Dos Loterías de Navidad para que franquistas y republicanos financien la Guerra Civil

El sorteo se utilizó como arma de propaganda y recaudación para ambos bandos y su sede fue cambiando de ciudad según el avance del frente

El Gordo de Lotería de Navidad 2019

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Lotería de Navidad, sigue el sorteo en directo

El lotero y los niños de San Ildefonso que cantaron el Gordo de 1939 Virgilio Muro

Israel Viana

La Lotería de Navidad ha aguantado unida más de 200 años. Ha sobrevivido a varias conflictos armados, crisis económicas, cambios de moneda y todo tipo de regímenes, desde repúblicas a monarquías, pasando por dictaduras y democracias. Solo en una ocasión desde que comenzó a celebrarse en 1812, bajo la denominación de «Lotería Moderna», el sorteo navideño se ha dividido en dos sedes: en la Guerra Civil .

Cuando el 18 de julio de 1936 todo saltó por los aires y España se dividió en dos, la Lotería también lo hizo para ser usada como arma de propaganda y recaudación para ambos bandos. Pocos meses antes del inicio de la guerra, un comunista convencido como Luis Buñuel y el primo del fundador de Falange, José Antonio Primo de Rivera, rodaban juntos y tan amigos una película . Florián Rey arrasaba con «Morena Clara», el filme más taquillero de la Segunda República, y Benito Perojo se hacía de oro con «La verbena de la Paloma», que llevaba meses en cartelera. Por la radio se emitían las competiciones deportivas, los teatros duplicaban sus funciones, incluso fuera de las capitales importantes, y las ventas de lotería crecían hasta el 1,1% del Producto Interior Bruto (PIB).

[ Manuel Viñuelas: «Yo canté el primer Gordo tras la Guerra Civil» ]

En medio de la enorme tensión política que vivía el país, eso quiere decir que con la venta de décimos se recaudaba el equivalente al 3% de los ingresos totales del Gobierno. Una cifra millonaria de la que eran conscientes tanto el bando franquista como el republicano, que decidieron celebrar cada uno su propio sorteo para sufragar los gastos de la guerra. De ello informó este periódico, que también quedó dividido en dos entre la edición sevillana en poder de Franco y la realizada en Madrid, cuyo encabezado decía: «El diario al servicio de la democracia».

«La Lotería se apagó por completo»

«Ayer se celebró en la España nacional el primer sorteo de la tradicional Lotería de Navidad» , titulaba el ABC de Sevilla, el 23 de diciembre de 1938. Le dedicaba nada menos que dos páginas a contar los «tres Gordos caídos en Andalucía» y los diferentes premios repartidos en las provincias que Franco había conquistado hasta ese momento. También incluía un amplio artículo sobre la historia del sorteo hasta el golpe de Estado: «La guerra lo trastornó todo, y una de las cosas que quedaron de momento sin rescate en la zona roja fue la Lotería. Esta fuente de ingresos resultó un arma descargada en manos de asesinos y ladrones. ¿Quién iba a gastar un solo céntimo en probar fortuna? La fortuna de todos los españoles de aquella zona era vivir y no caer en manos de los forajidos, escapar de los registros, huir de la inquisiciones de los comités de vecinos y de todos aquellos horrores que precisan haberse vivido para apreciar su intensidad».

En la misma edición se justificaba así la celebración de una Lotería Nacional en la zona franquista: «Los pobres y aterrados habitantes de la zona roja huían del gravísimo riesgo de poseer en cualquier parte veinte duros juntos. Y como las cuentas corrientes fueron intervenidas en los bancos, las administraciones de Lotería se vieron sin un solo cliente, lo que no apenaba ni mucho menos a sus rectores, temerosos estos de que, si algún granuja advertía movimiento en ellas, pudiese penetrar con cuatro amigos de la FAI, UGT o CNT y llevarse el dinero que los pobres administradores habían de entregar a la parodia de Estado que se estaba padeciendo. Mientras esto ocurría salió una orden tajante en la que los asesinos encaramados en el llamado Gobierno declaraban faccioso al que tuviese en su casa más de 500 pesetas ¿Iba alguien a jugar a la Lotería? No, nadie jugaba un solo céntimo, y la Lotería se apagó por completo».

En estas mismas páginas se apuntaba una cifra: la cantidad que el Estado había previsto ingresar en 1931 con motivo de las ventas de Lotería, 425,6 millones de pesetas. «Pero en aquel desdichado abril se proclamó la cochambrosa República y la recaudación cayó de modo alarmante. ¡Y eso que hubo la suerte de que el premio gordo de los quince millones en el sorteo navideño tocase al propio Estado!», se comentaba con ironía, antes de añadir: «El último precepto (sobre la Lotería) fue la Real Orden de 24 de junio de 1904 y, sin otros retoques fundamentales, así continuó hasta el advenimiento del glorioso Movimiento que está salvando a la Patria, devolviéndola la grandeza y el esplendor que hace siglos tuviera».

«Signora quiénes son los favorecidos»

El 23 de diciembre de 1938, la edición de ABC de Madrid tan solo incluía una pequeña reseña bajo el título de « Lotería Nacional ». Eran dos párrafos donde simplemente se daba cuenta del Gordo y los diferentes premios: «El premio mayor del sorteo fue vendido en la administración número 35 de la Rambla de las Flores. El lotero ignora quiénes son los favorecidos. El tercer premio ha sido vendido en la administración número 29 de la Vía Layetana y, según nuestras noticias, está muy repartido».

