La presión policial reduce la presencia de manteros en la costa gaditana

La vigilancia y el control que ejercen los ayuntamientos reduce el 'top manta' en favor del comercio legal

Conil, El Puerto, Sanlúcar y Rota son puntos calientes del negocio callejero

Manteros en el Paseo Marítimo de Valdelagrana A. V.

LUISMI MORALES

CÁDIZ

Camisetas de Lamine Yamal, estrella del FC Barcelona; de Isco, ídolo del Betis; de Messi, ahora en el Inter Miami; equipaciones del PSG y del Manchester City; gorras oficiales de la NFL y zapatillas de primeras marcas: todo ello se puede encontrar y comprar en el Paseo Marítimo de Valdelagrana, en El Puerto de Santa María, donde cada verano se extienden mantas sobre el asfalto con esta estampa habitual.

Esta amplia variedad de artículos deportivos y de moda, a precios muy por debajo de los legales, forma parte de la venta ambulante ilegal o 'top manta', que crece amparada por el turismo masivo y una permisividad estructural que la permite persistir. Desde el atardecer hasta la madrugada, decenas de manteros despliegan sus mantas sobre el asfalto de zonas turísticas de Sanlúcar, Conil, El Puerto, Chipiona y Rota.

Sin embargo, la situación empieza a cambiar. Las políticas implementadas por distintas administraciones y el aumento del control policial han logrado reducir notablemente la presencia de manteros. Lo que hace apenas unos años era una presencia masiva, casi constante en zonas como Valdelagrana, La Puntilla o los alrededores de centros comerciales, comienza a retroceder.

A pesar de esta reducción, la preocupación persiste entre los comerciantes legales, que denuncian una competencia desleal flagrante: ellos asumen alquileres, impuestos, licencias y cotizaciones, mientras los vendedores ambulantes operan sin coste alguno. Sus mantas se extienden muchas veces frente a locales abiertos todo el año, causando frustración y pérdidas económicas directas.

«El problema es que no podemos competir con una venta que no paga nada», explica un comerciante local que prefiere no revelar su nombre. Mientras él paga todos los costes de una pyme, ve cada noche cómo se venden productos similares —falsificados o no— a precios muy bajos, sin que haya sanciones inmediatas.

El gato y el ratón

La Policía Local ha incrementado su presencia en momentos clave, con imágenes frecuentes de manteros huyendo al llegar los agentes, para volver poco después. Un juego del gato y el ratón. A veces se esconden en zonas oscuras o incluso en la playa, dificultando la acción policial. Sin embargo, en los últimos veranos los operativos han ganado en intensidad y organización. La incautación de productos falsificados es ahora más común y efectiva, lo que ha reducido la presión en las zonas turísticas.

Fuentes policiales reconocen que «queda camino por recorrer», pero también admiten que la imagen de Valdelagrana hace cinco o seis años, cuando la venta ilegal era masiva y constante, ha cambiado radicalmente. Gracias a operativos coordinados y nuevas instrucciones, el 'top manta' es hoy menos visible, más localizado y bajo mayor control que nunca.

El trabajo continúa: el pasado martes se incautaron casi medio millar de artículos falsificados en esta urbanización portuense. El dispositivo, desplegado dentro del refuerzo estival de vigilancia, permitió identificar e incautar gran cantidad de artículos —principalmente camisetas de equipos de fútbol, zapatillas de marcas deportivas y gorras— que se estaban ofreciendo sin licencia ni control alguno en el Paseo Marítimo.

Agentes de la Policía Local de El Puerto de Santa María decomisaron en esta operación un total de 497 artículos falsificados. El dispositivo, enmarcado en el plan especial de seguridad de verano, permitió incautar los siguientes productos: 300 camisetas, 69 pares de zapatillas, 72 prendas de basket, 50 sudaderas y seis equipaciones de fútbol completas. Todos ellos eran falsificaciones de marcas registradas y se ofrecían al público sin autorización ni garantías legales o sanitarias.

El teniente de alcalde de Seguridad y Policía Local, Jesús Garay, señaló en su momento que la actuación se sumaba «al trabajo constante que realizan los agentes durante el verano para combatir la venta ilegal, que supone un fraude para el consumidor, daña gravemente la imagen de las marcas y perjudica notablemente al comercio local».

