con 'c' de cádiz

La Juani: «Mi primer año en Cádiz recuerdo a la gente llorando por la calle porque se había muerto Paco Alba»

juani gómez bustillos. aficionada al carnaval

Esta gran aficionada al concurso se ha hecho viral este mes gracias a un cuplé televisado y que le ha hecho subir a las tablas del Falla no pocas veces

La Juani,en los aledaños del teatro Falla.
Alfonso Carbonell

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Se ha convertido en un fenómeno este Carnaval gracias a un cuplé que cantó a las cámaras de Onda Cádiz desde el gallinero durante la retransmisión de una sesión de preliminares y que no tardó en viralizarse. Desde Jordi Évole a Macarena Olona, sin olvidar la gran mayoría de medios nacionales en internet, se hicieron eco de una letra que aunque subidita de tono, refleja a las claras lo que es el arte de la calle, donde nada está prohibido y los borderíos están a la fresca orden del día que para eso estamos en Carnaval.

Juani Gómez Bustillos (Trebujena, 1959) está a dos años de jubilarse pero carrete le queda de sobra si de vivir la vida con alegría se trata que para eso se la ha ganado. Simpática hasta la médula, amante del cachondeo hasta decir basta y con una vida tan sacrificada como elogiable, esta apasionada al Carnaval desde que se aficionó a las murgas de su pueblo, es ante todo una mujer de bandera que hace de la gracia su motor de vida y que no hace mucho se ha puesto el mundo por montera. Y muy bien que hace.

Asidua al Paraíso del Falla, la Juani no sólo no se cansa de hacer cuantas colas sean necesarias con tal de conseguir sus entradas sino que, no contenta con ello, es capaz de endulzar las horas de espera con sus cantesitos a todas aquellas personas que aguardan junto a ella a que abran las taquillas. Tan pronto se popularizó su cuplé, a la Juani le tocó hacer una 'tourné' por las tablas del Falla a medida que varias agrupaciones le pedían su respectivo cameo. ¿Quién se lo iba a decir hace años que sería Ella la protagonista de un teatro al que soñaba ir mientras escuchaba las coplas por la radio encerrada en un baño de una habitación de servicio? Aficionadas como ella son las que hacen que esta fiesta sea única porque Juani será de Trebujena, pero lo que debe saber es que ella es Cádi.

-Hágame un repaso para conocerla desde su más tierna infancia.

-Nací en Trebujena, pero desde hace 40 años vivo en Puerto Real. Con 15 años me fui, como se decía antes, a servir. Era sirvienta en las casas; estuve en Jerez sirviendo en la casa de la madre de José María Ruiz Mateos en Jerez.

-Anda.

-Digo. Y luego me fui a Madrid con el hijo, no con José María, sino con Isidoro. En esa casa estuve tres meses y luego me vine para Sevilla.

-Ok, ok. Vayamos más despacio. ¿Llegó a estudiar en Trebujena siendo niña?

-No, no. Yo no llegué a estudiar. Verá, yo no sé ni dividir; no tengo ni los estudios primarios. Divido con la calculadora; ahí me quedé.

-Vamos, que divide casi que como todo el mundo así que eso que se ahorró. ¿Qué eran sus padres?

-Ellos se dedicaban al campo; de pequeño nos íbamos a un pueblo de Sevilla a coger algodón. Somos seis hermanos y mis padres nos tenían que mandar a trabajar fuera. Nos íbamos de internas, como en la novela de Lucecita. Trabajábamos con uniforme, delantal y cofia.

-¿Y dónde comenzó?

-Primero fui a Jerez, con la madre de José María Ruiz Mateos, Doña Encarna y su marido Zoilo. Vivían en la calle La Porvera. Allí yo a cogía el teléfono y abría la puerta de la casa a las visitas.

-¿Y cómo llega a caer en esa casa?

-En mi pueblo había una señora que colocaba a las muchachas en las diferentes casas de servicio que demandaban sirvientas. Y es que los señoritos preferían las de pueblo porque no nos aseguraban y prácticamente estábamos en sus casas como ilegales.

-¿Y cobraba o era interna y punto?

-Nada, nada. Yo salía a mi pueblo cada quince días para ver a mi madre y poco más.

-¿Y cómo y por qué acaba en Madrid?

