Provincia de Cádiz

«Estamos atendiendo el ictus como en cualquier sitio del mundo»

La Asociación de Daño Cerebral Adquirido de Cádiz (Adacca) celebraba este martes el primer congreso «Daño cerebral en la unidad familiar»

El centro de Adacca en Chiclana contará con 17 plazas nuevas

Congreso de Adacca en Cádiz L. V.

Jesús Mejías

Cádiz

Según los datos de la Sociedad Andaluza de Neurología, en la provincia de Cádiz se producen al año unos 200 casos de ictus por cada 100.000 habitantes, mientras que en Andalucía, en términos absolutos, cada año 21.000 ciudades sufren y padecen esta enfermedad. El ictus se produce cuando hay una rotura u obstrucción en un vaso sanguíneo, reduciéndose de esta forma el flujo de sangre que llega al cerebro. Como la cantidad de sangre que llega al cerebro no es suficiente, las células nerviosas no reciben el oxígeno y dejan de funcionar.

Se trata de una enfermedad en la que una rápida actuación por parte del personal sanitario es fundamental para poder salvar la vida de los pacientes, y que tengan las menores secuelas posibles.

La Asociación de Daño Cerebral Adquirido de Cádiz (Adacca) celebraba este martes el primer congreso «Daño cerebral en la unidad familiar». La mesa inaugural, bajo el título 'Presente y futuro de la atención al ictus' se abordó la situación de la enfermedad en Andalucía y en la provincia de Cádiz, la importancia de la prevención en la sociedad y el seguimiento que debe hacerse en los pacientes una vez abandonasen el hospital. En ella participaban Joan Montaner Villalonga, director del Plan Andaluz de Ictus y Jefe de Neurología del Hospital Virgen Macarena; Miguel Moya Molina, neurólogo y Director Médico del Hospital Puerta del Mar; Alejandro González García, F. E. A. de la Sección de Neuroradiología Intervencionista de la Unidad de Gestión Clínica de Radiodiagnóstico del hospital Virgen del Rocio; y Soledad Pérez Sánchez, coordinadora de la Unidad de Ictus en el hospital Virgen Macarena de Sevilla.

Los cuatro expertos coinciden que contar con una unidad de ictus en los hospitales de Andalucía «baja la mortalidad al sufrir la enfermedad». En estos momentos hay en la comunidad autónoma andaluza hasta trece unidades de ictus, y solo faltan por instalarse dos, una de ellas en el Campo de Gibraltar, ya sea en el hospital de Algeciras o en el de La Línea, para poder cumplir el objetivo que marca Europa de tener una cama en la unidad de ictus por cada 100.000 habitantes.

Miguel Moya, director médico del Hospital Puerta del Mar de Cádiz, relataba que «en el año 2012 o 2013, cuando llegaba un ictus a urgencias se llamaba al neurólogo, y mientras se le decía al paciente que esperara ahí sentado y se le daba una aspirina, en el 2014 se inauguraba la unidad de ictus en el hospital con guardias localizadas y no fue hasta 2016 cuando se incorporó al neurólogo de guardia con presencia física».

Detallaba que existen dos tratamientos a la hora de tratar un ictus en fase aguda. Por un lado, la administración de medicamentos vía intravenosa, que «cuanto antes se le den al paciente, mucho mejor. Es importante hacerlo a las cuatro horas como muy tarde», y «el segundo es desatascar la cañería, nosotros tenemos un trombo, y si no se puede disolver hay que hacer una trombectomía para que vuelva a circular la sangre«, para lo que «tenemos un margen de unas seis horas».

«Hemos conseguido que personas que antes fallecían, ahora sobrevivan, y que vuelvan a ser independientes» y «de ahí la importancia del Código Ictus, que es la coordinación de muchos niveles: de los servicios de urgencia, radiólogos, enfermeros, auxiliares...».

Protocolo de actuación en Cádiz

Cádiz es una provincia «muy grande» con 1.200.000 habitantes aproximadamente, y solo cuenta con «un centro que hace la operación del trombo» que es el Hospital Puerta del Mar. Actualmente existen dos modelos para poder atender a todos los enfermos que estén sufriendo un ictus.

«En Cádiz, los enfermos que tienen un ictus en La Bahía y en La Janda son conducidos al Puerta del Mar porque los tiempos así lo permiten». Por lo tanto, «para aquellas personas que vivan en Chiclana, Conil o Barbate, hacer una parada en Puerto Real era perjudicial». En el caso de los vecinos de Jerez, acuden al hospital de aquella localidad y «en el mismo tac se le pone el tratamiento y en la puerta hay una ambulancia para traerlos a Cádiz». Más problemas se producen para aquellas personas que viven en el Campo de Gibraltar. «Lo primero es acudir al hospital de La Línea, y como allí no hay unidad de ictus, después se trae a Cádiz».

No obstante, actualmente «cualquier sanitario que esté de guardia puede contactar con un neurólogo que te va a decir que hacer, que tratamiento a seguir y dónde lo tienen que llevar», asegura.

La prevención del ictus en la sociedad, clave

A pesar de que el tratamiento con respecto al ictus haya mejorado en los últimos años, «el proceso entero no funciona bien, hay que investigar para seguir mejorando», afirmaba Joan Montaner, quien agregaba que «no estamos contentos con la prevención y con el seguimiento que se le hace al paciente cuando se va a casa, le perdemos de vista y no tiene indicaciones claras de lo que tiene que hacer».

«Nos dicen que tenemos que comer bien, hacer deporte, no fumar, controlar el colesterol... pero esos mensajes nos está costando mucho que lleguen a la población, mucha gente mayor dice que para qué se van a cuidar ya«, reconocía.

Alejandro González contaba que «desde que el paciente sufre un ictus hasta que llega al hospital, la media está en 300 minutos». «Existe un problema muy grande con la prevención, es un problema educativo de años, es una inversión a largo plazo». Para González, «la persona más importante en una sala de neuradiología es la que le da la mano al paciente, hay que darles más cariño y afecto. Cuando tocas a una persona le transmites al paciente algo que no dan las palabras. Hay que darles abrazos».

Por último, Soledad Pérez, hablaba sobre la continuidad asistencial ictus, es decir, el seguimiento al paciente que ha sufrido la enfermedad, y relataba que «nosotros llamábamos al paciente tres meses después de haber estado ingresado y no sabían que habían tenido un ictus», una situación que cuenta que «fue un problema continuado», que aquellas personas que habían sufrido la enfermedad no habían sido conscientes de ello, no habían sido informadas, o no habían recibido de la manera correcta la información facilitada por el personal sanitario. «A lo mejor tenemos que preguntar cómo quieren recibir esa información», y «esperar a que pase ese primer momento de shock para la familia».

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