Con 'C' de Cádiz

Kraus: «Muchos de los que se reían de mí ahora los veo hacer lo que yo hacía»

Kraus de la herrán García. empresario deportivo

Emprendedor en el mundo de los gimnasios, este canterano cadista guarda recuerdos imborrables de un pasado que le trató de una manera que forjó ser como es

Kraus, en su gimnasio de la calle Jimena de la Frontera. Antonio Vázquez
Alfonso Carbonell

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A Kraus de la Herrán García (Cádiz, 1982) no se le suele pillar de primeras porque es lo que tienen las personas que dicen las cositas a la cara a gente que no acostumbra a ello, pero en cuanto se le cala rezuma la personalidad de alguien que ha sufrido lo suyo y que, una vez salido del hoyo, poco o nada le importa lo que los demás puedan pensar de él. Por eso, una charla con este exfutbolista metido a empresario deportivo es un paseo por la vida de un joven que desde pequeño se enfrentó a obstáculos que derribaban sus sueños.

Nada para mejorar como aprender de los errores de uno y eso empezó a hacer Kraus, un gaditano que supo reinventarse en cuanto su cuerpo le dijo basta a eso de correr detrás de un balón. No le fue fácil porque por el camino recibió la mala noticia de la enfermedad de su padre, muchos más que un faro para él. Caída tras caída, no le quedaba otra que levantarse y a fuerza de carácter se fue creando una vida, su vida, la que siempre quiso tener y la que tiene.

Desde siempre, y a pesar de sus lesiones, se quiso rodear del deporte, un mundo que le salvó de irse por unos derroteros que conoció hasta el fondo para salir impulsado por cuanto todo lo que no quería seguir viendo y viviendo. Este gaditano de 42 años pudo haberse ganado la vida metiendo goles, pero lejos de enfadarse con su destino, aprovechó lo que esa etapa le brindó para hacer amigos de por vida y rehacerse como hombre. Ha puesto asistencias, tapas, copas y hasta bailado como stripper para ganarse el pan como «buenamente se podía» cuando las cosas no iban como debían ir, pero al final fueron. Y fueron por su capacidad de innovar, de crear, de emprender caminos inexplorados en una ciudad donde ahora todos andan por el sendero que él abrió.

 -Preséntese.

-Me llamo Kraus de la Herrán, soy de Cádiz capital, tengo 42 años y desde muy pequeñito siempre me he dedicado al deporte. Primero como futbolista [Interrumpo].

-Cuénteme su trayectoria con el balón. No fue muy larga, por desgracia, ¿no?

-Exacto, pues tuve que dejarlo... Te voy de atrás hacia adelante. Finalmente me tuve que retirar con 22 años del fútbol profesional por una lesión. Al final tuve un desgaste, pero antes me operé a consecuencia de una triada que sufrí con 14 años. Y ya, a raíz de ahí, estuve dos años sin jugar.

-Pero luego se reenganchó hasta llegar al Cádiz B, ¿no?

-Exacto, del equipito del Tiempo Libre de infantiles, me firmó el Cádiz siendo cadete de primer año.

-¿Coincidió con Pablito, Juanlu y 'to' esa gente?

-Exacto, aunque ellos llegaron un año más tarde porque antiguamente el Cádiz tenía solo a partir de cadete. Y antes era muy complicado que niños de primer año jugaran con el cadete. Entonces, solo fuimos de Cádiz yo y Juan Enrique, un chaval de Trebujena, que éramos los únicos de primer año que había en esa plantilla del Cádiz. Y la verdad que empezamos súper bien. En el primer partido de liga, jugando de titular, metí el primer gol pero en una jugada tuve tan mala suerte que un córner me cayó un compañero encima y me partió la rodilla; tuve la triada, y aparte tuve también el platillo tibial, me rompió la cabeza de la tibia... En resumen, no jugué los dos años de cadete; estábamos en una categoría alta y me las perdí.

-Pffff. ¿Cómo afecta en un niño una lesión de esa gravedad?

-Pues mal, la verdad que tuve problemas en los estudios y a nivel moral, pues imagínate. Yo estuve, para que te hagas una idea, un año con una escayola porque no me podían operar porque tenía que crecer todavía. Entonces la situación 'pa' un niño de esa edad, que ve como prácticamente, o parece ser que tu sueño está 'truncao', porque me dijeron que no iba a volver a jugar. Y después de cuatro operaciones, volví a jugar a mitad de año de juvenil de primero, ya con el balón de Cádiz, con Sebastián Herrera.

-¿De qué jugaba?