-En Jerez, con los Ruiz Mateos, estuve unos tres meses, pero me fui a Madrid porque mi hermana la mayor estaba trabajando allí, pero en una de las que vino al pueblo su novio le dijo que ya no volviera a la capital y se casó. Entonces me fui a cubrir su puesto en la casa del hijo de los padres de Ruiz Mateos, Isidoro, el hermano de José María.

-¿Y conoció a José María?

-Claro, yo estuve en su casa de Somosaguas, el chalet que tenían y al que íbamos las muchachas a llevar cosas. Ahí que estaba yo con mi cofia, mis guantes, mi delantal blanco; uniformada completamente.

-¿Y le gustaba aquello en ese momento?

-Hoooombre... Es que a ver, es que no había otra cosa. Mi madre me dijo que al colegio o a trabajar. Y como no había otras opciones pues me fui a trabajar. Pero no, no me gustaba estar allí. Además, eran tiempos de Franco y la costumbre en el servicio era que cada vez que viniese la señora a decirnos lo que fuese teníamos que levantarnos y escucharla con las manos detrás. A mí se me quedaba muchas veces la tostada 'helá'. Le daba igual que estuviéramos desayunando, comiendo o haciendo lo que fuera. ¡Yo me cagaba en to la madre que le parió y clamaba porque se fuese cuanto antes porque se nos enfriaba la tostada y el café!

-Normal. ¿Y qué recuerda de sus días como sirvienta en esa casa?

-Pues mira, yo me levantaba y nosotros -el servicio- desayunábamos en la cocina pero cuando entraba la señora para dar la orden de lo que íbamos a almorzar nos teníamos que poner de pie. Era lo que te decía antes. Ella le decía a la cocinera lo que fuera, y mientras nosotras teníamos que estar de pie esperando a que se fuera. Le daba igual que se nos enfriasen las tostadas, el café o lo que fuera. No nos dejaban comer delante de los señores, pero es que para colmo muchas veces llegaban cuando nosotras desayunábamos.

-¿Cuál era su función en la casa?

-Yo estaba para el cuerpo de casa porque yo no quería ni niños ni cocina.

-¿Cuántos empleados había?

-Allí habíamos tres; la cocinera, la del cuerpo de casa, que era la que limpiaba y esa era yo, y luego estaba la niñera, la tata de los niños, que era otra de mis hermanas.

-¿Se acuerda donde tenían la casa?

-Sí, en la plaza Conde Valle de Súchil, pero no me acuerdo muy bien en qué zona estaba. Yo era muy joven y apenas salía; tendría 15 años.

-Los Ruiz Mateos, tan del Opus que fueron... ¿Qué cree que dirían si le escuchan cantar los cuplés de pelo que ha cantado este año en el gallinero?

-Ohhhh, buenoooooo. ¡Fíjate lo que dirían! No veas, de verdad jajaja. Prefiero ni pensarlo, aunque me da igual.

-Jajaja ¿Y cómo pone fin a su relación con los Ruiz Mateos?

-Pues en una de esas que bajamos para Jerez dije a mi madre que yo ya no volvía a Madrid con los señores. '¡Es que no me voy!', le dije. Tres meses me pasé allí.

-¿Y qué le dijo su madre? 

-Uy, mira. Ese día no me dio de comer, niño. Cogió un cabreo del carajo.

-Jajajajajajajajajajaja

-Es que yo ganaba en Jerez 2500 pesetas y en Madrid 6.000.

-O sea, que vino con sus ahorritos.

-No, no. Yo se lo tenía que dar todo a mi madre. Además, no me compraba nada porque con lo que nos daba la señora era con lo que vestíamos nosotras; mi madre decía que 'mejor que esa ropa, no la íbamos a tener'. Mi madre era como yo, que arreglábamos la ropita porque nos dedicábamos a hacer arreglos de costura para la calle... Pero, mira, nunca me importó porque yo siempre he tenido mucho brillo en los ojos y eso creo que es lo que siempre ha mirado la gente en mí. Ni la ropa, ni ná.

-Olé. ¿Y qué hace despúes de mandar a la venta a Madrid?

