Equipamientos
Abierta la licitación para las obras de restauración de la iglesia de la Merced
Tras la inspección previa se plantea la reparación del forjado de nivel superior que da acceso a las campanas
El obispado de Cádiz ha abierto el proceso para las obras de restauración de la torre campanario de la iglesia de la Merced. Tras una serie de labores de inspección en el exterior de la misma se abre este procedimiento una vez que la estructura se había visto afectada por la caída de cascotes en uno de los temporales de viento del pasado otoño.
Con los datos obtenidos se ha redactado el proyecto básico y de ejecución de reparación interior y exterior de la torre para garantizar así, la seguridad del conjunto del templo.
La acción conjunta del agua y el viento inciden fuertemente sobre el campanario, debilitando y deteriorando la torre. La altura de dicho campanario, junto con la cota del edificio en su totalidad respecto a la orografía del territorio, lo convierten en un elemento de gran exposición a esas inclemencias climáticas. Por lo tanto, se plantea una reparación estructural de uno de los elementos de la Torre, es decir, del forjado de nivel superior que da acceso al cuerpo de campanas.
La diócesis de Cádiz es promotora de las obras cuyo objetivo no es otro que garantizar la integridad estructural de la iglesia y la seguridad de los visitantes y vecinos del entorno.
Iglesia de la Merced
El Convento de los Mercedarios de Cádiz, en el barrio de Santa María, como la mayoría de las órdenes regulares en España sufrió las consecuencias de la desamortización de Mendizábal de 1836, quedando el edificio desierto y sin uso hasta 1845, en el que se instala primeramente una fábrica de gas en su interior, por concesión municipal sobre el inmueble. Tras diversas vicisitudes, el edificio vuelve a ser propiedad de la Iglesia de Cádiz, que reconstruye la parte de convento que queda.
En mayo de 1936 el edificio sufre un asalto quedando completamente destruido. Tras su reconstrucción, en 1948 se vuelve a inaugurar un complejo parroquial que, entre otros usos, incorporaba una escuela parroquial para los chicos del barrio.
En su interior se conserva un retablo original de la capilla de los Capuchinos, obra en madera policromada, presuntamente realizada por Torcuato Cayón hacia 1770.
