Verano

«La mejor terapia para sobrellevar este calor, es aceptar que pasaremos calor»

Carlos Delgado, psicólogo gaditano, reconoce que las altas temperaturas del verano afectan al estado emocional, provocando estrés y ansiedad

Dos mujeres se protegen del sol con un paraguas L. V.

Jesús Mejías

El verano suele ser, por tónica general, la estación del año preferida por los gaditanos. Una época en la que los niños, como muchos adultos, se encuentran de vacaciones, no hay una obligación de madrugar, en la que el aire acondicionado de la oficina se cambia por la brisa marina, en el que el táper del trabajo es sustituido por una ración de sardinas, y en la que las noches se alargan casi hasta el amanecer.

Un tiempo para desconectar, para descansar y recargar pilas de cara a tiempos futuros. La provincia de Cádiz, por sus paradisiacas playas, su gastronomía y su oferta cultural es uno de los destinos turísticos favoritos por los españoles, extranjeros e incluso por los propios vecinos gaditanos, que en vez de marcharse a otro punto de la geografía mundial, prefieren disfrutar de los placeres de su propia tierra.

No obstante, el verano es sinónimo de pasar calor. En los primeros días de julio el país, y también Cádiz, sufría una ola de calor bastante intensa, con temperaturas que han superado incluso los cuarenta grados en zonas como Jerez u otros puntos del interior de la provincia, zonas no costeras.

Unas altas temperaturas que se mantienen por la noche, una sensación de bochorno a veces inaguantable, y que impiden que descansemos igual de bien que en invierno, y por ende levantarnos al día siguiente con una sensación de cansancio que se va repitiendo diariamente, lo que puede llegar a afectar a nuestro estado emocional, llegando a provocar que estemos de mal humor.

Al igual que existe el Trastorno Afectivo Estacional (TAE), un tipo de depresión que afecta al 10% de la población aproximadamente y que está ligada a las estaciones de otoño e invierno en la que los días son más cortos y las horas de luz más escasas, un reciente estudio elaborado por estudiantes de la Universidad de Boston de Estados Unidos reflejaba que las altas temperaturas pueden agravar la ansiedad a las personas con depresión.

Además, según el citado estudio, existe una relación directa entre los intentos de suicidio y las altas temperaturas. Por cada grado que sube la temperatura, las muertes relacionadas con la salud mental o la depresión aumentan en un 2,2%, llegando también afectar a personas sin ningún tipo de trastorno bipolar. Por otro lado, dicha universidad demostró que las personas que trabajaban sin aire acondicionado rendían un 13% menos en su puesto de trabajo.

«Descansar bien es primordial»

Carlos Delgado, gaditano, es psicólogo por la Universidad de Sevilla, y señala con rotundidad que «sí», la climatología y la temperatura puede afectar a nuestro estado emocional.

«Vivimos en una zona del planeta en el que convivimos con cambios de temperaturas extremas. A principios de julio tuvimos una ola de calor que provocó que se superaran los cuarenta grados, y de un día para otro bajan siete u ocho grados», unos cambios que «nos produce una sensación de malestar al tener que estar adaptándonos constantemente a estas variaciones».

Señala que «hay días en verano en los que por la noche no corre nada de aire, y otros días en los que incluso tienes que taparte porque hace algo de frío, no tenemos una climatología constante durante un largo periodo de tiempo».

Aunque «siempre se ha dicho que el verano es la mejor época del año, en la que somos más felices porque tenemos más horas de luz, de pequeños no teníamos clases, estábamos de vacaciones, íbamos a la playa», pero «la realidad es que es la estación del año en la que estamos sometidos a temperaturas más extremas y en el que nuestra salud más riesgos corre por las enfermedades de la piel», e introduce el término de «estrés térmico».

Señala que «el estrés térmico se produce cuando nuestro organismo, ante altas temperaturas tiene que hacer un trabajo mayor para mantener una temperatura interna que no supere los 36-37 grados centígrado, por lo que nuestro cuerpo va teniendo un deterioro progresivo a medida que pasamos más tiempo expuesto a estas temperaturas».

El estrés térmico «puede provocarnos náuseas, dolor de cabeza y fatiga».

Para este psicólogo existen algunas claves para llevar mejor el verano. «La mejor terapia para sobrellevar este calor, es aceptar que pasaremos calor», y «aunque pueda parecer una tontería», apunta a que «yo siempre le digo a mis pacientes que hay que diferenciar entre los factores que podemos controlar y los que no. El calor no es algo que dependa que nosotros, no podemos hacer nada, así hay que interiorizar que va a hacer calor y que no podemos hacer nada para evitarlo».

Para evitar el cansancio «es muy importante que nos hidratemos bien, que bebamos constantemente agua para mantener la temperatura corporal de nuestro organismo».

Afirma que «tenemos que evitar sentirnos pesados», por lo que «intentar comer siempre alimentos ligeros, y si algún día nos pasamos con la comida, al menos que sea de día y no por la noche, porque nos va a costar dormir más con esa sensación de pesadez».

Además, a la hora de irnos a dormir «es preferible que nos metamos en la cama cuando realmente tengamos sueño», una práctica que «es recomendable siempre» para que «nuestra mente asocie la cama a dormir únicamente». «Si nos metemos en la cama pronto, estamos con el móvil o viendo una serie, cuando intentemos dormir, con la calor que dan las propias pantallas, nos vas a costar mucho más».

«Descansar bien es primordial. Si no dormimos bien, si nuestro cuerpo realmente no desconecta, nos vamos a levantar cansados, empezando el día con un lastre del día anterior», concluye Delgado.

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