-Jugaba de delantero, siempre he jugado de delantero. Además, delantero goleador, siempre he metido muchos goles.

-¿En plan '9' tanque?

-Tanque, pero tenía mis atributos técnicos, o sea, era capaz de hacerte lo mejor y lo peor en la misma jugada, como se dice. Jeje. Pero sí que es verdad que tenía mi técnica. Yo creo que era más versátil que un delantero tipo de referencia, lo que pasa que sí, que mi fuerte era la briega, era la lucha; siempre he sido una persona de mucho carácter, de mucho orgullo y eso pues trasladado a todo, pues...

-De hecho, y perdone que le corte, llegó a tener un encontronazo con Jose González (entrenador del primer equipo por entonces) en un amistoso que se pasó calentando todo el partido y cuando le dijo de jugar los minutos de la basura se negó a hacerlo. ¿Eso fue verdad o pertenece al mito?

-Exacto. Sí, fue contra el Borussia Dortmund, creo, o un equipo de estos alemanes que venían en invierno.

-¿Qué le dijo?

-Le dije que jugara él, 'que embarcaba los balones muy bien en el fondo norte del estadio'. 

-Jajajajajajajajajajajajajajajajaja

-Todo viene porque el año anterior Jose juega la Copa del Rey con el Juvenil y nosotros jugamos liguilla de ascenso con el Cádiz B. Y en una entrevista que me hace un compañero en el Carranza, viniendo de jugar de un partido de liguilla, el segundo contra el Utrera, que ganamos y despegamos dando una imagen fantástica, me preguntaron que quién pensaba yo que era el, porque se debatía entre José y Oliva, que quién veía yo como entrenador para el primer equipo. Y bueno, pues yo di mi opinión. Dije que por la experiencia y por lo que yo había trabajado con él, Oliva era muy de Carlos Orúe, era muy de esa esencia de orden, de lucha, pero con un carácter que tenía muy cercano al futbolista. Y yo di mi opinión y aposté por Oliva.

-Es verdad que Orúe dejó un sello en aquel cadismo que se quedó a un gol de subir a Segunda. Por el jerezano llegaría Pepe Escalante, que fracasó, y al verano siguiente Benito elige a Jose tras ese debate que comenta, cierto.

-Así es.

-¿Y cómo se tomó esa opinión suya el que después sería el entrenador del primer equipo?

-Te cuento. Fue en el primer día de 'pretemporá', lo que pasa es que a él le faltó valor 'pa dá' la cara delante de los medios y siempre se ocultó detrás de ellos. Pero él me dijo en el primer entrenamiento que con él no iba a jugar ni un solo minuto. Me llamó a capítulo antes de empezar a calentar el primer día y me dijo 'que sepa usted que usted no va a jugar conmigo ni un minuto y que es más, usted no se va a venir ni a la pretemporá a Benalup', que en aquella época se hacía en Benalup. Y yo le dije que no me preocupaba, que yo iba a trabajar como uno más y que mi momento, si trabajaba, pues mi momento llegaría. De hecho, hubo varios amagos de convocarme y no me convocaba, no me convocaba... Y un día, ya bien llegado casi diciembre, yo tenía varias ofertas para salir al Málaga y tal, también tuve una opción de irme al Betis. Pero todo pasaba por quedarme en el Cádiz, porque mi apuesta era quedarme en el Cádiz. Entonces hubo un partido, de estos jueves que se iba a Montecastillo cuando los clubes alemanes venían a Jerez en la época de frío; convocó a cadetes, a juveniles y a la primera plantilla. Yo en esa época tenía ya ficha profesional, que eso es lo que la gente no sabía, yo no tenía ficha del filial, yo ya tenía con 17 años ficha profesional. Entrenaba con el Cádiz, pero jugaba con el filial, pero yo entrenaba todos los días con el primer equipo. Y ese día venía 'recalentao' porque me iban a traspasar al Málaga, pero se truncó el traspaso, que eso tampoco nunca lo conté.

-Vamos, que llegó encendido al amistoso porque ni comían ni le dejaban comer. No podía jugar ni le dejaban salir. ¿Por qué?

-Pues porque nuestro querido presidente Antonio Muñoz, a la hora de firmar el acuerdo inicial, duplicó la cantidad que el Málaga tenía que pagar; a mí me cogió con la maleta hecha para irme a Málaga. Y me llamaron desde Málaga para decirme 'que no, que al final tu presidente ha pedido el doble de lo que pidió', que creo que era, si no recuerdo mal, 50 millones de las antiguas pesetas.

-Y de postre, a calentar banquillo a Montecastillo...