-Yo tendría ya 16 o 17 años y me fui a Sevilla a trabajar con una hermana mía, pero al poco volvimos a Jerez. Ya allí, nos buscamos a un guitarrita e hicimos un grupito con el que cantábamos flamenquito. Nos escribía Antonio Gallardo las canciones. que el hijo toca la guitarra; vamos, tiene o tenía una academia. Nos llamábamos 'Las alondras rumberas' y fuimos a la radio y todo. Nos contrataban para cantar en la feria de Sevilla, de Jerez. Íbamos a Marbella; estuvimos cantando en el Don Pepe. Eso sería ya el 76, principios de la democracia.

-¿Qué me dice? Allí donde iba toda esa jet que hizo de Marbella el no va más de la prensa de sociedad de la época.

-Digo, en aquel entonces era un hotel muy importante. Nos pagaban el viaje y creo que nos daban 5.000 pesetas por actuación de aquel entonces. Como dije antes, nos escribía Antonio Gallardo, que también escribía a Lola Flores. Este señor tenía mucha fama y se puede ver si se repasa su hemeroteca.

-¿Cómo recuerda ese ambientito de Marbella en esa recién nacida democracia?

-Lo recuerdo con mucho cariño. Date cuenta que nosotras seguíamos trabajando en distintas casas como internas y nada más que salíamos el fin de semana para cantar con el grupito y lo cogíamos con muchas ganas.

-¿Y no se cansaba de compaginar ambas cosas?

-Algo que he tenido siempre es que me cansaba muy rápido de todas las casas. Yo, a los tres meses de llegar, ya le estaba diciendo a la señora de turno que me iba. Ellas me solían insistir para que me quedase, pero yo siempre les decía lo mismo. 'No me interesa, me da usted mi cuenta que yo me voy'. ¡Más de tres meses nunca estaba yo en una casa, niño!

-Jajaja ¿Sacaba más dinero cantando con el grupo que en las casas de servicio?

-No, no, no tanto. Verá, nosotras llevábamos un guitarrista llevado por este señor, don Antonio Gallardo, y cobrábamos esas 5.000 pesetas. Pero más que el dinero, a nosotras lo que nos importaba era cantar y pasarlo bien. Y eso era lo que hacíamos. Además de en el don Pepe, nos contrataban también en discotecas.

-¿Y de ligues como iba?

-Yo siempre podía tener algo, pero mira nunca hice nada porque tenía novio de aquellas.

-(Interrumpo) Hombre, no me extraña, con esos ojazos.

-Gracias, hijo. Pero, mira, yo era de las antiguas y tenía mi novio, niño.

-¿Desde cuándo lo tenía?

-Pues por ese tiempo sería. Pero mi marido Pepe, mi exmarido desde hace cuatro años, es la noche con el sol en comparación conmigo. Él es buena persona y muy trabajador, pero vivimos la vida de diferente manera. Lo conocí cuando trabajaba en Sevilla porque mis señores tenían una casa de veraneo en Puerto Real; él era de allí y comenzamos a salir. Tenemos dos hijos y dos nietos.

-Imagino que le cambia la vida cuando empieza a salir con su exmarido.

- Así es. Fue cuando empezamos a salir que me coloqué en una casa en Cádiz para estar más cerca de él.

-Eso está bien; nos vamos acercando al Falla.

-Yo siempre he estado enamorada de Cádiz porque mi pueblo, Trebujena, es muy carnavalero y muy de Cádiz. Hasta el punto que todo el mundo de allí, cuando nos preguntan de donde somos solemos decir. 'Yo soy de Trebujena, provincia de Cádiz'. Allí somos muy de Cádiz. Pues eso, me coloqué aquí y mi novio venía a verme el día que yo estaba de descanso. Me acuerdo que llegué a Cádiz el año que murió Paco Alba, que fue en el 76 (15 de enero).

-¿Y recuerda ese día?

-Lo recuerdo perfectamente. Me acuerdo que la gente iba llorando por la calle y diciendo que 'se ha muerto Paco Alba'. Yo estaba trabajando en una casa de la avenida, frente a la residencia Zamacola, la actual Puerta del Mar. Yo en esa casa estaba muy bien. De hecho, fue la primera de mis jefas que no quería que le llamase 'señora'.

-¿Allí se llevó más de tres meses, no?

