Cádiz

Los navegantes toman la justicia por su mano y empiezan a atacar a las orcas

Un vídeo publicado en redes sociales ha hecho saltar las alarmas sobre el comportamiento de los navegantes con las orcas; la Guardia Civil ya ha identificado a dos tripulantes que dispararon a esta especie protegida

Las interacciones con orcas están despertando el temor de los navegantes Cristina Sánchez

Macarena García

Cádiz

En el verano de 2020 comenzaron a registrarse las interacciones de la orca ibérica con los veleros en el tramo comprendido entre el Estrecho de Gibraltar y Galicia, pasando por la costa portuguesa. Son bastantes los incidentes reportados desde entonces de rotura de timones de embarcaciones.

En los casos más extremos, se han registrado tres hundimientos de barcos. Para distinguir conceptos, el avistamiento se produce cuando las orcas navegan en su rumbo sin prestar atención a su entorno, o incluso acercándose algo al barco, pero continuando su camino. Se considera interacción, cuando los animales fijan su atención en el barco, llegando a mantener un contacto directo.

No existe aún una explicación científica para explicar un comportamiento que se ha descrito como único en el mundo en esta especie. Alfredo Pérez, biólogo y especialista en cetáceos, forma parte del Grupo de Trabajo de la Orca Atlántica (GTOA), que se creó a partir de las primeras interacciones en 2020 con distintos expertos. «El primer año, había nueve ejemplares implicados, dos adultos y el resto juveniles. Solo uno tocaba los barcos. Ahí se estableció que pudiera ser un comportamiento autoinducido, es decir, que creen un comportamiento y lo repitan, como si fuera una moda, cosa que ya ha sucedido en otras partes del mundo», afirma. Esa teoría cuadraría con las orcas juveniles, pero no con el ejemplar adulto. También resulta llamativo que se centre en los veleros.

A partir de estas observaciones, se elabora una segunda hipótesis por la que «ese ejemplar adulto, la Gladis Blanca, hubiera tenido un comportamiento aversivo con un barco. Ante esa situación traumática que le pasara a ella o a otro animal y que ella hubiera presenciado, para el barco».

Existen distintos hechos que encajan con esta segunda teoría. Primero, es que la mayoría de veleros que sufren las interacciones llevan líneas de pesca que atraen a las orcas y que se han registrado varios incidentes con los cetáceos y las líneas de enganche. «No podemos demostrar nada, pero cada vez cobra más fuerza esta hipótesis», asegura Alfredo López que, además, añade que, en todo caso, «es un comportamiento precautorio, no vengativo. Las orcas ven una situación de peligro y deciden poner remedio antes de sufrir daños».

Miedo entre los navegantes

Las noticias que han corrido entre navegantes y las aparecidas en medios de comunicación han generado gran alarma entre los propietarios de veleros que navegan por costumbre en las zonas por las que se mueven estos grupos de orcas. Hasta tal punto que, en este, el cuarto verano consecutivo con incidentes registrados, están proliferando los comentarios y grupos en redes sociales para que los navegantes puedan mantener el contacto y compartir sus ideas para espantar a los cetáceos.

Frente a las voces que reclaman soluciones que sirvan para proteger embarcaciones y animales, existen ideas más radicales. En las últimas tendencias están pincharlas con el bichero o distintos objetos, el uso de pirotécnica y el lanzamiento de objetos pesados o gasoil sobre los animales, con las consecuencias que esto puede tener, no solo sobre las orcas, sino sobre toda la vida marina.

El pasado viernes se hizo viral en redes un vídeo grabado desde un barco de avistamiento de cetáceos que recriminan a un velero el uso de pirotécnica y una pistola de aire comprimido para espantar a las orcas, generando gran indignación, por el ataque a una especie que está protegida.

Además de este caso más reciente, son varias las cuentas de Instagram que llevan semanas compartiendo imágenes de actitudes similares para denunciarlas y dar la voz de alarma ante las autoridades antes de que alguien vaya más allá, como ya se puede ver insinuado en varios comentarios. Por ejemplo, en un foro de navegación, en una sala en la que se habla específicamente de opciones para evitar las interacciones con orcas se puede leer: «Se las captura y se las envía al otro extremo del mundo, o se las elimina, pero dejar que sigan atacando a barcos indefensos no es la solución, porque al final tendremos una desgracia, y, en el mejor de los casos, las eliminarán cualquier día y nadie sabrá quién fue, la mar es muy grande y nunca hay testigos de lo que pueda suceder, al buen entendedor...».

El GTOA rechaza frontalmente estas actitudes y tiene dudas de que vayan a servir de algo. La iniciativa de estos mamíferos está incluso superando su instinto maternal: «En este momento, la motivación de las orcas es tan fuerte que la Gladis Blanca, teniendo un cachorro en 2021, interaccionaba con su propio hijo que es el motivo de la respiración de cada minuto de esa orca. La motivación que tenga es mucho más potente la maternidad. Sabiendo eso, la orca no va a dejar de hacer algo porque se le tiren petardos», opina Alfredo López. A la posible inutilidad de la medida se suman los peligros de llevar pirotecnia en un barco no conservada de forma idónea, y el riesgo de hacer daño a alguien, por la fuerza de la onda expansiva de la explosión dentro del agua.

Todo esto sin contar con la ilegalidad de hacer daño a una especie como la orca ibérica, catalogada como vulnerable por el Ministerio de Medio Ambiente en 2011, y calificada como en Peligro Crítico por la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en 2019.

Discrepancia entre las autoridades

Mientras los navegantes comparten sus propias ideas, autoridades españolas y portuguesas dan consejos que van en direcciones totalmente opuestas. Mientras Portugal se aferra a las ideas de los expertos y recomienda parar el barco y soltar el timón, en España se aconseja navegar a motor y acercarse hacia aguas menos profundas para que las orcas pierdan el interés.

Desde el GTOA, las recomendaciones son parar el barco, soltar la rueda del timón para no sufrir daños personales, apagar toda la electrónica menos la radio y dar aviso. No son medidas completamente efectivas, pero sí que disminuyen el interés de las orcas en un 60%, porque para ellas la velocidad es una motivación.

La información como recurso

Frente a las teorías más radicales, existen otras peticiones como la geolocalización. Según Alfredo López, esto no soluciona nada. «Se están marcando orcas con criterio dudoso y la marca dura uno o dos meses», asegura. Actualmente, el GTOA está trabajando con el gobierno portugués en la posibilidad de utilizar un sistema acústico que mantenga a las orcas lejos de las embarcaciones, aunque eso va a necesitar tiempo e inversión económica.

Mientras tanto, la elaboración de mapas que marcan las zonas más seguras a partir de los puntos de avistamientos e interacciones proporcionados por los propios navegantes, es una de las mejores herramientas. La aplicación móvil GTOrcas también recopila estos datos para facilitar a los barcos alejarse de los puntos calientes y evitar así la posibilidad de interacciones.

Es necesario que las autoridades españolas y portuguesas trabajen de forma conjunta y unificada para tomar medida ante estos comportamientos y para lograr una solución en un plazo razonable para facilitar la navegación segura garantizando la seguridad de las orcas.

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