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El melón más dulce de Puerto Serrano
agricultura
La expansión del cultivo de esta fruta en la Sierra de Cádiz está posibilitando que parte de la población no tenga que irse de sus casas para trabajar
Hace pocos días acabó la campaña del melón en la Sierra de Cádiz. En las parcelas que hay entre Villamartín y Puerto Serrano se siembra la modalidad Charentais de esta apreciada fruta que se ha convertido en una solución laboral para estos municipios, especialmente para el portoserranense.
Desde hace más de una década, una empresa francesa alquila dichos terrenos, que pertenecen a Villamartín, para cultivar un tipo de melón muy parecido al clásico al amarillo y redondo, pero de tono más verdoso y con unas marcas de color oscuro que van de extremo a extremo.
Con el paso de los años, Sur Fruits Production, nombre que adoptó en 2020 esta filial de una empresa con sede en Monteils, a menos de dos horas de Toulouse, ha ido apostando por aumentar el volumen de mercado hasta superar las 500 hectáreas de terreno en la recién acabada campaña.
Eso ha dado trabajo durante este año a 1.145 personas, la mayoría de Puerto Serrano: «Muchísima gente que antes tenía que emigrar o irse a otras campañas como la de la fresa en Almonte o en Palos, ahora tienen aquí su trabajo», cuenta Antonio Castillo Mendoza, encargado de producción.
Los trabajos empiezan en febrero con la siembra y terminan a finales de agosto con la recogida de los últimos melones, por lo que los trabajadores tienen faena durante más de medio año. Una vez acabada la campaña, muchos se pasan al verdeo de la aceituna, explica Castillo: «La gente que iba a la fresa terminaba en abril o en mayo y ya no tenía nada hasta el verdeo en septiembre, así que esto ha venido muy bien porque cubren un tramo del año en el que no tenían nada».
El melón ha dado mucha vida al pueblo: «En Puerto Serrano se nota muchísimo. En mayo o junio, cuando la campaña está a tope, vas a la entrada de Puerto Serrano a las 6.00 de la mañana y ves salir cientos de coches. Incluso los negocios, bares, panaderías y supermercados abren temprano y aprovechan para vender desayunos».
Casi 13.000 toneladas de melón han cosechado este año, más que nunca. Y en el almacén se han cargado diariamente unos 20 tráilers que parten seguidamente para Francia, donde se comercializa casi íntegramente, a excepción de algunas cajas que tienen como destino Bélgica.
Aunque no necesita mucha agua, los agricultores no pierden de vista el cielo, «porque si hay poca, se complica la cosa». El agua adquiere especial relevancia en la primera fase: «Se siembra como la fresa, sobre plástico y con riego en el interior», cuentan.
Así que esperan que durante el próximo invierno y la primavera caiga la lluvia suficiente para evitar problemas mayores y que esta fruta siga siendo un motor económico para la Sierra: «En el almacén hemos llegado a hacer este año hasta cuatro turnos. Todo el que ha querido y tenía la preparación, encontraba trabajo», afirma Castillo.
En una población de 7.000 habitantes, una actividad que emplea a más de un millar, aunque una pequeña parte de los trabajadores son de la vecina Villamartín, es indispensable. Aunque no se coma en España, el melón de Puerto Serrano deja un sabor dulce.