-Qué va, qué va. Ella tenía seis niños y no tenía descanso, pero cuando le llamaba señora se enfadaba y me decía que no la llamase así. Ella se llamaba como yo y el marido Pepe, como mi ex. Fíjate qué casualidad. Y este señor me decía: 'Que no me llames don Pepe, Juani, que luego se cachondean de mí mis amigos'. Pero claro, yo les llamaba señora y don porque venía acostumbrada de la casa de los Ruiz Mateos, donde me obligaban a llamarles así.

-Y trabajando en Cádiz, ¿cómo fueron sus primeros contactos con el Carnaval?

-Ya dije que en Trebujena gustaba mucho el Carnaval y yo llegué a Cádiz ya gustándome, pero entonces el Carnaval solo se escuchaba por la radio. Por eso, cuando murió Paco Alba, yo no sabía quién era ese señor. Pero como vi a tanta gente llorando su muerte fue cuando verdaderamente empecé yo a meterme y a interesarme por el Carnaval de Cá - di. Porque yo venía de mi pueblo, que era muy carnavalero. Me sé coplas de esas agrupaciones de cuando yo tenía seis años. Me llevaba todos los días detrás de ellas, porque en mi pueblo entonces no existían las comparsas, había murgas. Y me sé de entonces muchas de esas letras que se cantaban y era porque me llevaba todos los días detrás de ellos. Y ya en Cádiz, gracias a la radio, también me aprendí muchas de las coplas antiguas.

La Juani es reclamada por muchos aficionados que vienen de fuera y la conocen de sus actuaciones dentro.

-Como tantas otras personas, la radio ha sido su gran aliada para seguir el Carnaval, ¿no?

-La muerte de Paco Alba la escuché por la radio; me ha encantado de siempre este medio. Yo pongo la tele y le quito la voz para poner mi radio. A mí me gusta escuchar muy bien la letra, la música y todo porque como se escucha en la radio no se escucha en la televisión para nada. Y fue con la radio como conocí la noticia del fallecimiento de Paco Alba, que yo decía: '¿por qué llorará tanto la gente por este hombre?' Pero claro, después ya supe lo importante que era. Y desde ahí me empecé a enganchar al Carnaval de aquí, de Cádiz.

-¿Cuándo fue la primera vez que pisó el Falla? ¿Lo recuerda?

-Sí, hombre, por Dios. Fue el año que salió una comparsa que se llamaba 'Claveles' y que venía de Conil creo, no me acuerdo el año pero fue ese (1982). También actuaba una chirigota que se llamaba 'Los paños de cocina'. Ese año estaba yo ya como para casarme y trabajaba en una casa de la Barriada de la Paz, que fue donde duré más tiempo, tres años y medio. De hecho, en esa casa destinaron al marido de mi señora por ahí y me quedé en el mismo bloque porque ya me conocían varias vecinas. Pero por entonces yo ya iba solo a echar horas porque dormía en la casa de la que era mi suegra. Y en una de esas casas a las que yo iba a limpiar y donde siempre iba yo con mis carnavales puestos le dije a una de mis jefas que yo quería ir al Falla, que me moría por ir. Y esta señora llamó a uno de la de la peña El molondro, la que hacía la Erizada, y me buscó una entrada. ¡No te puedes imaginar el día que yo vine al Falla! Vine en una Vespa con el que era mi marido con un frío tremendo y lloviendo y preocupada por perderme las agrupaciones. Cuando entré estaban cantando 'Los paños de cocina' y me emocioné un montón, la verdad.

-¿Y qué impresión le dio el teatro?

-A mí me pareció muy bonito; me acuerdo de una final del Falla coincidiendo con los de El Puerto. En la casa de servicio yo dormía en un dormitorio y tenía mi cuarto de baño para mí. Y allí, para escuchar la final del Falla, yo me ponía la final en la radio y me metía en el baño, con los cojines de mi cama. Además, a mí me gustaba grabarla porque ya había cintas de casete. Era el año de 'Cantares' de El Puerto de Santa María, que decía el pasodoble. (Juani canta) 'A los que escuchan la radio / de este concurso sin par / y a los gaditanos / que no pudieron entrar...' Y yo me ponía a llorar como una magdalena.

-Ya veo, ya veo, que se le están empañando los ojos de recordarlo.