-Sí, estaba caliente. Imagina, un niño con 17, 18 años al que no le dejan, bueno, que parecía que no me dejaban cumplir mis sueños. Y creía que mérito, pues mérito tenía. Yo creo que era un jugador, yo no sé si para, pero para aportar cosas, sí que lo era. Entonces, sacó a 'tol' mundo; yo le tengo mucho cariño, y eso lo recuerdo siempre, a Jesuli Velázquez, que lo quiero un montón y él me quiere mucho a mí. También estaba por ahí Jorge Amar, que me dijo: 'Kraus, vete para el banquillo que ya no vas a jugar'. Sacó a por lo menos 30 futbolistas. Y cuando me iba para el banquillo, me vio que encaraba Montecastillo 'parriba pa' irme a vestuarios ya, y me llamó: 'Kraus, ven, venga usted que vas a salir'. Me dijo Jorge [y pone la cara de extrañado que le puso el entonces preparador físico cadista]: 've porque...'. Y Jesuli, que me conoce, él me decía loco. 'Loco, tranquilo, eh, tranquilo'.

-Jajajajaja Claro, porque Velázquez estaba en ese gran Cádiz.

-Exacto. Y nada, cuando llegué, empecé a trotar, sin muchas ganas.

-¿Calentando aún, no?

-Exacto, fui trotando acercándome a él para salir al campo.

-Porque veía ya que el partido se iba acabando...

-Claro, claro. Y él se dio la vuelta, vio que yo estaba trotando sin esprintar, evidentemente, y me dice: 'tienes dos minutos, como tú quieras'. Me frené en seco y le dije que los dos minutos los jugara él, que embarcaba los balones 'mu' bien en fondo norte cuando jugaba. La cara de Jose, de Cortijo, de Barla en aquella época, de Antonio Muñoz, pues imagínate la que se le lio allí.

-Jajajajajajajajajaja Ahí se acabó su breve carrera en el primer equipo.

-Exacto. Entonces, al día siguiente nos sentamos todos en el club; se dijeron todas las cosas a la cara, menos Jose, que nunca dio la cara; él siempre actuó por la espalda, y eso, después con los años, lo he visto y se lo he 'recriminao', y se lo recriminaré siempre, que él puede optar por poner un jugador antes que otro porque yo era un profesional y yo estoy 'pa' eso, pero de entrada ya decirme que no voy a jugar ni un solo minuto no me pareció ético y sobre todo no me parecía justo; nunca me han ido bien las injusticias. Y nada, pues ahí se dijeron, se dijo de todo, y entonces se me traspasó al Valladolid.

-¿Con cuántos años?

-Yo llegué a Valladolid con 20 años recién cumplidos. Estaban en Primera, ese año descendió a Segunda.

-¿Que iba para el B?

-Iba al B, pero con proyección, tenía mi dorsal del primer equipo y demás.

-¿Y cómo le fue?

-Para un gaditano adaptarse allí es 'complicao' porque en verano, mucho calor, y en invierno, mucho frío. Y bueno, empecé la 'pretemporá', fui el máximo goleador de la 'pretemporá'.

-¿Quién era el entrenador de ese Valladolid, se acuerda?

-Sí, Fernando Vázquez, un gran amante de la cantera y un gran tío, la verdad que lo poco que traté con él fue una experiencia muy bonita. Pues nada, en el quinto partido de liga, después de los cinco primeros metiendo gol, me hicieron un reportaje en el Marca porque posiblemente ya iba a saltar con otro compañero al primer equipo. Pero justo antes, tengo una lesión de pubis, que me opero, y con tan mala suerte que ese mismo día me operan a mí y a Makukula.

-Coño, el negrito.

-Ese, ese, el negrito. Pues a los dos nos operan mal. De hecho, hubo una polémica que echaron a todo el servicio médico de Valladolid. A mí me dejaron incluso una gasa dentro; fue un desastre, perdí el año entero. Eso le unimos que mi padre estaba enfermo y yo ya la cabeza no la tenía [dice casi que con un nudo en la garganta al recordarlo]. La verdad que tuve problemas. Para mí mi padre era un pilar muy importante y yo verlo así como ya estaba, pues... Y me vine a Cádiz.

-¿Y colgó las botas?

-Me vine a Cádiz y ya después intenté jugar varias veces, pero ya no... Volví a intentar jugar ese año después de salir, que estuve medio año en Puerto Real, pero me hice unas pruebas médicas y no me daban para que me diera para estar a tope.

-¿Por el pubis o la rodilla?

