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Fin a una banda de Cádiz que conseguía datos bancarios de sus víctimas para hacer cientos de compras online

Los seis detenidos, todos ellos jóvenes de la capital gaditana, estaban especializados en utilizar sus números de cuenta y claves y realizar pedidos exprés

Cometieron más de 150 de estas estafas por toda España

Uno de los detenidos recoge un pedido en una tienda de electrónica. La Voz

M. Almagro

Cádiz

Una voracidad importante. Tanta como para robar artículos por valor de unos 40.000 euros en el plazo de apenas dos semanas. Y gente más o menos «normal». Es decir, unos jóvenes de entre 19 y 26 años, vecinos de Cádiz capital y con una vida como la de muchos otros. Aparentemente. Porque, según la Policía Nacional y la investigación que ha llevado a varios de ellos a la cárcel, eran unos estafadores.

De nuevo y en la provincia de Cádiz una operación policial, en esta ocasión bautizada como 'operación Pando', ha desmantelado una organización criminal dedicada al cibercrimen, a mentir y estafar usando medios tecnológicos. Esta vez engañando a sus víctimas para acceder a sus datos bancarios y hacer compras on line exprés de artículos de electrónica y, después, recogerlos como si fueran propios. Así, una y otra vez.

De esta manera lo han detallado este viernes en rueda de prensa los principales responsables de la operación acompañados del subdelegado del Gobierno en Cádiz. José Pacheco, quien ha agradecido y resaltado el trabajo que hacen los agentes para luchar contra el ciberdelito, «el delito del presente» y ha destacado la importancia de la prevención y de la colaboración ciudadana para atajarlo.

Los detenidos en esta investigación de meses, seis arrestados, están acusados de estafa, usurpación del estado civil y pertenencia a grupo organizado. Al principal investigado se le imputa además un delito lesiones, que cometió en una de las recogidas, además de robo de vehículo a motor.

Se hacían pasar por empleados del banco

Según ha explicado el subinspector responsable del Grupo de Delitos Tecnológicos de la Comisaría Provincial, los investigados formaban un grupo «perfectamente jerarquizado con un reparto de funciones». Unos se hacían pasar por empleados de banco para conseguir engañar a las víctimas y hacerse con sus datos bancarios. Les llegaban a llamar por teléfono y era tal su «poder de convicción» que conseguían que les dieran esos datos tan confidenciales.

Con dichos datos y usurpando identidades hacían los pedidos on line. Normalmente en comercios de electrónica que permiten la recogida exprés en los mismos establecimientos. Dos de ellos se encargaban de recogerlo y así fueron cometiendo una y otra estafa. Se estima que el volumen total de dinero defraudado asciende a más de 68.000 euros. Los artículos que conseguían los vendían posteriormente a terceros, a través del mercado negro o por otros métodos.

La investigación se inició a principio de octubre cuando se tuvo constancia de que en una tienda especializada en electrónica, un cliente quiso retirar una compra realizada a través de internet, pero parecía fraudulenta. Hasta que comprobaron que ese joven en realidad se dedicaba a recoger pedidos de alto valor económico como móviles, consolas y ordenadores de alta gama que habían sido comprados a través de la web y por el método de 'recogida exprés'. Y siempre hacía lo mismo.

Así, bajo esta sospecha, en una de esas recogidas fue requerido para que pasara por atención al cliente y acreditara su identidad. Y mientras realizaban las gestiones junto con el personal de seguridad privada y al verse en una situación comprometida, el joven huyó tras un forcejeo y lesionó a uno de los trabajadores que intentó sin éxito impedir su huida en la puerta del establecimiento.

Por todo ello, los investigadores iniciaron las pesquisas para tratar de identificar y descubrir al resto de implicados en estas estafas realizadas mediante las compra de los citados artículos de electrónica. De esta manera, dieron con el sospechoso que tenía antecedentes.

Los responsables policiales y el subdelegado, durante la rueda de prensa. F. Jiménez

De esta forma, y tal y como ha explicado el subinspector, se continuó tirando del hilo para dar con el resto de implicados. Y así fueron comprobando información de denuncias sobre compras fraudulentas, en las cuales todas seguían el mismo 'modus operandi', llamaban por teléfono haciéndose pasar por una entidad bancaria, solicitando datos de cuentas y tarjetas así como otros datos para utilizarlos posteriormente para hacer las compras fraudulentas online.

Posteriormente al ver la operativa de la estafa se logró identificar a otras dos personas que estaban concertadas con el principal investigado. Los implicados además en muchas ocasiones iban acompañados de amigos directos y de confianza para evitar que su actividad ilícita transcendiera a otros círculos cercanos.

«Llevaban un alto nivel de vida», han explicado los investigadores. Jóvenes y sin unos trabajos de altas nóminas los detenidos derrochaban en fiestas, con reservados, coches de alta gama, barcos, motos acuáticas, y asistencia a eventos VIP. «En una madrugada, en cuestión de 56 segundos, gastaron 1.360 euros».

La investigación continúa abierta y no se descarta la imputación de nuevos sospechosos y futuras detenciones de otras personas implicadas.

 

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