Cádiz
El importante reto de convertir el problema del alga invasora en Cádiz en una oportunidad sostenible
La catalogación como especie exótica invasora impide la comercialización del alga asiática, lo que ha frenado diversas iniciativas que planteaban una solución
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'Rugulopteryx okamurae'
Transformar un problema medioambiental en una oportunidad sostenible. Esa es la intención para intentar reducir el impacto ecológico del alga exótica invasora 'Rugulopteryx okamurae', que tanto se ha expandido desde hace una década por las playas del litoral gaditano, sobre todo con especial vehemencia en Tarifa y Algeciras. Han sido varios los intentos para poder reutilizar los arribazones que llegan a las orillas gaditanas y que lo tiñen todo de negro, sin embargo, la catalogación como especie exótica invasora «impide su comercialización». Fue el caso, por ejemplo, del proyecto piloto SeaSoft, que consistía en fabricar con este alga plantillas de zapatos y que terminó por tumbar el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco).
Por su parte, la Junta de Andalucía ha movido ficha y ha puesto en marcha un proyecto que permitirá «la recogida científica de arribazones» --acumulaciones de materia orgánica en la costa-- del alga invasora para su estudio como «fertilizante y bioestimulante agrícola sostenible». El objetivo del proyecto es «reducir su impacto ecológico» y «explorar los usos beneficios» de un chapapote vegetal que plantea serios problemas para las administraciones al afectar directamente al turismo, al sector pesquero y a la gestión de las playas, así como a la biodiversidad.
«Este proyecto representa una vía para mitigar el daño ecológico que genera esta especie invasora y abre la puerta a un modelo de economía circular, en el que un problema ambiental puede convertirse en una oportunidad para la agricultura sostenible y la innovación», sostuvo la consejera de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Catalina García. El proyecto, que es el primero que se autoriza desde la aprobación en 2023 de la Estrategia Nacional, se desarrollará bajo «estrictas condiciones de seguridad biológica y control ecológico, según la resolución firmada por la Delegación Territorial de la Consejería, y permitirá recoger de forma »controlada« y con fines exclusivamente »científicos« los restos del alga asiática depositados en playas fuera del medio marino, en concreto en puntos de Tarifa y Algeciras. «Por primera vez, vamos a estudiar con rigor las posibilidades reales de aprovechamiento agrícola de esta biomasa, desde la seguridad y la sostenibilidad ambiental», afirmó.
En cuanto a este proyecto piloto, que está respaldado por el Instituto Andaluz de Biotecnología y Desarrollo Azul de la Universidad de Málaga, el alga deberá ser transportada en envases herméticos hasta una finca de fermentación situada en Castellar de la Frontera, donde será «procesada hasta quedar totalmente inactivada», impidiendo su reproducción y su expansión. Conviene destacar que la recolección se limitará exclusivamente a arribazones ya desprendidos, sin afectar al alga viva ni al ecosistema marino o a especies protegidas. El proyecto autorizado tendrá una vigencia inicial hasta diciembre de 2035, aunque podrá ser revocado en cualquier momento si se detectan incumplimientos o riesgos ambientales.
Pero, ¿por qué se tumbó el proyecto piloto SeaSoft y en cambio se puede llevar a cabo el de la Junta? «El Reglamento europeo 1143/2014 permite excepciones a las restricciones impuestas sobre las especies invasoras cuando se trata de proyectos de investigación científica o por razones imperiosas de interés público. Esta es la vía que hemos explorado y que ahora abrimos con este proyecto. El Gobierno central debe hacer lo propio para dar cobertura legal y apoyo económico a estas iniciativas», explicó la consejera.
Por otra parte, es importante mencionar que el Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria (IFAPA) investiga también el uso del alga invasora como abono para la agricultura y su aprovechamiento como bioestimulante y fertilizante.
La empresa innovadora Futuralga también se ha dado de bruces contra la legislación. Tras años de investigación e innovación, han logrado desarrollar envases biodegradables a partir del alga asiática; sin embargo, la normativa al considerarse especie exótica invasora impidió su comercialización para evitar que se propague. La empresa sostiene que la «barrera normativa» no solo frena proyectos emprendedores andaluces, sino que también «limita las posibilidades de aliviar el impacto ambiental y económico que esta alga provoca en los municipios costeros y el sector pesquero».
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