crónicas atlánticas

El localismo por las nubes

Lo que ha triunfado hasta ahora es tener aeropuerto propio y no remar todos juntos para ser competitivos

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Es impopular defender que deberíamos tener sólo un aeropuerto, pero alguien tiene que decirlo: se tarda más en llegar en autobús desde el centro de Santiago a Lavacolla que hacer el trayecto en tren a Compostela desde Vigo y o La Coruña. Y espérate a que se termine la línea férrea de Galicia a Madrid, a ver cómo hacemos viables los tres aeródromos que sobreviven a día de hoy gracias a la subvención.

Tenemos tres «aeropuertiños» porque lo que ha triunfado hasta ahora es el «mi ciudad tiene aeropuerto» y no el «vamos a remar todos juntos para ser competitivos» o «quiero tener el máximo de conexiones posibles aunque el avión despegue a 60 kilómetros de mi casa».

Narita está a 66 kilómetros de Tokio, Fiumicino a 30 de Roma y de Barajas al centro de Madrid en metro se tarda casi una hora.

No nos importa volar a Hahn con Ryanair cuando nuestro destino es Frankfurt aunque la distancia entre las dos ciudades sea de más de 100 kilómetros, pero ¡ni se le ocurra a nadie proponer ya no digo cerrar sino ni siquiera especializar alguno de nuestros tres aeropuertos! Y no miro a ninguno, porque muchos compostelanos aplauden la idea de la centralización porque dan por sentado que no será Lavacolla el que cayese, pero pelearían con uñas y dientes si el aeropuerto más viable estuviese en otra zona de Galicia.

Estos meses de verano vivimos el espejismo de las terminales llenas de vuelos low cost pagados con el dinero del contribuyente; justificados cuando se trata de atraer turistas, pero no cuando lo que pretendemos es rebajar el coste de nuestras vacaciones al extranjero o las islas. Pasará agosto y volveremos a los pasillos vacíos, a las salas en las que ni siquiera se enciende la iluminación porque nadie las usa y a los guardias de seguridad muertos de aburrimiento durante las horas en las que no aterriza ni despega ningún avión.

Si no reaccionamos será la propia realidad la que nos ponga en nuestro sitio, que estará, por cierto, muy por detrás de nuestro competidor, que es Oporto.

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