-Por la rodilla; tenía, tengo artrosis.

-¿Dio la cara la grave lesión siendo cadete?

-Claro. Yo, con 22 años, todos los veranos me hacía una artroscopia en la rodilla. Y a esas edad terminé con diez operaciones en la rodilla derecha, con cuatro en la izquierda y con dos osteopatías de pubis, y con dos hernias, una inguinal y otra abdominal operadas. Pero yo me sentía bien. De hecho, estuve a punto de debutar con el primer equipo del Valladolid contra el Racing justo antes de la pubalgia. Y, además, yo físicamente era un tanque, pero ya no pasaba reconocimiento. Entonces jugué un par de años en Tercera, pero ni entrenaba. Me dedicaba solo a entrenar los jueves y a jugar los fines de semana. Hasta que ya era impracticable y a los 24 años pues opté por el camino de la salud y el deporte.

-¿Y cómo es en esa fecha comenzar a formarse en algo? Porque entiendo que los estudios no le acompañaron en su carrera futbolística.

-Pues mira, yo cometí la mayoría de los fallos que cometíamos o que cometen los niños que están ahí o que son profesionales. A mí el Valladolid, no se me olvidará, siempre me recriminó y me obligaba a ir al instituto y a estudiar. Lo que quisiera me lo pagaban ellos. Y yo, por mi cabeza, me pensaba que era Cristiano Ronaldo y no lo tomé en serio. Paradoja de la vida, con 25, 26 años volví a estudiar y ahora estoy a cuatro asignaturas de colegiarme como dietista.

-O sea, que empezó de cero una vez retirado.

-Exacto, me saqué el graduado, el acceso a la universidad y estoy cerca de terminar un grado. Antes, me especialicé en entrenamiento personal por la Federación Española de Gimnasia. Estando en Valladolid, durante la 'pretemporá', estuve en un centro de alto rendimiento con atletas olímpicos y demás. Allí aprendí mucho porque nos metieron a la gente de afuera como para mejorar un poco el rendimiento y para que estuviéramos allí hasta que nos buscaran casa. Fueron quince días espectaculares. Allí ya me di cuenta de que mi vida profesional se iba a acabar pronto porque tenía muchas operaciones. Y me empieza a picar el gusanillo porque además yo ya me decía que 'hostia, creo que mi vida futbolística va a ser corta'. Nunca pensé que fuera tan corta, pero ya sabía que todo iba a ir orientado al deporte porque al final es mi vida, es mi pasión y a mí siempre me ha gustado el tema deportivo.

-Antes de pasar a otro tema, no quiero que se me vaya el tema Cádiz CF sin que me diga alguna anécdota más porque las tiene que tener a espuertas.

-Venga, te voy con una. Pero como me ponga a 'contá' más te digo que no acabamos, eh.

-Jajajajaja. Una, una. Solo una. La primera que se le venga. Porque aunque el fútbol le ha hecho pasar muy malos momentos, por desgracia, no dudo que también le ha dado muchas risas.

-Sí, del fútbol lo que guardo son amigos 'pa toa' la vida de esa época del Cádiz B, del Juvenil, y anécdotas hemos 'vivío' cinco mil, jejejeje. Hay una que nos fuimos a Alicante a jugar a Elche con el División de Honor, el Juvenil,

-¿Con Sebastián Herrera como entrenador?

-No, el entrenador era Enrique Barroso, Quique Barroso. Sebas estaba en el cadete ese año. Y resulta que llegamos, yo era un poco el cabecilla, el líder porque era de los más mayores y aparte era el más 'echaopalante'. O sea, estaba en 'to' los 'fregaos', en los buenos y en los malos. Y nos fuimos a comer al restaurante del hotel de concentración; jugábamos el día siguiente a las doce. Y comiendo '¡hostia, esto sabe a rayos, tío! ¡Qué cojones es esto, ni es un puchero ni es ná!'. Y le comí el coco al gran Alfonso Vargas.

-Un grande.

-Digo. Y me voy para él y le digo 'Alfonso, tío. Tú tienes que hacer algo aquí, quillo. ¿A ti te ha dao el clú dinero?' [Y a continuación, baja el tono de voz e imita muy seriamente al entonces responsable de los desplazamientos de la cantera del Cádiz, el mítico Alfonso Vargas] '-Kraus, por favor. Pues claro que me ha dado dinero el club. Yo soy el tesorero, el secretario, el responsable y el que tiene que pagar a los árbitros. -¿Cuánto te han dao, Alfonso? Tú cuéntamelo a mí en confianza'. Me dice que tiene equis dinero y le digo. 'Y si nos vamos a comé unas pizas, que he visto un bareto aquí atrás, tío, espectacular, unas mesas de billar...' Eso era lo más parecido a un putiferio que he visto yo en mi vida. Jajajaja.

