ARQUEOLOGÍA
Un proyecto de la UCA saca a la luz la entrada a la ciudad fenicia en Doña Blanca
La arqueóloga Ana María Niveau de Villedary lidera esta investigación y busca seguir descubriendo los tesoros de este yacimiento
Macarena García
El Puerto
Treinta años hace que el yacimiento arqueológico de Doña Blanca no tiene un gran proyecto de investigación. Veinte desde que se tocara por última vez. Ahora, un equipo de la Universidad de Cádiz con Ana María Niveau de Villedary al frente, busca retomar la investigación sobre este asentamiento fenicio.
Para entender mejor la importancia de este enclave, la arqueóloga pone en contexto: «La colonización fenicia, hasta hace poco, se entendía como el principio de la historia antigua y el principio de un proceso. Pero ahora se entiende más como el final de un proceso. Sabemos que el Mediterráneo está interconectado o muy conectado desde el momento del tercer y segundo milenio, ya en momentos de prehistoria reciente, donde todas las comunidades del bronce atlántico están totalmente relacionadas. Y entonces, cuando ya está todo tan asentado, toda esa serie de relaciones previas, ya les es posible levantar una colonia y a un asentamiento definitivo. Que es, al fin y al cabo, lo que es Cádiz».
Aunque desde el yacimiento de Doña Blanca, el mar se ve como algo lejano, sabemos que en aquella época llegaba hasta allí y que ofrecía una vista privilegiada a toda la Bahía, lo que le da sentido a la elección del lugar. Tras varias destrucciones en Cádiz «se cansaron de reconstruir y decidieron que no era un lugar adecuado para el desarrollo urbano que necesitaban. Y entonces es cuando yo creo ya que definitivamente el grueso de la población se va a zona continental, que es en Doña Blanca», explica Ana María.
Tres fases del yacimiento
Para entender bien el lugar, hay que saber que se habla de tres frases del yacimiento, «tres fases constructivas con muralla y urbanismo con resto de un sistema defensivo y urbanismo». Las dataciones no están claras, pero este nuevo periodo de investigaciones abre la puerta a precisar mejor las fechas.
La investigadora relata que hay «una primera fase fundacional, un poquito después que la de Cádiz. Hay un segundo momento, no sabemos cómo datarlo bien, si finales del siglo sexto, quinto, algo así, que coincide con el final del asentamiento gaditano insular, que formaría la segunda fase». Al quedar los restos de este periodo entre los restos de la tercera y última, es el periodo más desconocido, pero «el más interesante» a ojos de la arqueóloga. «Aquí en el yacimiento, todavía vemos una tercera fase, que es cuando empiezan a tener influencia los cartagineses, y vuelve a ver un nuevo programa arquitectónico en la ciudad». Este periodo se data de forma aproximada entre el siglo IV y el III a.C.
Investigación actual
La excavación actual se está centrando en la entrada a la ciudad fenicia de la tercera fase. Pero para llegar hasta aquí, ha habido un proceso previo no exento de dificultades. Por un lado, « hay excavado poquísimo, y hay excavado muchísimo, quiero decir. Hay excavado muy poco en relación a las hectáreas que tiene el yacimiento, pero lo que se ha excavado es muchísimo en volumen de tierra y en volumen de estructuras exhumadas».
El primer paso fue hacer un catálogo de estructuras. En primavera de 2024 se plantearon diez pequeños sondeos, de los cuales tres no se pudieron hacer. Estos plantearon más dudas que respuestas «porque te salen cosas que no pensabas o que no te aclaran dada la magnitud del tamaño de la estructura. Y sobre todo nos pasó una cosa. Que nos dimos cuenta que muchas de las cosas que hoy parece que no están tocadas, sí estaban excavadas desde hace 30 años». Así que el siguiente paso fue solicitar los permisos y buscar la financiación para un proyecto de investigación. Diputación de Cádiz se ha implicado para sacar a la luz algunos de los tesoros que esconde este enclave arqueológico.
Aunque la búsqueda se centra en la hipótesis de que en el punto de excavación se encontraba la entrada a la ciudad fenicia, han surgido más sorpresas. Por ejemplo, un enterramiento, aparentemente de época romana, o una fosa basurera de una alquería de época almohade. Restos que otros investigadores estudiarán para reconstruir piezas del pasado.
El futuro
Pero la idea no es quedarse aquí. Afortunadamente, las nuevas tecnologías son una gran ayuda para los arqueólogos y, mediante técnicas no invasivas pueden llegar a conocer mucho mejor qué hay debajo del suelo y facilitan plantear de forma más precisa un proyecto.
Drones, georradar, tomografía eléctrica son algunas de las técnicas que se quieren utilizar. «Con la suma y justa posición de estos datos, veremos más o menos o podemos hacernos cargo de qué es lo que hay y por dónde nos interesa tirar», cuenta Ana María. A partir de esto, «nuestra idea ya es, a partir de esta excavación, planificar un proyecto de investigación de seis años y solicitarlo».
De esta manera, los investigadores de la Universidad de Cádiz retomarían el trabajo sobre este enclave más de 30 años después del último gran proyecto en un lugar del que se puede extraer mucho conocimiento sobre la historia de la provincia.
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesión