Pablo Iglesias, líder de Podemos, durante su visita a Santiago
Pablo Iglesias, líder de Podemos, durante su visita a Santiago - efe

El líder de Podemos vincula el futuro de Europa a la victoria del «no» en Grecia

Pablo Iglesias justifica las primarias de su partido y se agarra a la sigla para condicionar las alianzas con fuerzas «rupturistas»

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La gira gallega del secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, se ha convertido en un escrutinio diario sobre su postura a cerca de la evolución de la «crisis griega» y sobre la «democracia interna» en la formación morada. Sus anfitriones, los alcaldes de las mareas gallegas, también facilicitan el colchón necesario para dar rienda suelta a la letanía del «no» en el referúndum al que están convocados los griegos. De ahí que Iglesias enfatice y asegure que es «muy importante el éxito del no» en el referendo que el primer ministro Alexis Tsipras ha convocado para este domingo en Grecia, porque, ha agregado, la victoria de esta respuesta «acercará» a los europeos a la «recuperación de la democracia».

La postura de Pablo Iglesias sobre las primarias de Podemos tampoco dio lugar a muchas sorpresas.

El dirigente de la formación morada ha puesto el acento en «la diferencia entre Podemos y otras organizaciones» a causa de las primarias. Según Iglesias «el proceso de primarias es un ejemplo y hacemos primarias a las que puede presentarse cualquier ciudadano y establecemos criterios de corrección en cuanto al genero y los territorios». Finalmente ha anunciado que «estamos preparando una lista de personas, con independientes, para ganar al PP».

Por otra parte, el tercer vector de la visita de Iglesias a Galicia, relacionado con la alianza con las Mareas gallegas, se resume en la intención de seguir «hablando». El líder de Podemos no renuncia a su marca, pero la concesión de la hipotetica constitución de un grupo gallego en las Cortes ha servido de consuelo a los líderes gallegos. El alcalde de Santiago, Martiño Noriega, ha apuntado que «esta postura se ha convertido en un lugar de encuentro, una postura en la que todos podríamos sentirnos identificados».

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