-Jajajajajajajajajaja

-Jajajaja. Y remato. '-Tío, vámonos que he visto ahí un local, tío, y nos vamos a ir a tomar algo ahí y nos vamos con unas pizas. -Hombre, claro, por favor, pero tiene que ser algo con mesura. -Tranquilo. Mira, nos vamos a gastar poco, Alfonso. Vamos a pedir unas pizas y nos vamos a gastar 20 pavos por piza. Y aquí no pasa nada, tío. Yo, cuando llegue a Cádiz, te lo pago, que tú sabes que yo lo gano bien. -Hombre, claro, aparte tú me vas a ayudar con el club, con la gente. -Yo te voy a llevar 'parriba', Alfonso, tío. Yo te veo ya en el Carranza de delegado, Alfonso. -Venga, vámonos, señores, venga. [Y baja el volumen viviendo la secuencia del gran Alfonso Vargas] Cuando Quique se vaya pa la habitación, nos quedamos 'tos' aquí y nos vamos por ahí'. Y mis compañeros mientras (el Juanlu, 'to' esta gente). '-Quillo, Kraus, por favor. -Que no pasa ná. Que si pasa algo le echamo la culpa a Alfonso y ya está'. Jajajaja. Nos comimos 30 pizas, nos bebimos 30 cervezas, jajajaja. No le llegó con el dinero a 'pagá'; dejamos a Alfonso Vargas con el dueño del local llorando porque lo iban a 'matá', jajajajajajaja. '-¡Me van a matá, me van a destituir! -No pasa ná, Alfonso'. Jajajajaja. Llegamos al partido, el Elche estaba en la tabla arriba, nosotros 'pal' descenso y le metimos 1-4, que metí dos o tres goles, me acuerdo yo. Metió Juanlu también; con nosotros jugaba Ismael Falcón, Solano, que después se fue al Barça; Roberto Rodiel también estaba. Pero me acuerdo sobre todo de eso, de la la 'panzá' de 'reí', tío, que nos dimos. Hostia la que liamos. Allí lo dejamos llorando, nos fuimos todo el mundo corriendo.

-Jajajajajaja. Volvamos a la seriedad. Una vez que se cae del sueño futbolístico, ¿cómo se levanta uno siendo un chaval que tan solo ha mirado al fútbol en el horizonte? ¿Cómo se recompone? ¿Fue tan duro como el golpe que sufrió siendo un niño o ya lo estaba viendo venir y eso hace al cuerpo y a la mente?

-Fue 'complicao', fue 'complicao'. Fue 'complicao' porque aunque uno lo vea 'veni' y tú te 'prepare' el día que se baja el telón y te dicen que ya no más, es duro. Aparte, yo empecé a trabajar aquí en Cádiz en algunos bares, pues de lo que podía, poniendo tapas, poniendo cerveza...

-¿También fue streaper, no?

-Sí, también me dediqué al tema de la noche. Al final tenía que ganarme la vida como buenamente podía. Siempre dentro de los marcos naturales. Hice un poco de todo. Trabajé de todo, de todo lo que me salía.

-¿Y qué tal esa experiencia? 

-Pues la experiencia bien. Para un niño de 24 años, pues, qué te voy a 'contá' jejeje.

-Jajajajajajajajaa

-La experienciaaaaaaa..., ¡bien! No te puedo decir lo contrario.

-Y hasta ahí puede leer.

-Jaja. Claro. Además, yo soy una persona que le gusta... dentro de la prudencia y demás, ser un tío muy 'echao palante'. Lo único que me tiró de ahí, es que vi que se ganaba mucho dinero. Empecé con ello, pero cuando me di cuenta de todo lo que se movía en ese mundo, pues ya salí de lleno de la noche y me metí de lleno en lo que es el acondicionamiento físico, el entrenamiento, todo el tema de gimnasio.

-¿Cómo empezó en el mundo de los gimnasios?

-Ya cuando se baja el telón, con 24 años, pues... Mira, es muy sencillo, pero antes, estando en el Arcos, con 23 años, jugué medio año 'pa intentá' salvarlos porque estaban en descenso.

-¿Qué año sería ese?

-Eso fue con Oliva; tenía yo 24 años, tengo 42.

-¿El Arcos fue su último equipo, no?

