Provincia
Las pastelerías gaditanas, pendientes de la subida del precio del cacao
Consumo
La base del chocolate alcanza su máximo histórico y en los establecimientos ya afrontan esta situación
Las subidas de precios son una constante en los últimos años dentro de la alimentación y el cacao no ha escapado a esta cuestión. Tanto es así que esta misma semana, este amargo y apreciado ingrediente ha alcanzado su máximo histórico, superando los 10.000 dólares la tonelada en el mercado global.
Eso afectará irremediablemente a los establecimientos que trabajan con chocolate, un gran atractivo para todo aquel que gusta de tomarse de vez en cuando un dulce que contenga en mayor o medida uno de los grandes reyes de la repostería. Y por ende, el alza de su valor es muy probable que se note a corto plazo en el bolsillo del comprador.
Las pastelerías, confiterías, panaderías o heladerías ya son conscientes de la situación y aguardan los próximos acontecimientos, que acabarán sin remedio, como les viene sucediendo con otros muchos ingredientes como el aceite de oliva, el azúcar o la harina, en un encarecimiento a la hora de adquirir una materia prima indispensable en sus negocios.
De momento no ha sido así, comentan en algunos de estos establecimientos, por diferentes motivos. En Rico Paladar, panadería y pastelería con tiendas en Sanlúcar y Chipiona, aún no enfrentan esta situación por una cuestión muy sencilla, tienen aún almacenaje de la última compra de chocolate que hicieron a un precio inferior. Pero asumen que la próxima será más cara: «Sabemos que vendrá una subida gorda», trasladan con cierta resignación.
Joaquín y Daniel González, padre e hijo, son las cabezas más visibles de un negocio que ha ido ganando relevancia con el paso de los años y que trabaja con destacadísimos clientes del mundo de la restauración. Aunque no les guste, esta subida repercutirá de alguna forma en el precio de venta al público porque trabajan con productos que no tienen un margen extraordinariamente grande: «Tienes que ajustarte para ser competitivo y cada vez que suben los precios tienes que estar tú reajustando los tuyos, lógicamente», expone Joaquín. «No lo podemos asumir nosotros todo porque si no al final perdemos dinero de nuestro trabajo», agrega Daniel.
Les preocupa «el círculo vicioso» en el que están entrando los precios de la mayoría de ingredientes con los que trabajan, así como la energía, que tras tensionar a los negocios durante muchos meses, ahora afortunadamente ofrece una tregua.
También son sabedores de que una de las bases de muchos productos y pasteles será más caro a la hora de producir en Dulcena, una pastelería artesanal situada en la calle Ancha de Cádiz y que cuenta con un buen número de adeptos gracias a sus elaboraciones caseras. Sin embargo, exponen que el desembolso a la hora de comprar cacao no ha subido tras el último alza porque su proveedor, Callebout, una prestigiosa compañía belga, ya había subido el precio de venta con anterioridad.
Las múltiples heladerías de la provincia miran con calma tensa la situación actual, aunque previsiblemente no les va a afectar porque en puertas de la temporada de verano la mayoría ha hecho ya la compra de chocolate necesaria para afrontar el momento de mayor trabajo del año. De hecho, algunas situadas en zonas costeras sólo trabajan parte de la primavera y en la temporada estival.
El consumidor, el más afectado
Ante situación de encarecimiento de los alimentos y productos, Daniel González cree que quienes sufren más esta tesitura son los consumidores: «Los trabajadores que tienen su salario son los más afectados porque no pueden hacer nada al respecto y baja mucho su poder adquisitivo».
Eso implica que los empresarios se contengan a la hora de poner los precios, expone Joaquín: «Sabes que el cliente no puede afrontar tantas subidas y se quejan porque ya han sido varias, así que no lo puedes repercutir todo en ellos».
Una tormenta perfecta que provoca el alza
Esta semana el precio del cacao ha superado los 10.000 dólares por primera vez en la historia y son varios los factores que han provocado esta subida. Por un lado, la falta de precipitaciones y las altas temperaturas en África Occidental, una de las principales regiones productoras del mundo con Costa de Marfil y Ghana como estandartes, han hecho que la cosecha y la consiguiente oferta sea menor.
Sin embargo, la alta demanda de este ingrediente no cesa, por lo que al haber menos producto y las mismas manos pujando por hacerse con este valioso elemento, el precio se ha disparado desde 2023, tocando techo en el primer trimestre de 2024.
