Provincia de Cádiz

El boom perruno en Cádiz

El incremento de animales de compañía en los hogares gaditanos, sobre todo perros, ha provocado una proliferación de negocios relacionados con las mascotas

Mónica Escalona corta el pelo a un perro de agua Antonio Vázquez

Jesús Mejías

Cádiz

Los datos de la natalidad siguen bajando año a año en la provincia. En el año 2022 nacieron en Cádiz un total de 8.687 bebés según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), prácticamente 300 lactantes menos que en el año 2021, y el 2022 fue el noveno año consecutivo con un descenso de la natalidad y el más bajo en datos de natalidad desde que se tienen cifras recogidas desde 1941. Las previsión del INE plantea una continua bajada en los datos de alumbramientos en la provincia gaditana hasta el año 2026, momento en el que la curva empiece a crecer.

A esta bajada de la natalidad le ha acompañado un incremento del número de animales de compañía en los hogares de la provincia, sobre todo de los perros. Ya en el año 2021 se estipulaba que en la capital gaditana había más perros que personas menores de 25 años según los datos del Registro Andaluz de Identificación Animal. En concreto había 4.551 perros más que jóvenes gaditanos menores de 25 años. Se estima que en la capital gaditana hay más de 25.000 perros censados.

Ante este crecimiento de animales de compañía, en la provincia ha habido una proliferación en los últimos años de negocios vinculados al mundo animal, ya sean tiendas que venden animales, clínicas veterinarias, tiendas de ropa animal, de alimentación animal y también de peluquería.

Este último caso es el de Mónica Escalona, una joven de San Fernando que desde los 19 años dedica su vida laboral al mundo del perro. Ejerce su profesión en Pet Mail, una tienda de alimentación para mascotas en La Isla. «Desde pequeña me habían gustado los perros, pero mis padres no me dejaron tener uno en casa y era alérgica a algunos animales», pero «cuando me independicé una de las primeras cosas que hice fue comprarme un perro. Los primeros meses recuerdo que lo pasé fatal con el tema de la alergia, pero luego me hice inmune. Conozco a gente que le pasó como a mí, que al trabajar con perros u otros animales se les quitó la alergia».

Afirma que en la sociedad actual «la gente tiene que saber aún mucho de los perros», sobre todo «aquellas personas que quieran comprar o adoptar uno», porque «hay que informarse sobre cada raza, su comportamiento y ver también cuál es tu estilo de vida, por ejemplo si eres una persona activa, si eres más tranquilo, si vives en un campo, en un piso... te convendrá una razas u otra, y también hay razas que necesitan más cuidados que otras, por lo que es importante tener un destacado nivel adquisitivo«.

Para esta peluquera canina «hay gente que está realmente preparada para tener un perro y son conscientes de que es un animal, pero un miembro también de la familia, pero hay personas que son más dejadas». Aún así «hay personas que cuidan cada vez más a sus animales, con sus cuidados, y que llevan el perro a su adiestrador, a su peluquería, que tienen sus vacunas al día, y que están muy interesados en su alimentación, somos lo que comemos, y los animales igual».

Un negocio, el de la peluquería canina, en expansión, y que cuenta cada vez con más clientes, que suelen llevar a sus mascotas «una vez al mes aproximadamente».

«Hay que conocer la raza»

El mundo de la peluquería canina es mucho más amplio y complejo de lo que puede llegar a aparecer en un primer momento. Mónica destaca algunas cualidades importantes a tener en cuenta como «la psicología», un elemento «básico», así como saber «qué tipo de arreglo es el adecuado para cada raza» con el fin de «asesorar al cliente para hacerle un tipo de peluquería u otra«

«La peluquería canina es tan amplia como razas hay«, es por ello que es importante «saber cuando la piel está en mal estado o cuando alguna parte del cuerpo está en mal estado para derivarlo al veterinario porque la piel es el órgano más grande del cuerpo, y si no está bien hay que tratarla. También hay que saber que tipo de materiales usar, como champús y que tienen un abanico mucho amplios que en las personas», destaca.

Apunta a que «es un trabajo en el que se necesita muchísima destreza, paciencia, respeto hacia los animales, pero no miedo... el miedo no se puede tener«.

Cada raza «requiere un mantenimiento distinto, hay razas que sí requieren un corte, hay perros que son de manto (pelaje) largo de doble capa, hay perros que tienen un crecimiento de pelo continuo y se le debe sanear cada cierto tiempo... cada perro es un mundo».

El negocio de la peluquería canina «está cada vez creciendo más», así «como todos los negocios relacionados con los perros», y aunque «los perritos que acudían a la peluquería antiguamente pertenecían a la gente de dinero», ahora «viene gente con distinto poder adquisitivo».

Experta en el perro de agua

Mónica es peluquera canina experta en el perro de agua, una raza «del que tenemos muy buenos criadores en Andalucía». Se trata de un perro que «siempre ha estado ligado al mundo de la pesca y era habitual que en la costa malagueña los pescadores tuvieran esta raza de perro, y ha servido también en el pasado, pero menos, como perro pastor y se les pelaba mucho la zona de la cara para que vieran bien a la hora de trabajar».

«El pelo de sirve de protección tanto en verano como en invierno porque le aísla de todos los cambios climáticos, y ese es un error que comete la gente, que creen que cuando llega el verano hay que cortarles el pelo mucho a los perros porque pasan calor, es un error, el pelo es su protección, nosotros vamos a la playa y nos ponemos protección solar, pues el pelo es su protección como el caparazón para una tortuga«, afirma.

En el caso de los perros de agua, «si queremos llevarlo con pelo largo es bastante difícil de mantener, tiene que acudir a una peluquería en la que sean especialistas de esta raza, su manto se compone de dos tipos de pelaje, el pelo primario y el secundario. El primario y los nudos que se les ve tiene que ser tratados por el especialista de una manera muy específica, tanto con el agua a una temperatura determinada, el secado a una temperatura específica, unos champús específicos para las rastas» y por otro lado «suelen ser una raza bastante tímida y desconfiada y hay que saber tratarlos».

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