-Exacto. Yo ya estaba prácticamente retirado, pero Oliva me vuelve a llamar en el Arcos, 'pa' librarnos del descenso. Que estaban los Guti, Chiqui Paz, toda esa hornada del Cádiz B.

-Que el Arcos tenía un estadio nuevo muy bonito, el Barbadillo. Y que tenía su afición.

-De hecho, el estadio creo que estaba recién hecho. El campo era espectacular; había muchísimo dinero, me pagaban un dineral... 'Mira, te vienes a entrenar un par de días, que yo sé que tú estás jodio y juegas el domingo', me dijo Oliva 'pa' convencerme. ¡Y firmé con tan mala suerte que el primer partido que debuto echan en Oliva!

-Jajajajajajajajajajajajajaja

-Digo: 'la vida sigue'. Yo fui fichaje de invierno; nos quedarían unos diez partidos de liga. Yo jugaba en Barbate 'pa' echar el rato, donde metí cerca de 30 goles en la Andaluza; hasta que me llamó Oliva, que estaba con el Arcos en Tercera. Me decía: '-Loco, vente conmigo. Que yo sé cómo tú estás? -Míster, yo no puedo jugar. -Vente, me metes cinco o seis goles y me salvas. -Bueno, míster, por ti, lo que sea'. Porque yo la verdad que a Ángel (Oliva) le tengo un cariño brutal. Pero lo echaron el primer partido que jugué. Y llega el entrenador nuevo. Luna se llamaba, que venía de Jerez. Y me dijo: -Usted, si no entrena, no juega. -Pues tenemos dos problemas, míster. Porque yo no voy a entrenar. Porque no puedo'. Y nada, a este Luna lo echan quedando cuatro jornadas.

-No jugaba con él pero al tener contrato seguía en el equipo, ¿no?

-Claro. Yo iba a entrenar como buenamente podía y el míster no me convocaba, pues 'adiós, muy buenas'. Lo echan y el entrenador que llega se llamaba Nico Sosa, que también estaba ligado al Xerez. Y los últimos cinco o seis partidos me dice: 'Usted va a jugar. Usted es un gladiador' [Y entona dándole voz de entrenador veterano, argentinizado].

-Jajajajajajajajaja

-Total, que me anima y juego los cuatro o cinco últimos partidos para salvarnos de bajar de Tercera a Primera Andaluza. Pero qué va. Quedando dos partidos, en un entrenamiento, me pega un castañazo la rodilla y le digo '-Míster, hasta aquí. No puedo más. -Kraus, te lo agradezco'. Finalmente el Arcos desciende y a la semana siguiente me voy a Mallorca a trabajar. Quiero desaparecer del tema del fútbol y de todo lo que engloba Cádiz porque a mí no me trajo nada bueno. Y me fui a emprender una vida nueva en la que nadie me conocía.

-¿Solo?

-Sí.

-¿Y por qué Mallorca?

-Porque la isla me llamaba la atención y había mucho trabajo. Pero sobre todo me fui porque empecé a trabajar en la hostelería en Cádiz y la gente era muy cruel porque no faltaba el que me decía 'hay que vé pa lo que has quedao con lo bueno que eras' y ese tipo de cosas. Yo me metía a 'llorá' en la cocina de un bar que trabajaba en Cádiz. Y me decía el dueño: 'Venga, Kraus, venga tío, palante, que tal, que la vida sigue'. Pero me costó, me costó mucho. Y esa fue una de las razones por las que me fui. Porque podía ser lo que quisiera, pero la gente me machacaba. Incluso se reían de mí y tal; y yo soy un tío con mucha personalidad. Pero a mí eso me reventó. Y me fui a Mallorca.

-¿Año?

-Yo tenía 24, 25 años, pues sería 2005, 2006. Y me voy a Mallorca y empiezo a trabajar en una clínica de celador. Además, en paritorio, con los niños. Fue una experiencia brutal. Estuve un año trabajando así de soporte.

-Y ordena su cabeza.

-Sí, porque llegué totalmente ido, era una bomba de relojería. Y en Mallorca, pues, la verdad que bien. Empecé a trabajar en la clínica y empecé a hacer cursos por la Federación Española de Gimnasia, que ahora eso no se ve; de todo el tema de acondicionamiento físico, trabajo personal, clases de spinning, que antiguamente eso solo lo hacían los alemanes; era una cosa muy rara aquí en Andalucía. Y empecé allí trabajando gratis en un gimnasio. Yo quería aprender allí y me ofrecían trabajo y yo daba las clases gratis y estaba allí ayudando 'pa' lo que fuera. Y a los tres meses me hicieron contrato en el gimnasio y ya me especialicé en todo gracias a lo que me enseñaron.