-Es que mira (se señala sus vellos de punta y se le encoge la voz, casi que se rompe en llanto). Me pongo así porque me acuerdo que yo quería ir al Falla y todavía yo no lo conocía. Y me emociono de recordar ese momento escuchando la final en un baño metido, entre cojines y por la radio.

-Bueno, bueno, Juani, pare ya que me está emocionando y no es plan. Venga, ya está.

-Ya está, ya está (y se seca las lágrimas con una sonrisa). Es que me encantaba, me encantaba.

-Es que esto es para reírnos, joe.

-Sí, sí... Pero es que eso es lo que yo siento por el Carnaval, porque a lo mejor hay gente que dice 'uy, mira tú esta, que lo que quiere es figurar, su momentito de fama y eso...'. No, no, para nada. Recuerdo esas noches que me hacía el café para no dormirme, me cogía el radiocasete grande, cogía los cojines porque no había o no tenía auriculares. La señora me escuchaba desde su dormitorio y me decía que bajase el volumen porque no podía dormir y por eso me tenía que meter dentro del baño. Así escuchaba yo las finales.

-Qué grande, Juani. Bueno, y una vez casada, ¿dónde vive?

-En Puerto Real, donde he vivido y vivo desde que me casé. Cuando mis hijos eran pequeños recuerdo que les decía antes de cada sesión que yo escuchaba por la radio. 'Cusha, decirme qué vais a cenar porque una vez que empiece el Falla a mí que no me hable ni Dios, ¿vale? En el descanso namá'. Yo los bañaba antes, les daba de cenar y cuando empezaba el Falla ya estaba todo el mundo listo.

-Jajajajajajajajajajajajaajaja Bien hecho. ¿Le han salido carnavaleros?

-Mi hija sale en el coro de los Estudiantes y mi hijo ha salido en chirigotas de Puerto Real, pero no ha venido al Falla porque eran muy malos y yo les decía que 'no tuvieran cojones de venir'.

-Jajajajajajajajajajajaja ¿No les dejaba o qué?

-Yo es que, como carnavalera que soy le decía lo que pensaba. Pero mi hija sí, este año sale su segundo año en el coro. Y mi yerno salía con el Canijo de Carmona y después se ha llevado saliendo con Juan Carlos Aragón unos pocos años. Él es 'Sehito', que lleva la dirección musical de la comparsa de 'Los esclavos'.

-O sea, que usted es 'juancarlista'.

-Yo soy de todos como buena aficionada que soy, pero mi yerno es mi yerno.

-¿Conocía a Juan Carlos?

-Sí. Del año de los 'Los millonarios', que fue la primera vez que mi yerno salió con él.

-Este año se ha convertido en una de las protagonistas del Carnaval a raíz de su cuplé en gallinero. ¿Cómo está siendo?

-He salido ya con los Molina, que estuvo sembrado, y con el Cascana, que me llamó para ensayar y qué fastidio joe, porque llevaba la letra apuntada en el móvil y me he equivocado.

-Se ha puesto de moda este año a raíz del cuplé con Pepito el caja en el gallinero. ¿Había salido antes en Carnaval o en una ilegal?

-Sí, pero cuando tenía treinta y tantos años en mi pueblo y en comparsa. Yo iba a ensayar todos los días durante tres años. Con esa comparsa íbamos a cantar a teatros, como el del Alcalá, al Cine Moderno de El Puerto; concursamos en varios concursos. Pero cuando me divorcié en el 18.

La Juani ha mimetizado su bolso con un recado para los del Vox.

-¿Su exmarido no sería de Vox?

-Noooooooo.

-Yo simpatizo con Vox, le aviso.

-¿Sí? Jajajajajajajajajajaja

-Que no lo digo con doble sentido, eh. Jajajajaja Bueno, estaba con que se divorció.

