La Santa Sede ha tomado una decisión oficial y el Papa León XIV ha aceptado la dimisión del obispo de Cádiz, Rafael Zornoza. Esta medida llega casi dos semanas después de que se hiciera pública la apertura de una investigación por parte del Vaticano, relacionada con presuntos abusos a menores ocurridos en la década de 1990, cuando Zornoza era rector del seminario de Getafe, en la diócesis a la que pertenecía en ese momento.
Mientras el Tribunal de la Rota se encarga de investigar la denuncia, el Vaticano ya ha resuelto apartar a Zornoza de su cargo en la diócesis de Cádiz. Esta decisión se toma además de acuerdo con el derecho canónico, ya que Zornoza había presentado su renuncia en julio de 2024, al cumplir los 75 años, edad a la que los obispos deben presentar su dimisión de manera obligatoria.
Monseñor Zornoza ha hecho pública una carta para despedirse de los feligreses, cuyo texto íntegro, extraído de su mensaje de audio, ha sido publicado por COPE Cádiz. El contenido es el siguiente:
«Queridos hermanos:
Como ya sabéis, el santo padre ha aceptado mi renuncia al ministerio episcopal en la diócesis de Cádiz y Ceuta, presentada hace varios meses, según lo previsto en el derecho canónico, y ha nombrado como administrador de la diócesis a monseñor don Ramón Valdivia Jiménez, obispo auxiliar de Sevilla, un valioso pastor y apreciado amigo que gobernará la diócesis hasta el nombramiento de un nuevo obispo residencial. Desde ahora, nuestra cordial bienvenida y obediente acogida.
Quiero expresar públicamente mi gratitud al Papa León por su comprensión y su cercanía paternal, que me concede la posibilidad de dedicarme a los tratamientos médicos que necesito en este momento, y de poder atender con serenidad y confianza en dios la defensa ante la acusación injusta y falsa que está siendo estudiada por la iglesia. Acojo esta decisión del santo padre con paz y con fe, pensando en el bien de la diócesis y en la continuidad de su camino pastoral.
Doy gracias al señor por los años de servicio compartido, por los sacerdotes, consagrados y laicos que tanto me han ayudado, y por el cariño que he recibido de todos.
Os pido que recéis por mí, como yo lo haré cada día por vosotros. Que el señor bendiga a nuestra querida diócesis y al administrador que ahora la guiará, y que la virgen, nuestra madre, nos mantenga siempre unidos en la fe, la esperanza y el amor.
Muchas gracias.«
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