-¿Cuántos años se pega en Palma?

-Volví a los tres años y medio aquí a Cádiz. Es curioso porque vine a competir a una competición de culturismo.

-¡Es verdad! Lo recuerdo, lo recuerdo.

-Es que yo me he 'metío' en 'to' los 'fregaos'. Y vine a competir a Cádiz porque estaban mis amigos y tal. Había un campeonato en la playa muy conocido. Dos años antes yo había entregado el currículum aquí, en el gimnasio que había al lado del estadio, el Body Factory. Y en la semana que vengo a Cádiz, después de tres años y medio, me llaman 'pa trabajá' en el Body Factory. Dejo Mallorca y me pego seis meses trabajando en el Body Factory. Ya me alquilé una casita compartida y ya 'pum, pum, pum, pum' empiezo a dedicarme a lo que yo hacía en Mallorca. Comienzo a dar entrenos personales, que aquí la gente se reía de mí.

-¿En el Body Factory?

-Sí. De hecho, me echaron porque aquello era una cosa. '¿Tú que vas a hacer entrenos aqui', que tal, que esto, que lo otro...Me echaron. Y me dediqué a entrenar con la gente en la playa, en la calle; que la gente se reía de mí porque decían '¿pero este que se cree que está en Estados Unidos entrenando a gente por ahí?', 'este es un friki', '¿este qué se cree?' '¿quién le va a pagá a este?'. 'Totá', que yo seguí mi camino y la verdad que me fue bien. Todos esos que se reían, que eran fisios y gente del sector del deporte, porque nos conocemos todos, terminaron haciendo lo mismo que hacía yo. Y alguno llegó a ser hasta cliente mío.

-¿Y así por libre cuánto tiempo se pega?

-Pues así por libre me pegó un par de años. Hasta que me hice mi primer blog por internet. Y me llamó Javi, una persona a la que le tengo un gran cariño y que en aquella época era el encargado de un gimnasio muy grande en Chiclana, Costa Fitness, para mí es el mejor gimnasio que hay en Chiclana con diferencia. Javi me abrió las puertas de su casa y empecé a trabajar a media jornada.

-Y llega a otro gimnasio que sí tenía otra concepción, su concepción.

-Exacto. Porque yo revolucioné el sector aquí en Cádiz con las clases que hacía con la bici, con la forma de dar las clases. Claro, date cuenta que yo venía de trabajar con alemanes, ingleses, que iban cinco o seis años por delante de todo esto. Antes no había redes sociales; empezó a salir Twenty, Facebook, pero era otra cosa. No existía Instagram. Entonces, yo apagaba las luces en las clases, ponía luces de discoteca; la gente se volvió loca. Había cola hasta abajo para ir a las clases. ¡Me echaron! O sea, dijeron: 'a este tío lárgalo de aquí porque nos está revolucionando to esto...'

-Jajajajaja Del Body Factory dice, ¿no?

-Sí, sí. Jaja. En cambio, Javi me dijo 'tú ha lo que quiera, Krau. Tú ha lo que quiera. Desarróllate con libertá'. Y revolucionamos todo. Pegamos un buen castañazo. Y al año y medio me surgió la oportunidad de coger un gimnasio ya aquí, en Santo Tomás. Un traspaso. Ya me hice con algún dinerito 'ahorrao' y ahí empecé con mi primer gimnasio. Se llamaba Kraus Fitness Club. Que la gente me decía: '¿tú cómo le va a poné tu nombre al gimnasio, loco? ¿Y al que le caigas mal, qué?'. Y yo les decía, 'mira, mi marca personal...' Que en aquella época la gente decía [y pone cara y voz de estar riéndose de alguien]: '¿la marca qué?, pero tú eres un chalao'. Hace quince años... 'tú estás loco. ¿Qué marca personal, flipao! ¡Que esto no va así!' Y digo, yo le pongo mi nombre a mi gimnasio porque la gente va ir a verme a mí. A la forma mía de trabajar. Y empecé a hacer cosas que no hacía nadie: entrenamientos funcionales, entrenamientos militares. Me fui a Rota para hacer un curso con una americana. Me vine a hacer las clases aquí. Lo mismo hacía con una mujer de 60 años que le hacía a un niño con 20. Que eso antes era... Bueno, eso no se había visto. Y me fue brutalmente bien ese año y medio en Santo Tomás. Empecé a llevar clientes allí y hablé con el chaval del gimnasio. 'Mira, el cliente te paga la cuota y yo vengo y lo entreno'. Y como a ese gimnasio no iba nadie me dijo 'pues tío, si me vienen 15 o 20, pues buenos son'. Al final terminé todo el día allí; al tío no le fue bien y me dijo 'oye, ¿te lo quieres quedar y me pagas todos los meses?' Y le digo: 'Ya, perfecto'. Le cambié el nombre y allí empezó mi andadura. Y al año y medio me vine arriba, cosa que es muy común en mí, jeje, y no tuve la genial idea que con un cliente mío asociarme para montar este gimnasio hace ya trece años.

