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Probamos el nuevo Renault Twingo

El más «pequeñín» gana en habitabilidad gracias a su motor trasero, y obtiene un sobresaliente en movilidad urbana gracias a su fenomenal radio de giro

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En el año 92 Renault rompía moldes con el primer Twingo, que era además el primer monovolumen pequeño de la historia, con diseño de Patrick le Quément que podía gustar más o menos, pero que no dejaba indiferente a nadie.

Más conservadora, como un Clio más pequeño y todavía más urbanita fue su segunda generación. Llamaba menos la atención estéticamente hablando, pero también aportaba un plus de tamaño pequeño y maniobrabilidad para moverse en entornos urbanos.

El nuevo Twingo gana en habitabilidad interior, gana dos puertas para los pasajeros traseros, y según Renault, recupera el espíritu innovador de la primera generación. La principal novedad es la nueva posición de su motor, que ahora es central trasero.

El Twingo es fruto de la colaboración de Renault y Mercedes, que cuenta en su gama con el gemelo Smart ForFour

, que se diferencia solo en detalles estéticos y de diseño respecto al protagonista de nuestra semana.

Una de las cosas que más impresiona del nuevo «pequeñín» de Renault es su radio de giro, del que nos podemos aprovechar para realizar todo tipo de maniobras en entorno urbano en el mínimo espacio.

En su interior nos encontramos con vivos colores que sirven para camuflar de alguna manera los plásticos duros del salpicadero y de los revestimientos de las puertas. Y muchas posibilidades de personalización, tal y como suele ser habitual en este tipo de vehículos.

Dispone de un completo sistema multimedia
Dispone de un completo sistema multimedia

Las mecánicas disponibles para el Twingo son la atmosférica de 3 cilindros SCe de 70 CV y la versión turbo TCe de 90 CV. Con cualquiera de las dos nos podemos mover a la perfección en su entorno habitual, el urbano. Si bien con el coche de 70 CV nosotros hemos realizado unos centenares de kilómetros por autopista y carretera de montaña. Y hay que reconocer que se ha comportado mejor de lo que cabría esperar. Es cierto que en las subidas a los puertos nos adelantaban vehículos más grandes y potentes, pero teniendo en cuenta que la media para desplazamientos de este tipo es de uno o dos al año, si viajamos una o dos personas nos lo podemos permitir.

En todo caso, donbde mejor se mueve este Twingo es en el tráfico congestionado de las ciudades. Gracias al sistema «stop-start» logra unos consumos muy moderados, en torno a los 5,5 litros a los cien de media durante nuestra prueba. Y tal y como decíamos, su dirección nos permite callejear y aparcar en huecos que a priori parecerían imposibles.

Entre las pegas, un maletero que cubica como a sus competidores. Nada llamativo, pero con un plano de carga algo elevado. Quien se decida por un micro-urbano ya sabe que se va a encontrar con una capacidad de carga así, pero en todo caso, si el carrito de la compra no nos cabe en el maletero, siempre podemos recurrir a introducirlo en las plazas traseras gracias a la gran apertura de las puertas posteriores.

Abatiendo los asientos disponemos de una muy digna superficie de carga
Abatiendo los asientos disponemos de una muy digna superficie de carga

Ya que habmalos de esta parte del coche, cuatro personas pueden viajar sin demasiadas estrecheces. Siempre y cuando la altura no se salga de la media dos adultos «entran» en la parte de atrás sin que por ello tengan que sufrir sus rodillas o sus cabezas.

En cuanto al precio, está en la media de sus competidores a igualdad de equipamiento. Renault lo pone a la venta desde unos 11.700 euros, lo que hará que algunos potenciales compradores, los que no necesiten realmente de un coche tan pequeño, se decidan finalmente por su hermano mayor, el Clio.

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