COAC 2025
Los calaíta: la chirigota que crea adicción a jóvenes y mayores
Los Eugenio son, posiblemente, el primer fenómeno viral de la historia del Carnaval
Orden de actuación de la Gran Final del COAC 2025 en el Teatro Falla de Cádiz
Chirigota
Comparsa Los calaíta (fuimos por tabaco). Una chirigota de toda la vida...
- Autor Alejandro Pérez
'Olé tu madre'. «Olerá la tuya». Esto es al unísono. Todo el teatro. ¡Chirigota, chirigota! Al término de la presentación. Es posiblemente el primer fenómeno viral de la historia del Carnaval. La chirigota más reproducida y que gusta a niños y mayores, que ha crecido fuera del Concurso y se somete a la implacable ley de la popularidad. ¿Cómo no va a ganar? Se preguntan, con sorpresa, tanto aficionados de 'mostraores' y nudillos como advenedizos que no distinguen un pasodoble de un cuplé. Desconcertante.
El autor vuelve a demostrar talento e ingenio, especialmente en la resolución del conflicto humorístico, y en el desarrollo de un pasodoble en el que se siente esa influencia innegable de Juan Carlos Aragón. Hay genialidades y otras maniobras terrenales en un repertorio demasiado irregular para alcanzar esta inmensísima repercusión. La mejor noticia no son los Eugenios; es que puede haber chirigotero para muchos cursos y con un amplísimo margen de mejora. Los calaíta no puede ser su tope, menos con 25 años.
En esta última actuación se destacan por el pasodoble. Mantienen el humor con el primero. «Qué voz más bonita y prodigiosa tienen en Cádiz los yonkis». Y visten de crítica y seriedad al segundo: Andalucía, el bufón de España.
Sacan ahora a los siameses de preliminares en el palco, rescatan al niño de Wisconsin y buscan la risa en un humor surrealista que provoca la hilaridad del respetable. Ese silencio antes de cada golpe es mágico. Se puede oír hasta el crujido, y se siente que entre los nervios y la frescura de estas piezas, algunos se quedan solos en la copla. No importa. La atmósfera que generan es absolutamente única y no tiene parangón.
En el popurrí cuentan con cuartetas excelentes, como la tan cacareada y reproducida al habla de Cádiz y un final por todo lo alto. Y a la vez, entre el humo, partes sensiblemente mejorables. La vida, y el Carnaval como reflejo especial de sus primarias emociones, depara sorpresas inexplicables y este Concurso siempre agradecerá la irrupción de estos chicos. Tanto, que regresa el grito de 'Campeones, campeones'.
Así cantaron en cuartos y semifinales:
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'Los calaíta': Parece un chiste, pero no
Los Eugenio es un fenómeno inexplicable que tiene más que ver con la emoción que con la razón; lo difícil era entrar, pero si has entrado, ya no hay escapatoria
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'Comparsa Los calaíta (fuimos a por tabaco)': Los Eugenios ya enganchan y no son humo
La magia escénica se produce tras sumar un dilatado compendio de argumentos para que luego surja ese imponderable, la 'sinrazón', más cercano a lo místico que a lo terrenal, que eleva o tumba a quien se sube a las tablas. Estos chirigoteros van en un cohete
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