-Cuando en la Zona Franca es una zona más perdida que el barco del arroz para venir a hacer deporte. ¿Qué era esta nave antes?

-Esto era la Mercedes, un concesionario de coches. ¡Esa es otra, mi vida! Cuando yo empecé la obra aquí, no había gimnasios en Cádiz. Terminé la obra que se me demoró y vino el 24 Horas y otros muchos más; todos abrieron antes que yo. Dije, '¡hostia, qué ruina!.'

-¿Cómo se llamó en sus inicios?

-Sport Zona. Después me fue mal con este socio y lo tuvimos que cerrar. Y en ese año de impasse me fui a La Laguna con dos amigos, con Ángel y con Marta.

-¡Hombre, bellísimas personas!

-Aprovecho para mandarles un beso desde aquí porque son geniales; me dieron una oportunidad que a día de hoy siempre se lo agradeceré porque estaba totalmente arruinado [comenta emocionado de nuevo]. Estaba arruinado. Lo perdí todo. Y empecé otra vez allí. Igual, revolucionamos un poco la forma de dar las clases, el concepto boutique. La gente... 'pero tú cómo vas a traer una boutique aquí' [dice poniendo tono despectivo de nuevo]

Kraus, un amante del deporte. A. V.

-¿Qué es una boutique para un negado de los gimnasios como un servidor?

-El concepto de boutique es porque es un poco más elitista, más premium, más personalizado. Por eso, son clases más personales, más especiales. Por ejemplo, el spinning lo hacíamos con pulsómetro, donde en la pantalla se veía tu corazón, la montaña y su pendiente, las pulsaciones... Eran clases de diez, doce personas. Y en vez de valer un ticket 35 euros, pues valía 80, 90, 100 euros. La gente me decía '¡pero cómo te van a pagar 100 euros por dar clases?' Pues funcionó bastante bien. También innovamos con los TRX, y creamos las clases de boxeo con música, que la registramos y todo. Y otra 'vé' la gente 'blablablabla'. Bueno, pues pegamos un pelotazo también espectacular. Gracias a ese boutique de fitness vino el que fue mi socio después aquí y me dijo 'quillo. ¿por qué no reabrimos aquel que tenías en la Zona Franca?' Porque yo al de La Laguna le llamé Boutique Gym Quinta Avenida, pero Quinta Avenida escrito con letras. Y al decirme eso de reabrir el de aquí le llamamos Five Avenue con número (5 Avenue), que es el nombre que aparece en algunas de las lonas que tengo en el gimnasio porque las tengo de recuerdo.

-Y del 5Avenue al Kraus Fitness Club.

-Exacto. Porque ya es solo mío. Estuve cuatro años con el que fue mi socio, que se dedica a muchos otros negocios y, al final, me dijo que si me lo quería quedar y hace cinco meses nació Kraus Fitness Club en honor al primer gimnasio que tuve en Santo Tomás.

-Entiendo que con el grado de dietista, el Kraus Fitness Club tiene un margen de mejora bastante amplia.

-Exactamente. Yo ahora mismo lo que quiero es diversificarme. También montar una consulta de dietética y nutrición con una maquinaria que viene de Estados Unidos y que te hace un estudio en 3D del cuerpo; siempre intentando buscar una mejora, revolucionar un poco todo y darle al cliente cosas que aquí no hay. He estado en Marbella y viendo cosas por fuera para presentar una serie de cosas en una consulta de nutrición dietética. Un servicio al cliente que aquí no se ha visto nunca.

-La nave es inmensa. Entiendo que esos despachos y consultas se instalarán en el mismo gimnasio. ¿Cuántos metros cuadrados tiene el Kraus Fitness Club?

-El gimnasio entero son 2000 metros. Y aquí (arriba) pues habrá 150; a esto le haremos un cambio y aquí estará la consulta, habrá un fisio y estará todo multidisciplinado y encaminado a un servicio completo al cliente.

-Pues que tenga suerte y yo lo vea. Un placer.

-Otro y gracias.

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