-Jajajajajajajaja No pasa nada, no pasa nada. Pues mira, me divorcié y como esto era mi vida y mi ilusión me venía de Puerto Real muchos días. Yo me acababa de comprar una casita y un coche con el dinero del divorcio y con lo que tenía ahorrado. Y en verano empiezo a venir para ver a las antologías, cuando estas estaban cantando por los tablaos de la plaza Candelaria, en la peña La Estrella. Me venía sola. Total, que empiezo a escuchar esas antologías y en una de ellas cantaba el hijo de Carmen, la hija de María la Yerbabuena. Yo estaba recién divorciada, iba bien vestida y demás y se me acercó uno y me dijo que le sonaba mi cara. Y yo, de cachondeo, le dije que es que salía mucho en la televisión. Me preguntó si estaba sola y le dije que sí. 'Pues vente con nosotros', me dijo. Y entonces me fui con ellos y con la gente que iba con la antología. Una vez que terminaron de cantar, nos fuimos a la Caleta y lo pasábamos muy bien todo el mundo cantando. Eso hizo que yo siguiera al grupo por su Facebook para ver donde cantaban otros días y me venía a escucharlos.

-¿Qué antología era esa?

-'La tropa del 3x4'. Muchos de ellos han salido con don Antonio Martín. Entonces, empiezo a meterme ya en el grupo con ellos y como Carmen (la hija de María la Yerbabuena) iba a ver cantar a su hijo y otras con sus maridos, pues formamos un grupito de amigas muy bonito. Bueno, en realidad, me uní a su grupo. De hecho, me pusieron 'la apalancá' porque iba a todos los sitios donde estaban ellas (risas),

-Bueno, es que su arte ayuda para meterse donde haga falta.

-Muchas gracias, hijo, pero para arte el de Carmen, que tiene el de todo el mundo mundial. Entonces de un día y de otro, tú sabe, unos días invitaban ellas, otros días les invitaba yo; lo normal en un grupo de amigos, pues me empezaron a acoger y nos hicimos amigas. Y así hasta que un día me dice Carmen: '-Juana, me han llamado para una chirigota ilegal. ¿Te vienes?' '-Del carajo. Del tirón, me voy contigo'. A mí me costó el dinero porque venía todos los días desde Puerto Real al Mentidero, donde ensayábamos en un bar. Eso fue en el 2020, que sacamos la callejera.

-Justo antes de la pandemia, el último Carnaval.

-Exacto. Fue salir en el Carnaval de los jartibles y encerrarnos en casa.

-O sea, que solo ha salido un año en el Carnaval de Cádiz.

-Sí, pero ese mismo año salía mi hija en la chirigota 'Las niñas mirando pa Rota', que es de donde viene el cuplé que canté en el gallinero este año. Mi niña también había salido, antes de meterse en el coro, en 'Las niñas de Juan Carlos', en una chirigota callejera con mucho arte. Muchas de ellas cantan en la comparsa de 'Las musas', mis musas. Ahí salen Marta Ortiz, salía María Romay, que fue concejala de Fiestas. Y mi hija era la directora de la chirigota.

-¿Y cómo se llamaba su chirigota de aquel 2020?

-'Te llevo dentro de mí'. Íbamos de las ninfas que echaron del Falla, pero 'endemonianás', con dos cuernos y cagándonos en los m... del Kichi porque nos había quitado del Carnaval.

-Jajajajaja Y además del papel que interpretaron ese Carnaval, ¿está a favor de que quitaran a las ninfas una persona como usted que ha vivido estas fiestas desde hace muchos años?

-Sí, sí. Entre otras cosas porque no tenemos porque pagarles una entrada todo el concurso a unas chicas por el mero hecho de ser mujer. Yo vengo a hacerme una cola toda una noche para sacarme mis entradas.

-¿Qué le pide a este Carnaval una señora que a pesar de su sonrisa sabe lo que es sufrir de lo lindo para ganarse la vida?

-Nunca le demuestro a la gente mi pena porque lo que yo no quiero es que nadie pueda decir cuando me vea por una esquina 'dioooo, ahí viene la pesá de la Juani. No, todo lo contario. Que digan: '¡Uy, mira qué bien! Por ahí viene la Juani, me voy a pará con ella a ver qué se cuenta!'

-Doy fe que lo consigue porque eso mismo me ha pasado a mí. Y como a mí, veo que también a la gente con la que estaba cantando cuando he llegado.

-Pues me alegro, hijo. Ya te digo que mucha gente me dice: 'Eres mi psicologa, Juani'. Y eso es muy bonito, pischa.

-Y tanto que lo es. Pues Juani, me ha encantado conocerla y a disfrutar del Carnaval.

-Igual te digo.

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