Sanidad indemniza con 14.900 euros a Teresa Romero por los daños en su piso

La Comunidad de Madrid ha reconocido el derecho de Teresa Romero, la auxiliar de clínica que venció al ébola, y de su marido, Javier Limón, a percibir una indemnización de 14.900 euros por «los daños materiales» ocasionados tras las labores de limpieza y desinfección de su vivienda en Alcorcón. El acuerdo, al que ha tenido acceso ABC, está rubricado por el representante de la Consejería de Sanidad, de un lado, y por José María Garzón, en calidad de abogado del matrimonio, de otro.

El proceso se inició a mediados de noviembre cuando Romero y Limón presentaron una reclamación ante el Servicio Madrileño de Salud (Sermas). En el acuerdo indemnizatorio se hace constar que Teresa Romero y Javier Limón solicitaban una compensación por esos daños producidos en el piso de la avenida del Pinar, de Alcorcón, «con motivo de las labores de desinfección y asepsia» efectuadas en la misma dentro de las « acciones y medidas preventivas ordenadas a raíz de haber contraído Doña Teresa Romero la enfermedad del ébola».

Una vez recibida la reclamación y de darla por admitida, la Consejería de Sanidad entiende que «concurren los requisitos legalmente establecidos» y resuelve que, en lugar de que el expediente se tramite por el procedimiento general, se opte por el procedimiento abreviado. Así, en pocos días, se estima la petición de resarcimiento y se reconoce ese derecho a percibir la cuantía solicitada por la auxiliar de clínica y su marido.

En el acuerdo se considera que «con motivo de haber contraído» Teresa Romero la enfermedad del ébola «fueron ordenadas por esta Administración acciones de limpieza y desinfección de la vivienda en la que residen los reclamantes, con fines públicos para preservar la salud colectiva».

Se entiende, además, que «como consecuencia de las labores realizadas en dicho inmueble, se han ocasionado en el mismo diversos daños materiales destrucción de algunos de los enseres del mobiliarios y textiles». Teresa había comentado que le habían descabalado algunos biquinis y prendas de lencería. Expertos consultados por este periódico dicen que «era lo que había que hacer porque en estas prendas podían quedar restos de fluidos».

Admitida la reclamación, el acuerdo indemnizatorio ordena el pago de esos 14.900 euros mediante transferencia «en la cuenta bancaria designada por los interesados».

Libre de la enfermedad

El pasado martes, 2 de diciembre, la Organización Mundial de la Salud (OMS), declaró a España oficialmente libre de ébola. Habían pasado cuarenta y dos días desde que el 21 de octubre dieran negativo las analíticas realizadas a Teresa Romero. Como se sabe, el suyo fue el primer caso de contagio secundario fuera de África. Esos 42 días equivalen a dos periodos de incubación. Se hizo así para asegurar al máximo que no existía ya peligro.

Tras el contagio de Teresa se identificaron 87 contactos que fueron puestos bajo vigilancia activa y 15 contactos de «alto riesgo» que han guardado cuarentena voluntaria en el Hospital Carlos III. Todos ellos concluyeron el periodo de incubación sin desarrollar, por fortuna, la enfermedad.

Teresa Romero ha solicitado una indemnización de 150.000 euros al consejero de Sanidad, Javier Rodríguez, por haber «atentado contra su honor». Rodríguez había dicho en sede parlamentaria: «Puede que nos haya estado mintiendo con la temperatura». Teresa, antes de ingresar, había estado tomando paracetamol.

Romero y Limón también presentaron una demanda de otros 150.000 euros por la muerte de su perro Excálibur. Fue desestimada. Además, planeaban presentarse como acusación particular en una demanda conjunta (300.000 euros) por un delito contra la seguridad de los trabajadores.

Teresa Romero se encontró con una demanda contra ella por parte de la médico de Atención Primaria que la atendió en el centro de salud «Pedro Laín Entralgo», de Alcorcón. Esta consulta se produjo cuatro días antes —no seis— del ingreso de Romero en el Carlos III. La doctora asegura —según su abogada, Ana Plaza de las Heras—, que Teresa no informó «en modo alguno» de haber tenido contacto con los dos misioneros que fallecieron por ébola.