EL PUERTO

La rehabilitación de la Muralla de Santa Catalina llega tarde y a medias

Testigo de piratas y ataques extranjeros, el Fuerte se desmorona bajo la dejadez institucional y apenas queda un 20% de su estructura original

Aspecto que presenta el Fuerte de Santa Catalina en El Puerto de Santa María. ANTONIO VÁZQUEZ

Luismi Morales

El Puerto

Entre las rocas de la playa de La Muralla, junto a Puerto Sherry, se alza uno de los enclaves más singulares y olvidados de la Bahía de Cádiz: el Fuerte de Santa Catalina. Esta fortificación del siglo XVIII, construida sobre una antigua torre del XVI, conserva hoy apenas el 20% de su estructura original. Sin embargo, su historia, su magnetismo cultural y su presencia en campañas de moda, rodajes y series la mantienen viva en la memoria colectiva.

La actual rehabilitación, con un presupuesto de 1,2 millones de euros y un plazo de seis meses, representa apenas un primer paso frente a décadas de abandono y dejadez institucional que han puesto en peligro uno de los espacios más emblemáticos de El Puerto.

El Fuerte de Santa Catalina fue durante siglos un baluarte estratégico para la defensa del litoral portuense frente a piratas y potencias extranjeras. Su construcción en el siglo XVIII sobre la torre del XVI formaba parte de un sistema de vigilancia que protegía la Bahía de Cádiz y la costa de incursiones marítimas. Declarado Bien de Interés Cultural en 1949, el fuerte se convirtió en un símbolo de vigilancia, poder y resistencia frente al mar, cumpliendo un papel esencial en la seguridad de la ciudad durante más de dos siglos.

Pero la historia no solo se escribió frente a invasores y corsarios. Con el paso de los años, Santa Catalina ha debido lidiar con otro enemigo insidioso: la dejadez política e institucional. Durante décadas, la fortaleza ha sido víctima del abandono, la erosión natural, el vandalismo y la indiferencia de las administraciones, que han permitido que un monumento de enorme valor patrimonial se deteriore hasta el estado actual de ruina.

Movilización ciudadana

La situación del fuerte movilizó a colectivos ciudadanos y asociaciones patrimoniales como Betilo, que han jugado un papel determinante para situar el enclave en la agenda pública. La inclusión de Santa Catalina en la Lista Roja de 'Hispania Nostra' en 2021 alertó sobre el «grave riesgo de desaparición» de un Bien de Interés Cultural. La asociación destacó que el abandono no solo afecta al patrimonio histórico, sino que también supone un peligro físico para los usuarios de la playa de La Muralla, donde se han registrado desprendimientos de piedra.

La campaña de Betilo, con recogida de firmas, difusión mediática y el apoyo de personalidades del mundo cultural, subrayó que la conservación de Santa Catalina es un asunto de seguridad, identidad y memoria colectiva. El fuerte, señalaron, no puede seguir siendo una postal romántica que desaparece lentamente bajo la acción del mar y el tiempo.

En enero de 2022, el Pleno del Ayuntamiento de El Puerto aprobó por unanimidad una moción conjunta de todos los grupos municipales que instaba al Gobierno central a incluir el proyecto de reparación de la Muralla en los Presupuestos Generales del Estado o, en su defecto, en el Programa Extraordinario de Inversiones en Costas con fondos Next Generation. La moción también comprometía al Ayuntamiento a limpiar y conservar el entorno del Fuerte de Santa Catalina, de su propiedad desde 1994, para garantizar la seguridad de los usuarios y preservar uno de los patrimonios históricos más significativos de la ciudad.

En julio de 2025, la Demarcación de Costas Andalucía Atlántico inició los trabajos de emergencia para consolidar los lienzos de muralla que aún se mantienen en pie. Con un presupuesto de 1,2 millones de euros y un plazo de ejecución de seis meses, estas actuaciones buscan frenar el deterioro y garantizar la estabilidad del conjunto. Sin embargo, la intervención es parcial y no cumple con las expectativas de una restauración integral.

La Comisión Provincial de Patrimonio Histórico desautorizó la propuesta más ambiciosa de la Demarcación de Costas, alegando que el proyecto era «demasiado agresivo» y podría alterar la «imagen romántica» que ofrece el fuerte en la actualidad. Así, el enclave recibe únicamente un parche frente a la erosión y el abandono, dejando sin solución integral uno de los espacios más emblemáticos y con mayor potencial turístico e histórico de El Puerto.

A pesar del deterioro, el Fuerte de Santa Catalina mantiene un magnetismo indiscutible. Sus piedras han sido testigo de mareas, ataques piratas, invasiones extranjeras y noches de San Juan en las que las hogueras iluminaban la playa. Más recientemente, su imagen ha trascendido al ámbito cultural y audiovisual: la firma Loewe lo eligió como escenario para fotografiar una de sus colecciones junto al prestigioso fotógrafo británico Jamie Hawkesworth, y la tv movie El Rey, producida por Videomedia para Telecinco, rodó varias escenas en sus ruinas.

Santa Catalina demuestra así que la historia no está reñida con la contemporaneidad. El fuerte sigue siendo un lugar de memoria viva, donde se concentra buena parte de la historia marítima de El Puerto y de la Bahía de Cádiz, mientras se proyecta como icono cultural y atractivo turístico.

Esperanza tras el abandono

El futuro de Santa Catalina sigue siendo incierto. Lo que está en juego no es solo una muralla de piedra, sino un testimonio vivo de la defensa marítima de la región y de la relación histórica de El Puerto con el mar. Tras siglos enfrentando ataques piratas, invasiones extranjeras y, más recientemente, la dejadez institucional, la fortaleza resiste. La rehabilitación en curso apenas representa un primer paso; no es la solución integral que el enclave necesita para preservar su historia, su arquitectura y su valor simbólico.

Cada muro superviviente recuerda la vigilancia, los sacrificios y la vida de generaciones pasadas. Hoy, sin embargo, la fortaleza también enfrenta otro desafío: la incapacidad de las administraciones de garantizar un proyecto de restauración completo y sostenible que asegure su preservación. La actuación parcial, aunque necesaria, no resuelve la precariedad histórica del monumento y deja abierta la posibilidad de que, con el tiempo, la muralla vuelva a sucumbir ante el mar y el abandono.

Llamamiento urgente al consenso

Colectivos como Betilo insisten en la necesidad de un consenso entre las tres administraciones responsables —Costas, Junta de Andalucía y Ayuntamiento— para desarrollar un proyecto integral que permita la recuperación total de Santa Catalina. La situación es crítica: los lienzos de muralla restantes están amenazados por desprendimientos, la erosión marina ha avanzado sobre la plataforma del fuerte, y la vegetación descontrolada y el vandalismo siguen afectando su estructura.

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