crónicas atlánticas

Secretos

Una vez más se ha publicado la autopsia preliminar y qué han declarado los testigos de un caso bajo secreto

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Esta semana nos ha sobrecogido el fallecimiento de un bebé en la habitación de un hotel de las afueras de Santiago de Compostela. Tenía sólo seis meses y sus padres habían venido a Galicia para participar en un congreso sobre asuntos esotéricos. Un asunto muy feo. Al margen del suceso en sí, ha vuelto a quedar claro que en los juzgados gallegos son muchos los «bocachanclas» que no saben guardar un secreto. Una vez más se ha publicado qué dice la autopsia preliminar o qué han declarado los testigos del crimen. No ha sido de modo tan inmediato ni extenso como en otras ocasiones (el sumario del «caso Asunta» daría para un ensayo sobre filtraciones), pero al final todo ha llegado a los medios de comunicación.

La ley prevé la posibilidad de que se oculte una investigación para proteger las pesquisas y evitar que se destruyan pruebas, pero nunca para dificultar la defensa de los presuntos implicados. Si el juez competente toma la decisión de reservar una causa tendría que responsabilizarse también de que efectivamente se mantenga oculta, porque si no es tan importante que se conozcan o no sus detalles, a lo mejor sería más conveniente optar por la publicidad. Es una cuestión de derechos civiles por los que ellos mismos deberían velar.

No vale lavarse las manos: no es tan difícil actuar contra supuestos funcionarios que se juegan el puesto revelando datos ocultos a la prensa, o a agentes del orden que se van de la lengua. Los jueces son capaces de resolver crímenes oscuros que se produjeron en lugares en los que no han estado nunca, o de desentrañar complicadísimas tramas económicas, pero sin embargo fracasan estrepitosamente a la hora de dar con el que —saltándose la ley— revela a los periodistas cuestiones que no deberían salir del juzgado.

Si en las empresas es posible mantener entre cuatro paredes todo aquello que no debe llegar a la competencia y en nuestra vida privada nos salvamos bien de que no vuele la información delicada entre el vecindario, tampoco debería ser tan difícil hacer lo mismo en la Justicia. Todo es querer.

Ver los comentarios