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Las empresas de transporte hacen equilibrios ante la subida de carburantes

CONSUMO

El alza de la gasolina y el gasoil es una de las principales razones de la subida de la inflación

Las compañías del sector del transporte buscan minimizar el efecto de un mayor gasto sin perder clientela

Los carburantes acumulan ya nueve semanas de subida consecutiva. nacho frade
Álvaro Mogollo

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El Instituto Nacional de Estadística ha dado a conocer este martes el dato de la inflación de agosto, que vuelve a subir por segundo mes consecutivo y se sitúa en 2,6%. El alto precio de los carburantes, en alza durante buena parte del verano, ha hecho que el bolsillo se resienta durante uno de los meses estivales en los que tradicionalmente ya se suele gastar más de lo habitual.

Y es que ir a la gasolinera es ya más caro que en esta misma fecha del año pasado. Los carburantes han subido un 12,8% desde hace nueve semanas y el precio de la gasolina se encontraba hace siete días a 1,73 euros, de media, y el del gasoil a 1,62. Si se tiene en cuenta que en 2022 aún se aplicaba la bonificación de 20 céntimos impulsada por el Gobierno, actualmente cuesta más dinero llenar el tanque de un vehículo.

El barril de petróleo está en su valor más caro en un año debido a que tanto Rusia como Arabia Saudí están limitando su producción por una decisión estratégica que irán reevaluando mes a mes, y las consecuencias de una caída en la oferta trae consigo consigo un encarecimiento de los precios porque la demanda no cesa.

Esta circunstancia la nota cualquiera que tenga que hacer uso del transporte privado para desplazarse, especialmente quienes tienen que hacerlo de forma prácticamente diaria por cuestiones laborales o familiares. Y, cómo no, en los sectores en los que necesitan de este preciado líquido para llevar a cabo sus actividades profesionales.

Las empresas de autobuses, como otra tantas, sufren las consecuencias directas de esta subida de precios que esperan que toque techo lo antes posible. Una de ellas es Autocares Rico, compañía con enorme tradición en la provincia de Cádiz. Su director, Enrique Juan Pascual, explica que sobrellevan como pueden la situación porque el combustible en una actividad económica como esta supone el 35% o 40% del coste, por lo que las variaciones al alza reducen considerablemente los márgenes.

Ante unos gastos crecientes, las empresas estudian con detalle cada servicio para poder ajustar las tarifas. «En algunos casos, hay una parte mínima que se está trasladando al cliente final porque no hay más remedio», expone. «Trabajar a pérdidas no es viable, por lo que hay que subir el precio».

Por las características de este tipo de negocios, hay servicios que se establecen a través de contratos de largo duración, cuyo precio firmado se mantiene: «Si hay subidas, hay que aguantar hasta que termine ese contrato y posteriormente se hace un estudio de cómo puede afectar esa subida».

Los eventos puntuales como las desplazamientos en bodas se cierran con los datos actualizados, pero en los contratos de larga duración, salvo que la subida sea «escandalosa y haya que hablar con el cliente», se respeta lo firmado: «Normalmente se aguanta y se revisa en el contrato siguiente».

Esta dinámica de hacer estudios pormenorizados para ajustar precios también se hace a la baja, situación que desde hace tiempo no se lleva a cabo «por desgracia» debido al paulatino encarecimiento experimentado en los últimos meses.

La demanda se mantiene más o menos estable en cuanto a este servicio, aunque la oferta se está limitando en los últimos tiempos por una renovación de las flotas algo más lenta de lo esperado por falta de producción de autocares y poca disponibilidad de conductores, afirma el director de Autocares Rico.

Precios variables en el transporte terrestre

En cuanto al transporte de mercancías por tierra, las empresas actúan de manera heterogénea puesto que depende de cada servicio y el vínculo que haya con el cliente de turno. En algunos casos, las compañías prefieren asumir la subida del carburante en perjuicio de su margen de beneficios para mantener los contratos y en otras están optando por reflejar ese alza en el precio final.

«Antes se hacía una oferta cerrada por el servicio completo, pero ahora dentro del sector se estila que el concepto del combustible sea variable, para ajustarlo en función del precio actualizado», comenta un empleado de una importante empresa del sector.

«El precio es muy relevante. Si a alguien le haces un trayecto por 500 euros y otra empresa le hace el mismo por 400, se va con ellos», expone, indicando que hay compañías que hacen competencia desleal trabajando a pérdidas para intentar posteriormente fidelizar a esos clientes.

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