PROVINCIA
Sanluqueños, hartos: «¿Y la limpieza, para cuándo?» claman en redes
Sanlúcar se ahoga en basura y malestar ciudadano ante la falta de soluciones municipales
Basura y bloqueo político ahogan a Sanlúcar a las puertas del verano

La llegada del verano ha coincidido con un notable deterioro del servicio de recogida de residuos en Sanlúcar de Barrameda, donde calles, aceras y barrios presentan una imagen preocupante. Las acumulaciones de basura en distintos puntos de la ciudad han provocado una oleada de críticas vecinales y comerciales, alimentadas por la sensación de abandono y por una gestión municipal que no ofrece soluciones efectivas.
Las declaraciones de la alcaldesa, Carmen Álvarez (Izquierda Unida), en junio de 2024 —cuando afirmó que era «la primera alcaldesa de Sanlúcar que se involucra en la limpieza»— resuenan hoy con especial fuerza. Un año después, la situación ha empeorado visiblemente. La hemeroteca juega en su contra y deja en evidencia un problema estructural sin resolver, que ha convertido la limpieza urbana en el principal foco de malestar ciudadano.
El concejal delegado de Infraestructuras, David González, ha reconocido públicamente la magnitud del problema, señalando que actualmente solo funcionan dos de los seis camiones destinados a la recogida, muchos de ellos con más de dos décadas de servicio. A pesar de haber anunciado la futura incorporación de dos nuevos vehículos y un refuerzo en la plantilla, evitó ofrecer plazos concretos y admitió que «la solución no será inmediata». Una afirmación que ha encendido aún más los ánimos de una población que sufre a diario las consecuencias: bolsas de basura acumuladas, olores persistentes y un paisaje urbano degradado en plena temporada turística.
Las redes sociales se han convertido en el termómetro del descontento. Las respuestas a las explicaciones oficiales no se han hecho esperar. «Estáis ahí para ofrecer soluciones, no para dar excusas», reprocha un usuario al concejal. Otro lanza una crítica más irónica: «Un libro abierto explicándose… vaya tela el nivel de personal del Ayuntamiento».
La falta de respuesta inmediata está generando una creciente sensación de hartazgo entre los vecinos. Comentarios como «el camión averiado lleva cuatro o cinco meses parado y ahora preguntan a diferentes empresas cuánto cuesta arreglarlo, cuando está soltando más líquido del que recoge» reflejan el desgaste y la frustración de una ciudadanía que ve cómo el problema se enquista sin que lleguen los remedios.
A ello se suma la crítica a la gestión global del Gobierno municipal. «Esto es lo que pasa cuando gobiernan personas que no saben ni por qué están ahí. Tus explicaciones no valen: pagamos impuestos para que Sanlúcar esté limpia y haya camiones nuevos», denuncia otro vecino.
La indignación no solo se percibe en las calles. El perfil oficial del Ayuntamiento en Facebook se ha convertido en un canal constante de quejas y reproches. Un muro de las lamentaciones para señalar culpables y exigir soluciones. El ciudadano está cansado del recurso político manido del «esto viene de tiempos pasados, de otra legislatura», como si la herencia recibida no formara ya parte del patrimonio actual y no existiera, por tanto, la responsabilidad de subsanar los problemas reales.
Cualquier publicación, al margen de su contenido, acaba siendo el altavoz de un clamor generalizado: «¿Y la limpieza para cuándo?», pregunta con contundencia un usuario, sintetizando la impaciencia de una población que exige soluciones inmediatas.
El impacto no es únicamente visual o estético. La acumulación de residuos amenaza con derivar en un problema de salud pública, especialmente preocupante en el contexto veraniego, cuando la ciudad recibe a miles de visitantes. La imagen que ofrece Sanlúcar en estas fechas afecta a su proyección turística, a su economía local y al bienestar de sus habitantes.
Desde la oposición municipal se ha exigido al Gobierno local la convocatoria urgente de la Junta de Portavoces para consensuar un plan de choque que permita atajar la crisis. Las distintas formaciones coinciden en señalar que la inacción del equipo de Gobierno solo contribuye a agravar el problema. Reclaman un compromiso firme, coordinación entre áreas y transparencia informativa, con el objetivo de recuperar cuanto antes una mínima normalidad en la limpieza urbana.
Mientras tanto, Sanlúcar afronta el verano con sus contenedores desbordados, sus vecinos indignados y su imagen pública en entredicho. La ciudadanía espera menos excusas y más medidas. Porque, como han expresado muchos de ellos, «la ciudad no puede esperar más».