La Lotería había funcionado en Madrid con toda normalidad hasta el inicio de la guerra. En noviembre de 1936, ante el temor de que la capital cayera en manos de los franquistas, el Gobierno de la República trasladó el sorteo y a todo su personal a Valencia. Para el sorteo de Navidad del 22 de diciembre de ese mismo año, se confeccionó un dosel con una enseña roja, flanqueada por la bandera republicana y valenciana. A partir de enero de 1937, la Lotería Nacional se fue celebrando en diversas capitales según los frentes iban avanzando o retrocediendo. En la zona republicana, después de Madrid y Valencia, aún dio tiempo a que se trasladase a Barcelona. En la zona nacional, primero fue en Sevilla y, después, en Burgos.

Sin embargo, el único sorteo extraordinario de Navidad que se celebró en aquellos tres traumáticos años fue el de 1938: el del bando nacional tuvo lugar en Burgos y el del republicano, en la Ciudad Condal. Ambos, con el mismo objetivo que tuvo su impulsor original a principios del siglo XIX, el ministro del Consejo y Cámara de Indias, Ciriaco González Carvajal: «Aumentar los ingresos del erario público sin quebranto de los contribuyentes».

Un lotería más caótica

El mismo día que se anunciaba el Gordo republicano de 1938, en la portada del ABC de Madrid se informaba también de que «cierta prensa extranjera viene hablando estos días de treguas y mediaciones en el conflicto español. Los pretextos a que se acogen los diarios, bien o mal intencionados, son la Conferencia Panamericana y las fiestas de Navidad. Es sabido que no han faltado en Lima ideas de mediación, aunque sin resultados por encontrar fuertes dificultades políticas». Pero subrayaba también: «El Gobierno de la República reitera que la única solución para nuestra guerra de independencia estriba en la total retirada de los invasores».

La historia de la Lotería Nacional en las provincias conquistadaa por Franco fue más caótica. De hecho, hasta el 13 de diciembre de 1937 no se tomó la decisión de restablecerla oficialmente, aunque no celebraron el primer sorteo hasta el 1 de abril de 1938, en Burgos. Por lo tanto, el del 22 de diciembre de ese año fue el único Gordo que se repartió en el zona franquista.

En diciembre de 1937 fue cuando el sorteo republicano llegó a Barcelona, empujado por el avance del enemigo. En la Ciudad Condal se estuvo celebrando hasta que, el 21 de enero de 1939, se celebró el último sorteo de la guerra, tan sólo cinco días antes de la entrada de las tropas de Franco. Su lista de premios ni siquiera llegó a publicarse.

Viñuelas, el primero Gordo tras la guerra

Han pasado 80 años desde que ABC publicó en su portada el primer sorteo de la Lotería de Navidad después de la Guerra Civil. Fue el 23 de diciembre de 1939. El número agraciado fue el número 13.093. En la imagen a toda página aparecen los cuatro niños de San Ildefonso que cantaron las bolas ese día. El segundo por la izquierda es Manuel Viñuelas , el alumno al que le tocó entregar el Gordo y al que ABC entrevistó en 2013.

[ Mira el vídeo del NODO con la noticia del Gordo de 1939 ]

Manuel Viñuales sostiene el ejemplar de ABC de 1939 en el que aparecía ABC

En la portada tenía solo 13 años, aunque aseguraba a este diario que no había olvidado ninguno de los detalles del que dice fue uno de los momentos más importantes de su vida . Su minuto de gloria. «El número lo cantó Juan José Martínez, el segundo por la derecha de la fotografía de la portada, que ya falleció. Ciro Mañueco, el primero por la izquierda, echó las bolas de los premios al bombo y también murió. Los números fueron introducidos por Benito Aparicio Antón, el de la derecha del todo, que también ha fallecido. Era el más grandote, a pesar de tener la misma edad. Y yo canté el primer premio, que era un poco el que dirigía el cotarro. Estoy al otro lado del lotero de la Calle Alcalá que vendió el primer premio», recordaba mirando el número original de ABC, que aún conserva en su casa.

Viñuelas había ingresado en el Colegio de San Ildefonso en 1933 y fue la persona que tuvo la suerte de dar la primera buena noticia después de la Guerra Civil, que había acabado solo ocho meses antes. «Esa es la razón por la que aquel Gordo fue mucho más importante que otros. Si tenemos en cuenta la miseria en la que había quedado el país, el premio era un cañonazo», aseguraba. Aquel Gordo era de 15 millones de pesetas, una fortuna para un año en el que se produjo una importante reducción salarial, acentuándose hasta el punto de que, en 1950, los sueldos aún eran un 50% menos de los existentes en 1936. El hambre hacía estragos en la población, los comedores de Auxilio Social acogían a miles de familias y el problema del abastecimiento se convertía en el tema estrella de los informes de la dictadura franquista.

«Por eso aquel Gordo fue todo un triunfo, con las ovaciones del público del salón y con todo el escándalo que se formó. Uno llegaba a creerse que había cortado dos orejas en los toros. No hay más que ver cómo sonrío en la imagen . Y luego tuve la alegría de verme en la portada de ABC. Siempre digo en broma que en esa época solo salíamos en ella dos personas, una que aparecía más, Franco, y después yo. Fíjate si fui importante», comentaba riéndose.

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