Denise Thiem
Denise Thiem - abc

«Cada día en la familia de un desaparecido es como una pedrada»

La familia de la peregrina desaparecida en el Camino y la de una orensana cuya pista se desvaneció un mes después mientras hacía deporte se unen para exigir más medios para buscarlas

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El pasado 4 de abril se perdió el rastro de la peregrina Denise Thiem, que en el momento de su desaparición cubría una etapa del Camino de Santiago a la altura de Astorga. Un mes después, el 2 de mayo, la familia de Socorro Pérez denunciaba que ésta no había regresado a casa después de salir a hacer deporte por el orensano barrio de O Couto. El reducido margen de tiempo que distancia una y otra desaparición y la cercanía geográfica entre ambas (apenas 170 kilómetros) empujó a los portavoces de las familias afectadas por estas pérdidas a crear un frente común para exigir más medios humanos y materiales en las labores de búsqueda puestas en marcha por los investigadores.

Miedo al olvido

Según ha podido saber ABC, desde este miércoles las familias de Denise y Socorro mantienen contactos telefónicos para aliarse y lograr que se «redoblen esfuerzos» tanto en las labores de rastreo como en las investigaciones iniciadas. De entrada, piden que se incrementen las dotaciones de efectivos que colaboran en la búsqueda y que los casos no caigan en el olvido. «Nos da mucho miedo que con el paso de los días y ante la falta de indicios los rastreos se acaben», comentan portavoces en España de la familia de la norteamericana. En la misma línea, el padre de Socorro pide ayuda para se siga buscando a su hija, mientras lamenta que «ya ha pasado mucho tiempo y aún no hay ninguna pista».

Aunque no hay nada que indique que una desaparición y la otra pueden estar conectadas, los casos de Denise Thiem y Socorro Pérez sí presentan evidentes similitudes. Una de ellas es que las dos mujeres tenían planes inmediatos que se vieron truncados de forma repentina. En el caso de Denise, sus amigos revelaron que la peregrina tenía previsto acercarse a la localidad leonesa de El Ganso para asistir a una misa y que de ahí encararía una nueva etapa del Camino. Una vez en Santiago, Denise había decidido regresar a su Arizona natal para reencontrarse con sus mascostas, a las que reconoció «echar mucho de menos» en varios emails enviados a su hermano y a una amiga íntima.

Por su parte, Socorro había previsto pasar el domingo posterior a su desaparición en un balneario ubicado en las afueras de Orense con su madre. Fue precisamente su tardanza a la hora de iniciar la marcha la que alertó a sus padres, que esa misma tarde presentaron la denuncia de una desaparición que los investigadores no tardaron en calificar como «inquietante», tal y como el portavoz de la familia comentó a este diario.

«Cada día es una pedrada»

Con todas las hipótesis abiertas, en ninguno de los dos casos se han producido por el momento avances significativos que ayuden a dar con el paradero de las afectadas. Unidas por el dolor que una desaparición implica, las familias de Denise y Socorro piden que las investigaciones sigan su curso y no se cierren por falta de indicios. «Cada día que pasa sin tener noticias es como una pedrada, sobre todo para sus padres», apunta el primo de la orensana, a la que define como «una chica nada fiestera que disfrutaba realizando grandes viajes».

Los padres y el hermano de Denise Thiem tampoco tiran la toalla y mantienen que la peregrina no se fue por su propia voluntad. Para que su pérdida no caiga en el olvido, cada fin de semana organizan batidas ciudadanas para peinar las etapas del Camino en las que se la vio por última vez. También han puesto en marcha varias campañas de búsqueda a través de las redes sociales en las que hay miles de personas implicadas. Ante la angustia del no saber, unos y otros reclaman «seguir buscando hasta que aparezcan».

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