Desde la Policía Local se reitera a la ciudadanía la importancia de no colaborar con este tipo de comercio ilegal, ya que los productos carecen de controles de calidad, no cuentan con certificaciones reglamentarias y pueden suponer riesgos para la salud, tales como alergias o reacciones en la piel al no superar las pruebas textiles exigidas por ley

 

La venta ilegal ha pasado de mostrarse con impunidad a enfrentarse a controles, decomisos y sanciones

 

 

El debate sobre esta realidad trasciende El Puerto. Recientemente, en Marbella, un vídeo viral mostró un enfrentamiento entre un agente de Policía Local y un mantero, reavivando la polémica nacional sobre los límites de la intervención policial y las causas sociales del fenómeno. Pablo Rancaño, turista presente, denunció haber pasado seis horas en comisaría tras intentar mediar, subrayando las tensiones que esta práctica genera en zonas turísticas.

En El Puerto, Vox ha llevado el tema al Pleno municipal, donde una moción aprobada por mayoría exigió al equipo de Gobierno medidas contundentes para frenar el 'top manta' en Valdelagrana. Entre los compromisos están el refuerzo policial, campañas en apoyo al comercio legal y el rechazo explícito a esta actividad ilegal.

El fenómeno del 'top manta' plantea un debate complejo que mezcla legalidad, economía y sensibilidad social. Muchos manteros actúan por necesidad, pero las autoridades insisten en que detrás hay redes organizadas que gestionan suministro, distribución y control, convirtiendo esta actividad en un problema estructural.

 

La situación plantea un debate complejo que mezcla legalidad, economía y sensibilidad social

 

 

Aunque persiste, la imagen del 'top manta' en Valdelagrana ya no es tan masiva como años atrás. Las políticas municipales y autonómicas, los operativos policiales y la mayor vigilancia ciudadana han contribuido a frenar, aunque no erradicar, esta práctica que antaño se aceptaba con resignación y hoy está en el centro del debate público. El reto sigue siendo equilibrar la defensa del comercio legal, el cumplimiento normativo y la atención a una realidad social que no se resuelve solo con sanciones.

El fenómeno también afecta a otros municipios turísticos de la provincia de Cádiz, donde la venta ambulante ilegal reaparece cada verano, generando preocupación entre comerciantes y autoridades.

En Sanlúcar, la presencia de manteros en zonas céntricas como la Plaza del Cabildo ha provocado que también la oposición reclame a la alcaldesa Carmen Álvarez (Izquierda Unida) una actuación urgente para erradicar esta actividad, especialmente en las noches estivales, cuando se intensifica. A pesar de que en mayo se aprobó en Pleno una propuesta de apoyo al comercio tradicional y de lucha contra el 'top manta', aún no hay medidas concretas.

En Rota, aunque la situación no es tan grave, la venta ambulante sin licencia preocupa a los comerciantes. La calle Charco y otras zonas peatonales se han convertido en puntos habituales, especialmente en verano. Aunque existen denuncias y mociones, no se ha desarrollado un plan integral, y las incautaciones policiales son esporádicas. Los comerciantes alertan del perjuicio directo que sufren frente a quienes venden sin costes operativos. De todas formas, todo es muy residual o casi inexistente; de hecho, desde el propio Ayuntamiento aseguran a este medio que «el top manta no existe».

En Conil de la Frontera, uno de los destinos turísticos más consolidados, no se ha detectado un repunte masivo ni operativos específicos, aunque fuentes vecinales advierten que la presión estacional podría favorecer la aparición de manteros en fechas concretas. La normativa local solo autoriza la venta ambulante en mercadillos o puestos artesanales, dejando fuera toda otra actividad ilegal.

Decomisos y sanciones

En toda la provincia, la venta ilegal ha pasado de mostrarse con impunidad a enfrentarse a controles, decomisos y sanciones, en un esfuerzo por proteger el comercio reglado y la convivencia en espacios públicos. La estrategia más eficaz parece ser la coordinación interadministrativa, refuerzos policiales en verano y la implicación del comercio legal en campañas de sensibilización. Aun así, asociaciones empresariales reclaman un compromiso institucional mayor y medidas concretas que vayan más allá de las declaraciones.

El 'top manta' en la Costa de la Luz ha dejado de ser solo un problema estético o anecdótico. Su impacto afecta directamente al modelo de ciudad y al turismo que se quiere consolidar en el futuro próximo, por lo que el debate sobre cómo abordarlo de manera integral y eficaz sigue abierto.

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