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Cerca de un millar de gaditanos irán a la vendimia francesa

Como cada verano, muchos serán los gaditanos que se marchen durante semanas a Francia para trabajar en la recolección de la fruta

Muchos jornaleros pasarán varias semanas en los viñedos franceses. L. V.
Álvaro Mogollo

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La provincia de Cádiz siempre ha estado íntimamente ligada con la vendimia francesa. Mediado el verano, muchos agricultores hacen las maletas para pasar una temporada en el país vecino y traerse de vuelta algo de dinero de cara al otoño y el invierno.

Aunque los tiempos cambian y las nuevas generaciones optan por otras alternativas laborales, este año no será diferente y la próxima semana comenzarán a partir expediciones de gaditanos que pasarán como poco unas tres semanas en suelo francés.

De hecho, algunos de ellos ya están allí, puesto que la campaña del melocotón arranca antes, en abril, por lo que hay trabajadores que pasan hasta medio año fuera de casa para ganarse el pan porque enlazan la temporada de los melocotones y la vendimia con la manzana, que puede prolongarse hasta inicios del mes de noviembre. Otros hacen un pequeño parón y regresan para disfrutar de un merecido mes de descanso en un lugar envidiable en el que pasar las vacaciones, volviendo a Francia otra vez en agosto.

Más de 11.000 andaluces irán a la vendimia gala, según una estimación que ha llevado a cabo Comisiones Obreras que cifra en 15.000 los temporeros españoles en Francia. Se prevé que desde la provincia de Cádiz partan entre 800 y 1.000 personas.

Desde el propio sindicato indican que se trata del mayor flujo migratorio hacia el exterior que tiene lugar en el país de forma organizada, aunque la cifra ha caído en más de un 75% en las cuatro últimas décadas, cuando iban hasta 80.000 personas.

En puntos de Cádiz como Alcalá del Valle los preparativos ya están avanzados y hace un par de semanas algunos representantes sindicales, en este caso de UGT, mantuvieron unos talleres informativos para trasladar a los interesados las condiciones laborales del trabajo que desarrollarán en Francia.

Evidentemente, los derechos de los vendimiadores están sujetos a la normativa francesa, que es donde ejercerán sus labores. Por ello es importante clarificar con anterioridad los detalles a quienes se van a desplazar, cuenta Andrés Barquero, delegado sindical en la localidad serrana: «Se les informa, aunque muchas veces ellos ya saben esa información mejor que nadie porque llevan yendo muchos años a Francia».

Condiciones laborales

Las condiciones varían en función de cada empresa contratante, pero la labor del Ministerio de Trabajo de España y los sindicatos es trasladar las condiciones mínimas que deben ofrecerles, establecidas por el salario mínimo interprofesional francés, que ha aumentado hasta los 1.709,28 euros. Eso hace que los trabajadores al menos deban percibir algo más de 11 euros brutos por cada hora trabajada, siendo la jornada establecida de 35 horas semanales. Por tanto, parten de un suelo de 394,45 euros a la semana, que podría ser superior en función del departamento territorial al que vayan. 

Al ir por un breve periodo de tiempo, no es extraño que la mayoría trabaje también horas extra. En ese caso, a partir de las 35 horas de trabajo, y hasta las 43 a la semana, cada una de ellas se deberá cobrar un 25% más cara que las establecidas en la jornada. Y si el empleado echara más de 43 horas, las siguientes se cobrarán un 50% por encima del precio general. Comisiones Obreras estima que una persona que vaya a trabajar durante un periodo de alrededor de 15 a 20 días, puede ganar entre 1.800 y 2.200 euros.

Además, el empresario que contrate a los temporeros españoles tiene que proporcionar un alojamiento que reúna unas condiciones mínimas para que los trabajadores puedan pernoctar y hacer su vida normal durante las horas de asueto.

Otra cuestión a tener en cuenta es la de las vacaciones, que al no ser disfrutadas durante un lapso de trabajo tan corto, se tienen que ver reflejadas en el pago. En concreto, los jornaleros tienen que recibir una indemnización compensatoria del 10% del montante bruto total a percibir.

Quienes tengan dos o más hijos a su cargo y estén más de 18 días trabajando en suelo francés, podrán solicitar una prestación familiar que va desde los 142,70 euros para los padres o madres que tengan dos hijos a los 325,53 euros para los que tienen tres, a lo que habría que añadir 182,83 euros a partir del tercer hijo.

Los encargados sindicales insisten en que aquellas personas interesadas deben informarse adecuadamente y salir de España con el contrato y las condiciones ya pactadas. La relación entre los empleadores y quienes reclutan a los temporeros es muy directa, de ahí que sea raro ver ofertas de empleo en los portales más habituales.

Para Comisiones Obreras, la vendimia francesa debería ser «un espejo de cómo trabajar con temporeros y del que los empresarios españoles deberían tomar nota» en cuanto a las condiciones que reciben los jornaleros, dando a entender que no falta mano de obra en este sector en España, sino que en algunos casos los salarios no están a la altura.

Loli, vecina de Alcalá del Valle, lleva una década yendo a Francia, la mayoría de años al municipio Sainte-Cécile-les-Vignes, cercano a Aviñón. La falta de trabajo en su municipio es el principal motivo para sumarse a la expedición para la vendimia: «Me voy con gente conocida del pueblo, para recoger mis peonadas y tener mi dinero. Además es una campaña corta y viene muy bien».

Interés sostenido

A simple vista, no hay un mayor interés respecto a años anteriores, puesto que los asistentes a las citas informativas eran prácticamente en su mayoría trabajadores que ya han estado con anterioridad en la vendimia. Es más, precisa Andrés Barquero que es habitual que cuando una persona no puede ir un año o se jubila, busca personalmente a quien se va a encargar de sustituirle en su puesto.

«Llevamos tres años que está la cosa más parada, no aumenta como en aquellos años que vimos que subió mucho el número de personas que se iban», expone Barquero. El motivo, opina, puede deberse a la mejora en el sector de la construcción, que hace que haya mayor porcentaje de gente ocupada. De ahí que, en la época de la crisis del ladrillo, muchos obreros optaran por ir a la vendimia. Ahora, para completar las expediciones, deben tirar de vecinos de localidades cercanas.

El verano es además una época especial para muchos pueblos serranos, ya que es en ese momento del año cuando tienen lugar las ferias, por lo que algunos de ellos tratan de apurar en sus municipios hasta que pase esa fecha marcada en rojo en el calendario para irse: «En Alcalá la feria es a mediados de agosto y hay quienes están aquí hasta que termina y ya se van a Francia».

Montpellier, Burdeos y los Alpes son los principales destinos de los jornaleros gaditanos, que suelen pasar entre tres y seis semanas, en función del número de vendimias que hagan, puesto que algunos empiezan la recolección en la zona sur y posteriormente se desplazan hacia el este, donde el trabajo comienza un poco más tarde. Generalmente, a principios de octubre, el grueso de trabajadores ya suele estar de vuelta en sus localidades de origen.

La sequía ha jugado malas pasadas al campo español, aunque se prevé que este año haya en torno a un 20% más de uva que en 2022. En Francia también se ha notado la falta de lluvia, pese a que en territorio galo la acumulación de precipitaciones a lo largo del año suelen ser sustancialmente superiores. En cuanto a la uva, parece que buena parte del viñedo no se ha visto afectada, pero algunas demarcaciones ya han hecho saber que han perdido un porcentaje de cultivo debido a la sequía.

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