Feria de jerez
Salida a hombros de la terna en una gran tarde de rejones en Jerez
Se lidiaron seis toros de Fermín Bohórquez nobles y colaboradores aunque faltos de casta
Majestuoso, íntimo, solemne, el himno nacional cubrió de súbito silencio la desatada algarabía que ya poblaba la plaza y convirtió ésta, por un minuto, en parada instantánea de recogimiento, colorido y tradición. Roto después el paseíllo, los tres jinetes saludaron, sombrero en mano, al público en una primera vuelta al ruedo compartida en esmerada, bella coreografía.
Ataviado ala federica, con verde chaquetilla dieciochesca, Rui Fernandes recibió al primer toro de la tarde, un distraído ejemplar de Fermín Bohórquez, que sólo se despertaría al recibir el primer rejón de castigo. Toro de escaso ímpetu agresivo que ofreció poca movilidad y esmero en la persecución del caballo. Ya a lomos de «El Dorado», veloz equino tordo, el ortugués verificó un templado y pulcro tercio rehiletero, en el que sobresalieron las milimétricas suertes al quiebro y el acopleperfecto de las velocidades de bóvido y équido. Velocidad que el toro, dada su escasa casta y poder, fue disminuyendo en el transcurso de l lidia. Culminó su labor Rui Fernades sobre «Pimienta», con el que prendió postreras banderillas cortas a un enemigo ya casi inmóvil. Erró por cuatro ocasiones con el acero toricida y dejó después medio rejón de muerte defectuoso. Tras el que, pie a tierra, pudo descabellar al segundo intento.
Tras clavar un solo rejón y templar las primeras acometidas impetuosas, Rui Fernandes mostró en la plaza a «Once», con el que protagonizó un celebrado terciode banderillas, en el que los quiebros, las carreras, los alardes se sucedían, para gran regocijo de la concurrencia. Después montó a «Cristal», y a lomos de él sobrevino espectaculares pares tanta a una mano como con banderillas cortas, cuyo alegre y feliz ejecución pusieron broche a una gran actuación. Acertó con el rejón de muerte y se le concedieron las dos orejas.
Montaba Diego Ventura «Guadalquivir» y con él avivó la cansina salida del segundo de la tarde mediante un rejón que le hizo prender la mecha de la embestida. Con «Nómada» lució la espectacularidad de su doma, prendió un ajustado par de banderillas al quiebro, que junto a «Pimienta» provocaron la euforia de los tendidos. A lomos de «Quitasueños»proseguiría un capítulo rehiletero de suma precisión, dinamismo y majeza. Tercio que terminaría con «Cobre», al que despojó de la cabezada, en alarde y prodigio de docta doma, y desde el que prendió banderillas a dos manos y desde el que adornó con rosas rojas el lomo del toro. Acertó el sevillano con el rejón de muerte y se le concedieron las dos orejas.
A lomos de «Querido» Diego Ventura realizó una esforzada labor para encelar la abanta y despreocupada embestida del quinto de la tarde, hasta que pudo clavar el rejón. Luego utilizó a «Oro negro» para dejar la impronta de su espectacularidad y precisión en el transcurso de un tercio de banderillas que compartió con «Lío». Y cierto es que armó un verdadero lío el rejoneador sevillano con el dinamismo de su toreo, la templanza que otorga a las suertes y la precisión con que las ejecuta. Un ramillete circular de banderillas cortas y un rojo sembrado de rosas sobre el lomo del burel completaron tan distinguida actuación. Dejó medio rejón de muerte y al segundo intento de descabello desde el caballo, acabó con el burel.
Sobre un bello caballo bayo, de nombre «Guitarra», Lea Vicens templó conarmónico galope la acometida del tercero de la tarde, una vez colocado el primer y único rejón de casigo. Utilizó a «Jazmín» para iniciar un tercio de banderillas que completaría con «Diluvio», y que se configuró con palos prendidos tras quiebros muy en corto, dada la la poca codicia agresora del astado. A lomos del tordo «Greco» abrocharía el tercio con un reguero carmesí de banderillas cortas. Tras ello, dejó un rejón de muerte muy trasero, por lo que hubode dscabalgar y utilizar el verduguillo, con el que despacharía la de Bohórquez al segundo intento.
Se fue a porta gayola la joven rejoneadora francesa para recibir al último de la tarde y tras templar su primera y virginal acometida, lo enceló por el ruedo hasta prender el rejón de catigo. Suerte que realizó sobre «Cleopatra», desde el que colocaría a continuación un segundo rejón. Inauguró el segundo tercio montada en «Bético», con el que alcanzó brillantes momentos dada la ortodoxia con que verificaba las suertes, en quiebros tras cites de frente y salida airosa después. Aprovechó hasta el último conato de embestida que le proporcionó la res, por lo que ésta arribó al tercio de muerte con evidente menoscabo en su tracción. Lo que cual no constituyó óbice para que acertara con el postrero y toricida rejón.
FICHA:
Se lidiaron seis toros de Fermín Bohórquez, correctos de presencia, nobles y colaboradores aunque faltos de casta.
Rui Fernándes, ovación y dos orejas.
Diego Ventura, dos orejas y oreja.
Lea Vicens, ovación y dos orejas.
Plaza de toros de Jerez. Media entrada en tarde agradable.