «incumple las cláusulas para la concesión». Según Armando Cáceres, de Ecologistas en Acción, la empresa está desde 2013 «en suspensión de pagos».

El alcalde de El Castillo de las Guardas, Gonzalo Domínguez, rebaja la tensión y se muestra abierto a recibir a los vecinos para rendir cuentas de las condiciones del acuerdo y tratar de incorporar sus demandas. «Nuestra intención es crear riqueza», declara el regidor a ABC, «y queremos que esto salga adelante porque padecemos unos índices de paro muy elevados y con esta propuesta empresarial se extreman las garantías al tiempo que puede ser una vía para emplear a diez o quince familias aprovechando estos terrenos».

La voz de estas abuelas resuena en la comarca y sirve de aliento a los descendientes de este núcleo que debido a la emigración, al envejecimiento de sus habitantes y a la muerte de los más veteranos ha ido despoblándose desde finales del siglo pasado.

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