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Las dos pasiones de un gaditano que le pasaron factura en su cita en el programa 'First Dates'

Pablo le dijo a Susi que cuando llega a su casa y se ducha «ya no salgo a la calle». Toca encender la televisión...

Pablo y Susi, en 'First Dates' LA VOZ

L.V.

CÁDIZ

Susi, de 57 años, y Pablo, de 53, se apuntaron a 'First Dates', el restaurante más famoso de la televisión, para probar suerte en el amor. Pero no conectaron. Nada.

Susi, una mujer malagueña residente en Sanlúcar, se definía como una persona «muy cariñosa, muy confiada y muy sincera». Pablo, de Cádiz, llegaba a la cita con la intención de encontrar una persona que «sobre todo» supiese «lo que quiere en la vida».

Susi dejaba claro que prefiere dar de comer a los gatos callejeros que tomarse una cerveza: «Ponerle una tapita me hace feliz», decía. Susi y Pablo, dos solteros distanciados por los toros y el fútbol. Susi busca a un hombre que entienda su amor por los gatos: «Tengo tres en casa y un montón en la calle».

Pablo, lo dicho. Busca a una chica sincera, con las cosas claras y con la que tener una buena relación. Al verle, Susi tuvo claro que no era su tipo: «Lo siento». Los dos viven más o menos cerca y él vio a una chica muy guapa «con una bonita figura, tiene que lucirse, me ha gustado». Susi se echaba las manos a la cabeza al saber que a su cita de 'First Dates' le gustan los toros.

Le gustó saber que a Pablo le gustaban los animales, pero le horrorizó que le gustaran los toros. Él le dijo que también le gustaba la cultura y que no era algo tan malo «si quitan los toros». «Tampoco me iba a quedar yo sin dormir», apuntaba. Ella le dijo que era muy sufrida y que lloraba hasta cuando un caballo sufría en una película...

Pocos gustos en común

Susi le confesó a su cita que nunca había ido a Arcos y debatieron sobre cuál era el pueblo más bonito de España. En un intento de no volver a chocar, intentaron hablar de cosas que les gustaban a los dos. Coincidían en que no les gustaban los videojuegos, que les encantaba el senderismo y en que él no tenía ninguna gana de aprender a patinar. Poco a poco se fueron entendiendo. Pablo dijo que cuando llega a su casa y se ducha «ya no salgo a la calle». Y que le encanta ver un buen partido de fútbol en la televisión.

En el momento de la decisión final, los dos se dijeron que había estado muy bien todo. Pablo sintió que había sido muy poco tiempo y que quería seguir conociéndola, pero ella le dijo que había visto cosas que hacían imposible su relación: «los toros y el fútbol». Pablo se echó a reír y entendió que ella pensara que lo suyo no iba a llegar a ningún sitio. «Está a la defensiva», lamentó el gaditano.

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