Manuel Cachero
Manuel Cachero - HOSPITAL SAN JUAN DE DIOS DEL ALJARAFE

Controlar la enfermedad en casa para evitar el hospital

Una treintena de pacientes del Aljarafe con Epoc e insuficiencia cardíaca se benefician del programa de telemonitorización en domicilio

SEVILLA Actualizado: Guardar
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Vigilar en casa ciertas enfermedades en estrecho contacto con los médicos, pero a distancia, ya es posible y una realidad con nombres y apellidos. Una treintena de pacientes pluripatológicos con Epoc (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) e insuficiencia cardíaca -junto el ictus son las que originan más ingresos hospitalarios- se han beneficiado ya del programa de telemonitorización en domicilio del Hospital de San Juan de Dios de Bormujos.

El centro ha hecho públicos los resultados en salud del denominado Programa Asistencial de Telemonitorización de Pacientes Pluripatológicos (TeleComparte) tras la reunión del equipo de evaluación compuesto por profesionales del hospital, de Atención Primaria, de Salud Responde, 061 y de Linde HealtCare y han sido muy positivos, pues se ha conseguido que los pacientes controlen gran parte de los episodios de empeoramiento, evitando así tener que acudir a Urgencias o ingresar en planta.

Antonio Fernández Moyano, jefe del servicio de Medicina Interna de dicho hospital, destaca que tras 5.543 días de telemonitorización de estos pacientes, sólo se activaron 1.171 alertas desde el sistema de las que sólo el 15% (128) fueron alertas clínicas que implicaron una intervención médica presencial. De estos 128 casos, el 56,11% fueron leves o moderados, el 40% resultaron graves y sólo el 3,89% fueron muy graves. Dice que el nivel de satisfacción de los pacientes se sitúa en el 100% y 9 de cada 10 recomendaría el programa a otros pacientes en su misma situación.

Hasta la fecha de hoy los 30 pacientes se están midiendo diariamente una serie de variables en sus casas y los resultados se envían automáticamente a una central de telemonitorización que clasifica esta información y a través de un enfermero, contacta con el paciente para comprobar clínicamente su situación.

Si existe algún tipo de descompensación en sus niveles, el sistema lo pone en conocimiento rápidamente de Salud Responde, indicándose el nivel de gravedad. Desde Salud Responde se gestiona un aviso directamente con su médico de familia o si es grave con el 061, y en aquellos casos que se precise se cursa el traslado del paciente al Hospital San Juan de Dios del Aljarafe.

Este programa, que arrancó en marzo de 2016, mide en el domicilio automáticamente la tensión arterial, la frecuencia cardíaca, la cantidad de oxígeno en la sangre, la capacidad de los pulmones y el peso (este último como expresión de la retención de líquido). De esta forma, se facilita la identificación precoz de las descompensaciones de enfermedades cardíacas y respiratorias graves en estado avanzado, y así se puede modificar el tratamiento para poder controlarlas.

«La Epoc y la insuficiencia cardíaca -explica Fernández Moyano- permiten identificar precozmente la descompensación y por eso pueden controlarse en casa con esas mediciones que se hacen los pacientes una vez que han sido instruidos por el personal de Enfermería».

En octubre se espera incluir en el programa a 15 pacientes más de San Juan de Aznalfarache, Tomares, Castilleja de la Cuesta y Gines que se unen a los que ya están en Mairena del Aljarafe, Pilas, Olivares, Salteras, Villanueva del Ariscal, Palomares, y Bormujos, entre otros.

Precisamente en Bormujos vive Manuel Cachero Milla, de 68 años, que tiene una Epoc en grado máximo y un enfisema pulmonar que le han acarreado no pocos ingresos hospitalarios en el último lustro. Lleva desde marzo del pasado año tomándose dichas variables en su casa y solo ha tenido dos ingresos en 2016 y uno este año en curso.

Manuel ha sido restaurador de obras de arte y dice que «los decapantes, disolventes y barnices le han dado la puntilla, porque esto, que ya los hacen al agua, es veneno».

Reconoce que ha fumado «pero no mucho» y que «el médico una vez me dijo que tenía una sombra en el pulmón, pero cuando era chico».

Lo que está sufriendo con su enfermedad «es duro de roer» pero el programa de telemonitorización y el trato del personal que lo atiende «de todos, de cada una de las personas, para las que no tengo palabras de agradecimiento» le ayuda mucho.

Se levanta cada día a las ocho de la mañana se asea, se toma su medicación y se mide las variables con el tensiómetro, el pulsiómetro y el espirómetro. Tarda unos quince minutos y luego ya se va a la calle a hacer su vida normal.

«Viajo con los aparatos»

«Todo lo que registran los aparatos de mi tensión, el oxígeno en sangre y capacidad respiratoria -explica- pasa por un módem que tengo aquí en casa a una central de Madrid en donde ven a diario los datos. Si hay algo descompensado me llaman, y si no, también para saber cómo estoy. Ya le digo que dentro de lo que tengo estoy encantado con el trato y la asistencia que me dan. Además, si me voy fuera puedo llevarme el módem y los tres aparatos. Nada me impide salir de viaje».

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